Danmachi: Voluntad heroica

Capítulo 32: El linaje argonauta

Condiciones:

AGD = A espués de la G ods D RECIENTE

BGD = B ntes de la G ods D RECIENTE

32: El linaje argonauta

POV normal

= Fuera de Orario, 20 años AGD =

Bajo el sol ardiente, un hombre estaba parado al borde de un acantilado, mirando hacia la hermosa ciudad donde los dioses habían aterrizado solo 20 años antes. La pequeña torre que los hombres habían construido, con la intención de llegar a Tenkai, el mundo de los Dioses, se rompió en el momento en que la luz de los cielos fue llamada hacia abajo.

En sus escombros, los dioses se habían marchado. El primero de ellos fue el propio Urano, poco después, Hera y Zeus lo habían seguido antes de que saliera una bandada de dioses.

Aparentemente, habían perdido interés en Tenkai y habían bajado a Gekai, el mundo de los mortales para saciar su sed de entretenimiento. Como cualquiera hubiera esperado, la gente de Orario estaba al principio devastada porque su torre había sido aplastada, pero luego extasiada y llena de alegría ante la perspectiva de que los dioses hubieran descendido al reino de los mortales.

En un mes, el primer Falna había sido otorgado por un hombre llamado Fels por el mismo Ouranos. Se hizo conocido como el primer aventurero, luego el primer mago, ya que se destacó en el arte.

No mucho después de eso, el resto de los dioses imbuyeron su icor en las espaldas de los mortales que encontraron dignos. Los más destacados fueron Urano, Hera y Zeus. El primero de los tres se convirtió en el orden gobernante de toda la ciudad, actuando como guardias y protectores de la ciudad. De lo que los protegían era de la mazmorra que estaba bajo sus pies.

Cuando esta ciudad se construyó por primera vez, la abertura se selló con un metal irrompible llamado Durandal, pero esto no impidió que los monstruos encontraran y cavaran nuevas formas en la superficie.

La mazmorra era mucho más poderosa de lo que cualquier hombre podría haber imaginado. Los dioses no dirían una sola palabra de lo que era la mazmorra. Siempre que se planteaba el tema, la vergüenza y el arrepentimiento caían sobre los rostros de dichas deidades.

Esto siempre había desconcertado a los mortales, pero lo dejaban ser porque eran sus hijos y cuestionarlos sería como cuestionar a sus propios parientes.

Finalmente, con el tiempo, la ciudad creció y se expandió hasta que se construyeron muros. Los mortales de Orario siguieron expandiéndose, extendiéndose por todas partes, construyendo nuevas naciones donde las batallas contra los monstruos se habían perdido, incluso con la ayuda de los espíritus.

En 20 años, la humanidad se había extendido por todo el continente que llegó a conocerse como Gendalia. Los dioses se esparcieron a medida que más y más de su especie descendían del cielo para disfrutar de los gozos del mundo mortal.

Eso nos lleva a este punto, con el hombre mirando hacia la ciudad en expansión, hombres trabajando para abrir la mazmorra para que los aventureros entren en ella. El hombre sonrió al escuchar una voz detrás de él.

"¡Cariño, deberíamos regresar a casa en el pueblo!" El hombre sonrió a la mujer que era su esposa y se acercó a ella, tocándole el estómago.

"¿Qué estás haciendo? ¡Deberías estar en la cama con tu embarazo llegando a su último mes!" Ella le dio un manotazo en el hombro

"¡Nile! ¡No te atrevas a ordenarme! Sabes que odio eso" se rió antes de besarse. Casi se pierden en el momento antes de separarse.

"Conozco a Anna, y te amo por eso, pero ¿y si tu fuente se rompiera ahora?" Ella sonrió mientras miraba a Nile