Ambereye (camren)

Capítulo 9

"¿Viste la forma en que lo arrinconé en una esquina como el apestoso niño rata que es?" Lauren gruñó de satisfacción mientras se acomodaban en su taxi. Había sido una reunión larga y difícil en un día largo y caluroso y fue bueno finalmente escapar de los sofocantes confines del edificio de oficinas de su proveedor y cruzar la ciudad hacia Ambereye, Inc.

"Tienes su respaldo, está bien", dijo Camila, mirando hacia Powell Boulevard. Ella todavía estaba un poco agotada.

"Es como cazar ovejas".

"Pastorear ovejas", corrigió Camila en voz baja.

"Claro. Pastorear". Lauren la miró de reojo.

Había sido una de las reuniones de negocios más extrañas a las que Camila había asistido. Al principio, el proveedor se había mostrado incómodo, tratando de fijar Ambereye a fechas inamovibles con penalización de letra pequeña. Obviamente, pensó que tenía la ventaja y no tenía ningún respeto por Lauren Jauregui en absoluto. Lauren se había sentado en silencio, dejándolo pronunciar su resbaladiza perorata.

Camila había notado que sus nudillos se blanqueaban lentamente, sus ojos insondables brillaban con una energía que Camila encontraba desconcertante en su intensidad. Lauren parecía vibrar con una mezcla controlada de ira y emoción.

"Me encantó poner a ese idiota de rodillas. Estaba tan sabroso como un pastel". Lauren suspiró con satisfacción y se relajó en su asiento.

"Fácil como un pastel".

"Lo que sea".

Cuando el director del proyecto se detuvo a tomar aliento, Lauren se había abalanzado. Ella conocía el contrato de adentro hacia afuera y había incrustado malvadamente varias bombas de tiempo en él cuando se había redactado por primera vez. Ahora estaba feliz de detonar a todos y cada uno debajo del contrato. En menos de quince minutos él estaba sudando, farfullando y, obviamente, una experta estratega lo superaba. Estaba claro que no tenía ni idea de lo que realmente había firmado en nombre de su empresa. Lauren lo estaba crucificando alegremente ante sus superiores cuando Camila intervino hábilmente para llevar el trato a una conclusión favorable. Ella había vertido tanto aceite en aguas turbulentas que fue sorprendente que agencias ambientales no hubieran sido alertadas. Pero había funcionado.  Ambereye consiguió las modificaciones que quería y de forma gratuita. 

"Fuiste demasiado suave con el bastardo", dijo Lauren. "Deberías haberlo dejado retorcerse".

"¿Quieres volver a trabajar con ellos?" Preguntó Camila. "Está muy bien que muestres el pomposo desperdicio de salario que es, pero sus jefes son los que deben deshacerse de él, no tú". Ella trató de tomarlo a la ligera. "De todos modos, ¿dónde esconderías el cuerpo?"

"Me lo tragaría". Lauren sonrió con satisfacción cuando el taxi se detuvo frente a Ambereye Inc.

"Me muero por un café. ¿Quieres una taza?" Camila se dirigió a la cocina del personal una vez que se abrieron las puertas del ascensor. Lauren gruñó una confirmación y fue directamente a su oficina.

* * *

Minutos después, Lauren apareció en la cocina con las tazas sucias que había encontrado abandonadas en sus escritorios. El suyo era uno de los Lobos de América, y se negaba a usar cualquier otra cosa. La taza de Camila era un recuerdo de Provincetown. Llevándolo a la cocina, Lauren se preguntó si eso significaba que Camila era lesbiana. Mirando a las chicas en bikini bailando alrededor del aro, era algo obvio. Ella se encogió de hombros ante el pensamiento; no tenía idea de dónde venía y no le importaba un comino. No era asunto suyo y tampoco le interesaba. Para nada. Camila era simplemente su empleada, y una muy buena. Después de la actuación de hoy, Lauren sabía que eran un gran equipo. No tanto policía bueno / policía malo más bien como ángel redentor y engendro del infierno. Camila era el equilibrio perfecto para el enfoque agresivo de Lauren. Lauren destrozaba a la oposición y Camila apaciguaba con el torniquete de la paz. Este proyecto sería imparable con ambas a la cabeza. Ambereye tenía otro ganador y Lauren flotaba en nubes de satisfacción.