La noche se cernía sobre la ciudad, y las luces tenues del El Escondite Nocturno parpadeaban, anunciando el cierre. Blaire, la joven jefa con una rutina tranquila, estaba ocupada limpiando mesas cuando escuchó un ruido apagado en el callejón trasero. Pero no le dio importancia. Fue a recoger la basura para tirarla. El local ya se encontraba vacío con las sillas puestas para arriba, todo para su cierre.-Ya me voy Jefa-habló uno, cual ya se encontraba en la puerta.
-Si y descansa-habló fuerte para que la escuchará. Esta persona se retiró del local. Al salir para tirar la basura al doblar la esquina, se encontró con alguien tirado en el suelo, ¿acaso era un vagabundo?. Lo evito y fue al cesto de basura y tirar esta misma. Pero al pasar nuevamente por donde se encontraba.
-¡Dios!-exclamó Blaire con miedo ya que el supuesto vagabundo le habia agarrado el pie.-Sueltame-habló ella moviendo su pierna
Este, a pesar de su dolor, levantó la mirada y encontró los ojos preocupados de Blaire.
-Estoy en problemas, pequeña-dijo el sujeto, con una mezcla de desesperación y determinación en sus ojos.
-¿De que hablas?-habló confusa mientras se soltaba de su agarré. Este sujeto suspiro y se agarró su brazo izquierdo, de este brotaba sangre.
Blaire observó con sorpresa la sangre que manaba del brazo del hombre. La realidad de la situación se volvía más evidente, y su instinto compasivo la llevó a la acción.
-Necesitas ayuda médica, llamaré a una ambulancia-dijo Blaire, evaluando rápidamente las opciones.
-No...no...solo..-habló este negando la acción
-Pero necesitas ayuda-terminó ella
-Este es un local de bebidas, ¿no?-habló él
-No bromees que quieres tomar un trago ahora-habló ella
-Solo, dame el botiquín que todas las tiendas tienen por reglamento y me ire-habló este
-Bien, pero entra por lo menos, aquí te puedes infectar con algo-habló Blaire
El hombre, aún sosteniendo su brazo herido, asintió con agradecimiento. Con determinación, Blaire decidió llevarlo al la barra y busco el botiquín en uno de los cajones. Abrió el cajón de la barra y encontró el botiquín de primeros auxilios. Mientras lo buscaba, miró de reojo al hombre herido, tratando de entender la situación.
-¿Cómo te lastimaste?-preguntó ella mientras le entregaba el botiquín.
El hombre se sentó en uno de los taburetes, agradecido por la ayuda.
-Fue un encontronazo no planeado con alguien que no debería haber estado en mi camino. Asuntos complicados, ya sabes- respondió él, con una mezcla de dolor y resignación en su rostro.
Blaire comenzó a curar la herida mientras continuaban la conversación.
-Deberías considerar ir al hospital. No soy médica, pero esto parece serio-sugirió Blaire, mostrando su preocupación.
-No puedo ir al hospital, es complicado. Solo necesito curarme aquí y seguiré mi camino-insistió el hombre, evitando dar demasiados detalles.
Blaire terminó de aplicar los primeros auxilios y observó al hombre con una expresión escéptica.
-¿Quieres que te sirva algo?-dijo con una sonrisa leve, tratando de aligerar la situación.
El hombre le devolvió una mirada agradecida y, después de un breve momento de vacilación
-Un whisky no estaria mal-comentó con una leve sonrisa
-Marchando-habló mientras agarró un whisky y lo sirvió en un vaso de vidrio para luego entregarle este mismo. El hombre aceptó el vaso de whisky con una leve sonrisa de agradecimiento. Mientras tomaba el trago, Blaire lo observaba con curiosidad.
-¿Y bien? ¿Cómo te metiste en este lío?-preguntó Blaire, sirviéndose a sí misma un vaso de agua. Él suspiró antes de responder.
-Digamos que soy parte de un juego peligroso, y las reglas cambian rápidamente-explicó, mirando fijamente su vaso.
Blaire frunció el ceño, intrigada por la misteriosa revelación.
-Un juego peligroso, ¿eh?. Deberías tener más cuidado. Este no es el tipo de lugar donde encontrarás respuestas seguras - advirtió Blaire, buscando entender más sobre la situación.
-Lo sé, pero las respuestas que busco no están en lugares seguros-respondió, bebiendo otro sorbo de whisky.
Blaire no pudo evitar sentirse atraída por la intriga del momento. Mientras el sujeto saboreaba el whisky, Blaire no pudo evitar preguntar más sobre su identidad.
-¿Cómo te llamas? -inquirió Blaire, tratando de encontrar algún indicio sobre la identidad de su inesperado visitante.
El sujeto titubeó por un momento antes de responder.
-Puedes llamarme...Pink. Y gracias, por tu ayuda y el whisky. Lo aprecio más de lo que piensas-habló levantándose el vaso
-Ese no es tu nombre-adquirió ella con brazos cruzados
-Si te digo mi nombre estaremos en más problemas- habló con un suspiro.-Además soy fácil de reconocer, ¿no?- sonrió el sujeto de cabello rosado
A medida que avanzaba la noche, la complicidad entre ellos crecía. Se dieron cuenta de que, a pesar de sus mundos aparentemente opuestos, compartían una conexión especial en aquel rincón oscuro de la ciudad.
Finalmente, se puso de pie, su brazo ahora mejorado gracias a la improvisada atención médica de Blaire.
-Debo seguir mi camino. Gracias por todo. Tal vez nos volvamos a encontrar en circunstancias menos problemáticas -dijo dejando un billete sobre la barra como muestra de agradecimiento.
Blaire sonrió, reconociendo la fugacidad del encuentro pero guardando la experiencia en su memoria.
-Buena suerte, Pink. Cuídate -dijo mientras lo veía desaparecer en la oscuridad de la noche.
Con el sonido de la puerta cerrándose detrás de él, Blaire se quedó reflexionando sobre el inesperado giro de la noche y cómo, a veces, los encuentros en la oscuridad podían cambiar el curso de las cosas.
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Encantos Nocturnos | R.Sukuna |
FanfictionUna particular historia sobre una humana y una maldición.