El Principe Del Bosque

Extraño

Un dolor en el cuello me despertó, Abrí los ojos con desgana, y el sol de la tarde me dió la bienvenida.

Sumamente molesto.

El pulcro cielo, libre de nubes era demasiado perfecto para mis pobres orbes, torpemente me enderece y frote mi adolorido cuello.

Gire a ver a Margot, quien seguía dormida, totalmente estirada sobre el sillón de atrás con los audífonos puestos, cosa que se me hizo incómoda.

Al frente, encontrándome con los onix de papá, quien burlonamente comento

- Veo que el bello durmiente al fin despertó- mamá giro sus vivaces iris en mi dirección, verificando si éramos ambos.

- ¿Cuánto tiempo falta? - cuestione tratando de ignorar la burla en su mirada sobre mi nueva relación.

Mamá se giró a ver su teléfono y contesto
- Cómo media hora, o más dependiendo- supuse que su respuesta era por la dormilona de atrás, gire a verla causando que despertara y mirase mi rostro.

Suspiré de alivió

Talvez no tardaríamos tanto en llegar.

Ella se levantó perezosamente y se colocó su armazón dorado, mirándome de lleno por perturbar su sueño no me gire a verla, sabía que me reclamaría con la mirada, pero tenía suficiente con las burlas de papá.

Rendida escuché como se movía , para quedar de su lado favorito, mientras corría la cortina y abría la ventana del carro.

El olor a tierra mojada me llego, fresco, lleno de vida; agitando las cortinas que nos rodeaban. Gire a verla y ella sonreía con los ojos cerrados, disfrutando del aire frío que la golpeaba.

Papá la observo por el retrovisor mientras mamá se volteaba por segunda vez, satisfecha de vernos a los dos despiertos y pregunto

-¿Tienen hambre?- yo negué, más mi hermana sonrió y pidió, cómo si espérase esa pregunta. Cosa que no sorprendía, por algo traían un almuerzo completo.

Mamá me pasó la lonchera que llevaban enfrente. Disgustado le pase las cosas, para tener más espacio en mi lugar.

La combi contaba con bastante espació, pero siempre podré alguna razón extraña la llenaban con lo que podían.

Hasta llevábamos un garrafón de agua, almohadas, mantas... Solo faltaban los niños que quedaron en casa.

Juraría que nos estábamos mudando hacia un lugar aislado y remoto, lejos de la inexistente civilización.

Genial, simplemente genial.

Agarre la mochila de la izquierda, hurgando en una de sus bolsas saque mi teléfono y le mandé un mensaje a mi novia, avisándole de mi repentino viaje
- seguramente me matara, o talvez no- susurré débilmente.

La idea de un viaje no se me hacía la mejor idea por como estaban las cosas, perdimos a tres familiares este año, todos en un viaje, eso no da muy buen augurio.

Tratando de calmar mis frenéticos pensamientos, sobre un posible accidente en este solitario y magnífico bosque que nos rodeaba.

Gran final señores

ʕ'•ᴥ•'ʔ ʕ'•ᴥ•'ʔ ʕ'•ᴥ•'ʔ

Media hora después, gracias a la guía de mi hermana y la sinuosa entrada al lugar llegamos frente a la mansión.

Se veía muy antigua y descuidada, la blanca fachada estaba empezando a cubrirse de enredaderas, hierba y flores; le daba una vibra única.

Papá se dirigió a estacionarse cerca de la entrada principal para poder estacionarse, apenas se paró completamente Magui se levanto y abrió la puerta.

Me reí de su infantil acción se le veía sumamente emocionada con el lugar que a mí parecer se veía mejor en las fotos de publicidad, sumándole que se encontraba más lejos de lo aceptable de cualquier pueblo cercano.

Mamá se bajó con cuidado, observando el lugar con ojo crítico, pero papá se fría feliz por alguna extraña razón.

Solté un suspiro cansino mientras ayudaba a papá a bajar las cosas.
No me divertía este viaje en lo más mínimo, pero mientras ellos se relajarán, trataría de no verle en inconveniente al lugar.

Magui se me acercó con los ojos brillantes, murmurando sobre lo mágico que le parecía todo, pero de un momento a otro dejando de sonreír se detuvo y giró a ver hacia todas partes.

Su repentino cambio de humor me desconcertó, pero no más.
Ella siempre tenía ese tipo de reacciones y yo ya estaba cansado de preguntarme el porque.

Escuchando un repentino chirrido me gire hacía la fuente del sonido, mientras observaba a un tipo saliendo de la que sería temporalmente nuestro hogar.

Los ojos del chico reflejaban tristeza pero al levantar la mirada y ver a mi padre su rostro se iluminó momentáneamente, causando me una gran impresión ya que su expresión se volvió neutral al siguiente segundo.

Gire a interrogar a mis padres pero papá se hallaba pasándole cosas a Margot y mamá seguía de un lado a otro, talvez solo yo había visto ese cambio tan extraño en nuestro anfitrión.

O... ¿Tal vez no?

El extraño anfitrión nos observo uno por uno después de ver a papá, se detuvo por más tiempo observando a mi hermana, al girar hacía mi, su mirada tembló.

- Bienvenidos a Evermoore- su voz sonaba tan neutral que me dió mala espina.

Esperemos que todo sea solo un mal presentimiento.

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Hola...

Esta es la primera vez que público mis ideas, así que agradecería sus sugerencias al respecto.

Espero que está obra sea de su agrado.

(・_・;) Gracias por leer.