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Si Kun tuviera que enumerar las cosas favoritas de su mejor amigo, tal vez partiría por su burbujeante personalidad. A veces podía ser un poco molesto, sobre todo cuando lo usaba a él como flanco de sus bromas, pero también sabía que no podría vivir sin su risa. Le gustaba como sus ojos brillaban con pasión cada vez que bailaba, como se esforzaba para aprender chino entre clases, cuando se molestaba y comenzaba a mezclar todos los idiomas, hasta le gustaba cuando lo despertaba a las 3 am después de llegar de alguna fiesta para conversar acerca de sus inquietudes y luego dormir incomodos en la cama de una plaza.

Había muchas cosas que a Kun le gustaban de Ten, pero también estaba ese "secreto" con él que a esas alturas ya no sabían cómo lidiar.

Todo empezó hace poco, dos semanas tal vez. Kun tenía que ir al departamento de Ten para ayudarlo con un par de cosas que el chico no le había especificado, así que cuando se vio desocupado 40 minutos antes de lo previsto decidió ir directamente dónde su mejor amigo. Por razones de fuerza mayor Ten le había revelado dónde dejaba sus llaves de emergencia así que esperando que no le fuera a molestar iba a hacer uso de su privilegio de mejor amigo y se iba a tirar a dormir en su cama size king mientras él volvía de sus clases.

Por supuesto no esperaba, al entrar al departamento, encontrarse con Ten corriendo de un lado a otro, con un ajustado vestido a cuadros de color amarillo y una peluca negra que le llegaba a la mitad del hombro, hablando por teléfono, sin prestarle atención.

-¿Ten?- Kun no sabía si aquello fue peor que haberse quedado de pie sin decir nada hasta ser descubierto, pero en ese momento lo hubiera preferido porque la mirada de terror en los ojos de su mejor amigo mientras lo miraba, fue simplemente desgarradora y lo que ocurrió después fue aún peor.

Gritos, empujones y llanto.

Kun intentaba explicarle a Ten que no le importaba, pero él no escuchaba; lo corrió a golpes de su hogar y el recuerdo de la pelea quedó marcado en su rostro por casi una semana, una semana en la que Ten no le respondía las llamadas, lo ignoraba en la universidad, se alejó de él, como si no se conocieran, como si lo hubiera olvidado para siempre.

Pero cuando la cicatriz de su rostro desapareció, Ten seguía sin volver, y Kun no sabía qué hacer. Siempre que se intentaba acercar a él, Ten daba media vuelta y se escapaba, rompiéndole un poco el corazón; y no era el único en notarlo.

-¿Qué le hiciste a Ten?- Yangyang llegó a la hora de almuerzo junto a él- Dije que no me iba a meter, pero todo esto es muy raro, de la nada llegas con un rasguño horrible en la cara y Ten no te habla. Acabo de decirle que íbamos a comer aquí y me salió con una estúpida excusa de que dejó no sé qué en no sé dónde. Puedo ser menor que ustedes y todo, pero no soy tonto, me doy cuenta que está escapándose de ti.

Xiaojun que estaba sentado con él desde antes, lo miraba sin entender.

-Nada pasó. Y ya te dije que fue Louis quien me rasguño.

-¿Y por qué tú y Ten no hablan?

-Si hablamos- Kun corrió la vista a su fuente con comida.

-¿Haber? Muéstrame su chat. ¿Cuándo fue la última vez que hablaron?

Kun no dijo nada, las últimas dos semanas había estado enviándole mensajes a Ten que fueron ignorados magistralmente, ni siquiera habían sido leídos por el otro.

-Lo sabía, ustedes dos se pelearon. ¿Por qué no nos cuentas?

-No fue nada, en serio.

-¿Ustedes se besaron?- Xiaojun preguntó de la nada.

-¿Qué? Claro que no. ¿Por qué dices eso?- Xiaojun tan sólo se encogió de hombros ante la exagerada reacción de su amigo, pero Yangyang lo interpretó de otra manera.

LO OÍ -- KUNTENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora