Antes de que mi corazón se agoté

Capitulo XVII: "Un hermoso Dia"

"¿Ese chico va a seguir holgazaneando o realmente va a comprar algo?" La voz ronca del Sr. Yoshida sonó a su lado. Las palabras irritadas del hombre se quedaron cortas cuando Izuku detectó la diversión apenas disimulada en su tono.

Han pasado un par de días desde su reunión con Bakugou.

Desde entonces, el niño viene a la tienda todas las mañanas. Aunque piensa que el adolescente no se da cuenta de que Izuku sabe que está allí. Dado que Katsuki nunca dice nada ni trata de interactuar con él directamente.

No obstante, Midoriya siente que los ojos del adolescente siguen cada uno de sus movimientos desde el momento en que entra en la habitación hasta el momento en que sale. Escaneando a Izuku, observándolo en busca de alguna señal de algo. Izuku no está muy seguro de qué ... Quizás algún tipo de indicación de que Izuku está sano y salvo. Honestamente, no está seguro.

Sin embargo, hace todo lo posible por ignorarlo. Si eso es lo que Bakugou necesita para seguir adelante y olvidarse de él… entonces que así sea.

Eso no significa que no sienta la ligera punzada en su corazón cada vez que el adolescente se va sin hablar con él.

A pesar de su determinación de ignorar la mirada vigilante del otro chico. Un involuntario suspiro de alivio se le escapa cuando el adolescente finalmente decide irse, probablemente satisfecho con lo que vio hoy. Con un suave clic, la puerta de la tienda se cierra detrás de él. Casi de inmediato, puede sentir que su cuerpo pierde algo de la tensión acumulada y se permite relajarse, respirar.

Un ataque de tos reprimido finalmente estalla de su boca mientras busca frenéticamente la caja de pañuelos de papel en el mostrador frente a él. Siseando como su garganta, ya desgarrada, dolores con cada tos húmeda que se fuerza a sí misma a salir de su sistema abusado. El sabor morbosamente familiar del cobre una vez más subiendo a la superficie, probablemente visible en el tejido blanco que reside en su agarre. Un rojo oscuro y notable, imagina.

Puede sentir los ojos del Sr. Yoshida sobre él, pero se encuentra más preocupado por el aliento que está tratando de forzar en sus pulmones privados.

Después de lo que parece toda una vida, pero no puede ser más que unos segundos. Vuelve a respirar. El episodio finalmente terminó.

Permanece allí unos minutos más después. Manos agarrando el mostrador, nudillos blancos mientras apoyaba su peso contra la fría estructura de mármol. Todavía no confiaba plenamente en que su cuerpo lo obedecería. Cuando siente que sus piernas no lo van a traicionar, se endereza. Resoplando levemente mientras regresa al trabajo, eligiendo ignorar la preocupación palpable de su jefe.

Realmente necesitaba ver a un médico.

Empuja el resto de su turno con solo ese pensamiento en mente.

Iba a ser un día muy largo.

Apenas es mediodía cuando el Sr. Yoshida insiste en que se vaya temprano. Un áspero e impaciente 'Ve a casa, muchacho, estás asustando a los clientes'. Las duras palabras apenas sirven para ocultar la preocupación subyacente en la voz del anciano. Haciendo aún más difícil para Izuku protestar.

La patrulla no es una opción en este momento. Por tanto, sin otra razón para que él se detuviera y evitara el inminente enfrentamiento. Se dirige al hospital.

Extremidades rígidas por la tensión mientras se sube al autobús correcto. El que se dirigía a su destino elegido.

El pavor se acumuló en su estómago a medida que se acercaba más y más al único lugar que había estado evitando durante años. El lugar que perdura en el fondo de sus pensamientos. Recordándole una época que le había afectado mucho. Paredes blancas y estériles que habían sido testigos de cómo su vida cambiaba para siempre. Su mundo entero se salió de control como consecuencia.