"Moneda"

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Liyue, la nación de los contratos y la mora. Reinada por el mismísimo Dios de la guerra y los contratos, volviendola una de las naciones más prominentes de Teyvat gracias a que de allá venía la mora

Sin embargo, algo que pocos sabían fuera de aquella región es su abundancia de espíritus con acceso a establecer contacto con los mortales, algunos eran simples fantasmas que venían a darte un susto al no poder pasar al otro lado, pero otros eran diferentes, incluso de un estado irreconocible

A eso venía la familia más prominente del gremio de comerciantes de Liyue, pues esta tenía un gran secreto que sólo ellos sabían

No eran humanos, en su mayoría eran demonios en la forma literal de la palabra, demonios de un gran estatus con la habilidad de camuflarse entre los humanos y vivir perfectamente como uno de ellos, algunos mitad humano y otros de sangre pura

"Este libro se ve interesante, me gustaría llevármelo. Por favor"

Dijo una voz suave y calmada. Esta provenía de un jóven de cabellos azules y ojos color miel, su mirada transmitía calma y serenidad. Casi digna de lo que representaba su visión. Al verlo jamás te esperarías que en realidad ese aspecto tan inofensivo fuera tan sólo una fachada que utilizaba para esconder su verdadero ser

Acostumbraba a visitar la biblioteca frecuentemente, tanto que estaba cerca de haberse leído todo el contenido en ella, era simplemente increíble y surreal. Mucho más considerando sus ocupaciones por su entrenamiento en la academia Guhua y su trabajo debido a su estatus social al haber nacido en una prominente familia de comerciantes. Al ser el hermano menor no heredaría completamente las ocupaciones gremio, pero tendría que trabajar sí o sí

A muchos les sorprendía por lo inhumano que sonaba el poder hacer tantas cosas a la vez con su edad y resaltar en todas ellas siendo que un prodigio teniendo como única excepción su caligrafía digna de parecer otro lenguaje fuera de Teyvat y unas habilidades de canto que te hacían gritar por ayuda, pero él realmente no encontraba ninguno de sus talentos impresionante ya que sabía parte de la razón del porqué era tan capaz

Jamás pensaría atribuirle todos sus logros a algo tan simple como no ser totalmente humano y por ende no poder equivocarse tanto como uno, pero no podía des-ver la realidad de las cosas

Y eso estaba bien ¿Qué clase de idiota se quejaría de ser tan bueno en casi todo?

Él no lo haría

Y eso te llevaba a preguntarte ¿Cómo pudieron pasar como si nada con la cantidad de exorcistas en Liyue?

Era simple. A diferencia de muchos de los demonios y espíritus en la región, la familia nunca tuvo intenciones malignas que los hiciera desbordar energía negativa haciendo que tuvieran que ser exterminados. Siempre hubieron ovejas negras, pero en su mayoría eran pacíficos y bastante propensos a establecer lazos con otros humanos, tanto amistosos como románticos

Sí, sonaba como una locura. Pero los espíritus no eran necesariamente malos, muchos sólo querían vivir una vida relativamente normal

Puede que sonara bizarro, pero así eran las cosas. Su sangre no provocaba nisiquiera la menor pizca de vergüenza u orgullo al joven peli-azul, realmente era algo que le daba igual, pues jamás se vio envuelto en la necesidad de usar su poder para algo que no fuera transportarse u ocultar las partes que lo delataban como demonio al ser visibles en su cuerpo dejando tan solo unos pequeños colmillos, lo suficientemente pequeños como para no notarse todo el rato pero lo suficientemente grandes como para llamar la atención cuando este abría la boca, ¿Porqué? Simplemente le gustaban, no había más trasfondo

Le daba casi el mismo trato a su visión. Estaba agradecido de obtenerla pues era un regalo de los mismísimos dioses que pocos podían exhibir, pero intentaba no usarla para no quedar dependiendo de ella al pelear, por lo que esta muchas veces llegaba a parecer un simple adorno lujoso por el poco uso que le daba a menos que la situación realmente lo necesitara

Positividad Demoniaca [Xingqiu & Chongyun] (Pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora