Charlas Nocturnas

972 89 2
                                    

Pink se apoyó cómodamente en la barra, observando a Blaire con curiosidad.

-¿Porque tan elegante?-comentó mientras se apoyaba en la barra cómodo

-Hoy tuve un evento en el bar, y tenía que ponerme algo más acorde-habló ella

-¿Evento, evento de que?-preguntó curioso, los humanos celebran cada cosa innecesaria para su gusto.

-Una fiesta de treinta años de una chica, vino aqui a celebrarlo con sus amigas-habló mientras ordenaba las antes usadas guirnaldas y luces.

-Solo treinta-habló él con una mueca

-Treinta es un montón-habló ella

Pink, apoyado en la barra, reflexionó sobre la celebración mientras Blaire ordenaba las decoraciones y guardaba algunas.

-Una fiesta de treinta años suena interesante. Aunque para nosotros, los eventos humanos pueden parecer un tanto emmm efímeros.-alargó el

Blaire soltó una risa suave

-Para ellas, era una ocasión especial. Cada momento cuenta, incluso los treinta años-hablo ella Pink la miró con curiosidad.

-Siempre he sentido que el tiempo tiene una perspectiva única para los humanos-comentó. Blaire asintió un poco extraña por su uso de palabras.

-Es verdad. Apreciamos estos eventos en nuestras vidas, grandes o pequeños. Son momentos que nos unen y nos hacen recordar el tiempo que pasamos juntos-habló ella

Mientras continuaban conversando, la maldición invisible parecía danzar en armonía con las palabras, como si también disfrutara de la atmósfera animada que dejaba tras de sí la celebración.

...

En una noche estrellada, Blaire y Pink compartían la tranquilidad de El Escondite Nocturno. Las luces suaves y la música ambiental creaban un ambiente relajado. Pink, siempre enigmático, rompió el silencio con una pregunta casual.

- ¿Alguna vez has deseado ser inmortal?

Blaire, sorprendida por la pregunta, reflexionó antes de responder.

- No lo sé, Pink. La mortalidad le da un toque especial a la vida. Nos impulsa a aprovechar al máximo cada momento, ¿no?-preguntó

Pink asintió, contemplando las palabras de Blaire.

-Tienes razón. A veces, la eternidad puede hacer que las cosas pierdan su valor-Blaire sonrió, cambiando la atmósfera a algo más ligero.

-Además, imagina la cantidad de cumpleaños que tendría que celebrar. Sería agotador-

Ambos rieron ante la idea, compartiendo un momento de complicidad. La maldición invisible, siempre presente, parecía vibrar en armonía con la risa, como si también encontrara humor en la perspectiva de la inmortalidad.

-Aunque, siendo honesta, tener más tiempo aquí no suena tan mal -añadió Blaire con una chispa de diversión en los ojos. Pink la miró con un brillo enigmático.

-Quién sabe. Tal vez aquí, el tiempo tiene sus propias reglas-

...

Con el tiempo, Blaire comenzó a acostumbrarse a la peculiar presencia de la maldición invisible. Aunque no podía verla, la conexión entre ella y el regalo de Pink se fortalecía. La energía en El Escondite Nocturno se volvía más mágica, atrayendo a clientes curiosos que buscaban la experiencia única del lugar.

Un día, mientras Blaire limpiaba una mesa, un cliente habitual señaló hacia su hombro.

-¿Sabes que hay algo ahí, verdad?-preguntó con curiosidad. Blaire sonrió, reconociendo la complicidad entre ella y la maldición.

-Algo especial, cortesía de un amigo-respondió, dejando que la intriga fluyera en el ambiente.

Mientras tanto, Pink continuaba sus propias hazañas desde en las sombras. Nunca imaginó que su vida daría un vuelco tan inesperado al cruzarse con una simple humana. Aunque no se percibía como débil, experimentaba una carga notable en el pecho, una sensación de peso que le resultaba intrigante e inquietante al mismo tiempo. Esta intensidad emocional marcaba la primera vez en siglos que experimentaba un sentimiento tan poderoso.

...

Bajo el resplandor de las luces tenues en El Escondite Nocturno, Pink, y la maldición, desplegaba su sarcasmo como un arte oscuro. Mientras Blaire limpiaba las mesas, Pink soltaba comentarios afilados con una sonrisa enigmática.

-¿Crees que ser una maldición me hace irresistible? -preguntó Pink con un tono burlón-. Porque, sinceramente, creo que soy bastante irresistible-

-Oh, claro. La irresistible aura de un ser de sombras. Mis disculpas si no estoy impresionada, Pink.-respondió con una risa.

En medio del sarcasmo, una extraña complicidad se desarrollaba. Las bromas ácidas y los comentarios mordaces eran el lenguaje que compartían, formando un vínculo único entre lo humano y lo sarcástico.

En una noche en la que la magia flotaba en el aire, Pink miró a Blaire con una expresión maliciosa.

-Supongo que no todos pueden resistirse al encanto de una maldición. ¿Te sientes afortunada de tenerme rondando por aquí, verdad?-

-Oh, Pink, mi vida sería tan aburrida sin tus comentarios sarcásticos y esa maldición que ni siquiera puedo ver-respondió con ironía

Entre risas y sarcasmo. Mientras la maldición invisible persistía, su relación se convertía en un cóctel de humor oscuro y complicidad singular.

...

La noche continuó con la risa y la charla entre Pink y Blaire. La complicidad entre ellos se fortalecía con cada intercambio, creando una conexión única en El Escondite Nocturno.

-A veces, me pregunto si la inmortalidad sería una bendición o una maldición-comentó Pink, su mirada perdida en la penumbra del bar.

-Tal vez un poco de ambas. La eternidad traería consigo la carga de ver pasar generaciones, pero también la oportunidad de presenciar la belleza constante de la vida-reflexionó Blaire.

La maldición invisible, como si entendiera la complejidad de la conversación, emanaba una energía tranquila, como un eco mágico que resonaba en el rincón nocturno.

-Hablando de belleza, ¿alguna vez has pensado en cómo los humanos encuentran la belleza en las cosas más simples?-preguntó Pink, cambiando el tono de la conversación.

-Sí, a veces son las cosas más pequeñas las que nos llenan de alegría. Un atardecer, una taza de café, la risa de un amigo-respondió pensativa

La maldición invisible, como si estuviera de acuerdo, emitió un destello de luz, como un destello de aprobación en la conversación.

La noche avanzó con reflexiones compartidas, risas y la magia única que parecía envolver El Escondite Nocturno. A medida que el bar cerraba sus puertas, Pink y Blaire, se despidieron de otra noche llena de encuentros en la penumbra.

...

Encantos Nocturnos | R.Sukuna |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora