-¡Y no vuelvas nunca más. Tú quedas descartado de aquello que era tú herencia. Desde ahora dejas de ser mi hijo..! - menciono con furia la señora de la casa, aquellos ojos negros con aquella piel palida eran dueños de los gritos que resonaban por toda la vecindad, y es que. ¿Quién aceptaría que su único heredero e hijo haya concebido un hijo con su propia empleada?.
Claro que ella no, cerro la puerta con llave para que el joven no entrara nuevamente.
Bien, entrando en contexto, el joven Marco se encontraba fuera de la casa de su madre, quien hace unos minutos lo había echado fuera después de enterarse que no solo mantenía relación con Rossie la empleada doméstica, si no que está esperaba un hijo.
Y aunque el quería esperar hasta su enferma madre muriera para recibir aquella tan preciada herencia, sus planes como el que Rossie subiera de peso y el encontrarlos la noche anterior teniendo relaciones se les había salido de las manos.
Rossie había sido despedida esa misma noche y mandada a su hogar, una pequeña casa a la orilla de la ciudad, y aunque fácil su relación hubiera terminado, este se negaba diciendo que la amaba y ahora sería padre.
Pero, ¿Quién no se molesta por el echo de pasar a ser el heredero de aquella gran fortuna a ahora no ser más que un pueblerino?.
Y aunque aquella relación, era "amor", el único culpable ante aquella desdicha era aquel quien crecía en el vientre de su amada.
O eso pensaban ambos, quienes dejaban que su avaricia cegara aquel "amor" con el que habían profanado al pobre alma, con un odio hacía el ya mencionado. Por qué después de todo, el era el culpable ¿No?.
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Los meses habían pasado, con trabajo ahora la joven pareja quienes no pasaban de los 27 años habían apenas sobrevivido, y a pesar de que podían haber trabajado la madre del mismo le había echo la vida imposible haciendo que nadie aceptará como empleados a ninguno. Y si, la pasaron mal pero después de todo salían adelante. Aquel odio por el pequeño en camino aumentaba, después de enterarse que la gran señora Marley había muerto después de unos días de su último encuentro.
Si tan solo, si tan solo no se hubiera enterado, aquella pareja viviera entre lujos y no entre la basura como ellos lo llamaban, pero después de todo era culpa del niño ¿No es así?.
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Con un padre alcohólico ante la situación, y una madre prostituta quien se encargaba de cuidarlo, el pequeño de hebras y ojos negros como la noche era "cuidado", aunque su rutina era despertar comer, estar encerrado en casa y ver cómo anochecía dónde más hombres entraban en casa con su madre. Su padre quien aceptaba eso con tal de no morir de hambre.
Por qué si, el pequeño era tan tranquilo que después de su nacimiento a pesar de ser complicado y muy riesgoso ante la vida que llevaban sus padres no había presentado alguna enfermedad, deformidad y tendía a ser muy tranquilo.
Por otro lado su padre se hundía en alcohol maldiciendo entre dientes el por qué de su situación, su madre quien se acostaba con tantos hombres pudiese y el siendo un pequeño niño de tan solo 3 años quien no veía si quiera la luz del día.
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Las hora, los días, las semanas, y meses pasaban, la ahora madre del niño se encontraba enferma, había cogido una enfermedad después de haber estado con quién sabe cuántos hombres, su padre quien no hacía otra cosa más que beber.
Y el, el pobre niño quien se encontraba llorando con desesperación pidiendo a gritos atención de sus padres, los cuales por obvias razones si quiera lo atendían.
Y es que si, el odio por aquel pequeño habría crecido, sus padres mal decían al cielo por haberles dado al pequeño, quien sin algún motivo les había echo la vida imposible.
Marco, el padre quien ahora le gritaba para que se callara solo hacia que este llorara aún más. Ahora con 4 años de edad había Sido rechazado por su familia incluso antes de nacer. Un "error" como lo llamaban sus padres.
-Deberiamos hacer algo contigo, ¿No lo crees?, Tú madre quien era la única que nos mantenía está enferma y tú, tú solo te la vives llorando. ¿No crees que ya nos debes mucho?, Si no fuera por ti ahora estaríamos disfrutando de aquellos lujos que la señora esa me hubiera heredado.-
Comentaba el ahora señor de 32 años, quien maldecia y entre balbuceos hablaba con el menor como si este le entendiera. Miro de reojo a su mujer quien se encontraba sobre la cama a causa de su enfermedad y después al menor, quien ahogaba su pequeño llanto entre sus manos.
-pero después de todo, tú eres el culpable de que tú madre esté en esa situación, ella está enferma por tú culpa- volvió a hablar el mayor quien miraba con odio a su hijo, como si este entendiese comenzó a llorar con fuerza recibiendo una cachetada por su padre, quien había provocado aquel llanto.
Por qué a pesar de ser un niño, y no saber el significado de aquellas palabras le había dolido, su pequeño corazón dolía ante aquellas palabras las cuales no entendía pero dolían. Y era como siempre desde que nació, dolía siempre dolía.
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Y ahí se encontraban ambos padres con aquel niño quien ya con 5 años miraba con miedo a los mismos, la puerta del lugar fue abierta llamando la atención de uno que otro cliente del burdel, ¿Qué hacía una pareja y un niño en aquel lugar?, Bueno la respuesta era rápida los enfermos padres quien llevaban al pequeño habían decidido venderlo, por qué si después de todo era su culpa. Todo había sido su culpa.
-¿Lo aceptará?- pregunto Rossie al hombre frente a ellos, su barba blanca como la nieve al igual que la pica cabellera quien posaba su pesada vista sobre el menor.
-No lo sé, sabes que no trabajo con menores, menos si es un niño- respondió si más ganándose una risa por la única mujer en aquel lugar.
-Señor Harold, ambos sabemos que no es así, cuando trabajaba aquí menores e incluso niños eran ofrecidos a los clientes y ahora me dice que "no aceptamos a niños", por dios..!-
-No es eso, es que Rossie es tú hijo..!,¿Acaso venderas a tu hijo por un poco de dinero?.-
La mencionada arqueo una ceja, miro a su pareja quien tomo su mano para contestar.
-El no es nuestro hijo, no lo queremos como uno, y después de todo ustedes ganarán como nosotros- hablo firme el hombre quien le miraba penetrante.
-¿Están seguros que quieren hacerlo?.
-lo estamos-
Comentaron ambos al unisono quienes no dudaron de su respuesta.
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Gatito.
Teen Fiction¿Cómo un pequeño de rostro angelical podía terminar con sus padres?. ¿Como un pequeño pelirrojo de rasgos gatunos había terminado con eso?. Y aún más importante, ¿Cómo pudo salir a delante?.