La habitación se encontraba pacífica, gracias a todos sus esfuerzos, algún lo dejaban solo para pensar en lo que se avecinaba.
Tratando de distraer su preocupada mente busco algo que logrará sacarlo de sus mayores miedos.
Las paredes forradas de escarlata contenían retratos diversos.
Paseo la mirada sobre cada óleo, tratando de grabarse las escenas que en ellas se desarrollaban.
Milagros, nacimientos, coronaciones... Todos de diferentes épocas, pero de una misma familia.
El que más resaltaba de entre todos era uno Antinatural, uno que tenía plasmada una batalla.
La gran batalla, cuyas anécdotas cantaban los trovadores, narrando hazañas más allá de la imaginación.
En el lienzo se retrataba a cuatro seres, que parecían humanos, más el aura que poseían cada uno de ellos y que, gracias al ingenio del pintor, indicaba lo contrario.
Los grandes héroes.
Él suspiro pesadamente, paseando su vista por los antepasados exhibidos en la pared, hasta llegar a ellos.
Dentro de sus cavilaciones se levantó de su cómodo asiento, acercándose a paso lento al cuadro, pensó en todos los problemas que estaba dispuesto a enfrentar.
Porque lo habían predicho los antepasados, además, cargar con un secreto tan grande lo obligaba a cuidarse las espaldas siempre.
Se mantuvo cautivado a la escena en la pintura, preguntándose si valdría la pena tantos sacrificios, hasta que escucho pasitos en el largo corredor, dirigiéndose a él.
Se retiró del cuadro justo cuando tocaron a la puerta de roble que lo separaba de todo.
- Adelante- contesto al llamado que el pequeño hacía, su voz sonó atronadora, fruto de una vida liderando en el campo de batalla.
Pero eso no detuvo al pequeño intruso que con el cariño que le profesaba a su padre entro seguido de una avergonzada niñera.
- Perdóneme su majestad trate de frenarlo, gloria y bendiciones al sol del imperio- dijo ella haciendo una reverencia, que el emperador tomo con diversión, ya que sabía de propia cuenta lo agotador que podría ser su hijo.
El pequeño fue a su encuentro, mientras lo abrazaba. El sonrió enternecido por lo adorable que llegaba a ser.
- ¿Que sucede?... ¿Porque vienes a mi encuentro justo después del desayuno?- el sabía que eso era extraño, pero no podía negarle nada, era su vida.
El pequeño corrió torpemente a aferrarse a la pierna de su padre, quien encantado soltó una carcajada.
Lo observo y él se sintió maravillado, de las características tan particulares que presentaba su descendencia.
Era tan parecido a sus antepasados, lo único que los diferenciaba eran sus ojos, como la noche estrellada.
Aunque en la pintura el rostro de los héroes no era retratado como tal, ya que nadie que no fuera su sangre podría saberlo.
Por algo era su legado y con el la vida misma tenía otra oportunidad.
Tan ensimismado estaba en ellos, que olvidó lo más importante.
- papá, mamá ha dicho que nos iríamos del palacio- soltó el pequeño con tristeza
El emperador suspiró, se sintió cansado de repente y no quería dar una respuesta a su pequeño.
no podía decirle lo que se avecinaba.La criada que se encontraba de pie empezó a jugar con sus manos, reflejando su preocupación.
Él lo sabía, no había mucho que pudiera hacer si quería terminar la guerra rápido sin tener que preocuparse de más.
Así que se puso de rodillas, causando que la criada lanzará una exclamación ahogada de sorpresa.
Se giró alerta, para ver quién era el intruso y se sorprendió de verlo.
-Damian ....- que era su mano derecha, acababa de llegar a su encuentro.
El joven, que no aparentaba más de 20, era el mejor caballero en el campo de batalla, que de manera sanguinaria masacraba a los enemigos del emperador, pero esta vez se le notaba sumamente preocupado.
Su repentina entrada era fruto de malas noticias, considerando lo que estaba sucediendo en todo el reino.
La dura guerra traería la muerte de todos los de sangre real, o eso era lo que querían los rebeldes.
Pero todo estaba fríamente calculado, para salvar una vida había que hacer grandes sacrificios.
No estaría para el, no le enseñaría lo que los suyos llevaban ocultando por generaciones.
Más su pequeño príncipe se salvaría, de una forma u otra.
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El Principe Del Bosque
FanfictionLo seguí adentrándome al espeso bosque. El sonido de las cigarras pidiendo por la inminente lluvia se me hacía relajante, después de perderlo de vista. Me pare a recuperar el aliento, apoyándome en un árbol cercano, tranquilizando mi apurado corazón...