1. Alguien que se parece mucho a vos

Parte 1.

También me pongo un poco nerviosa cuando algo que me genera ansias se demora.
Pero la demora también me genera ansiedad. Soy blanco y soy negro. También soy todos los matices que existen entre todos esos colores. Cuando estoy conectada con mi esencia, me parezco mucho a un arcoíris. Pero también, conecto con los oscuros y con mis sombras. Bueno, y aunque no va al caso, a veces me dejo llevar. Estoy aprendiendo a fluir. 

Lo cierto es que hoy hablé con un compañero de un trabajo en el que en poco tiempo logré un acercamiento y cariño con personas como nunca antes en ningún trabajo; fue pasajero, solamente estuve ahí 3 meses. ¿Alguna vez te pusiste a pensar que la vida te pone solo un ratito en determinados lugares, o cerca de determinadas personas? Yo pienso que sí. Y aunque te quedes con ganas de más, hay algo muy importante: ahí aprendés que no es la cantidad de tiempo que compartas con alguien o estés en un lugar, es la calidad. No es visitar Capadoccia dos días, es la calidad de esos dos días que visitaste Capadoccia.  

La realidad es que dije Capadoccia porque me gustan los globos aerostáticos. Pero puede ser cualquier parte del mundo que te genere curiosidad y entusiasmo visitar. ¿No te parece una resulta una pregunta difícil de responder cuando te dicen: qué país visitarías? No sé ... yo no tengo solamente uno. ¿Sabés por qué? Porque si voy Europa o me quedo en América, da casi lo mismo si puedo reír y agradecer en cualquier lugar. En fin, no sé por qué estoy hablando de los países. Hace mucho tiempo no escribía. 

Ese trabajo realmente dio vuelta ciento ochenta grados mis planes y expectativas. Martín, mi compañero, me comentó que había podido alcanzar objetivos que tenía hace tiempo pendientes. Yo conocía parte de esos objetivos. Parte del acercamiento generado en ese lugar me hizo conectar con las partes más puras de algunas personas. 

Martín en un audio largo pero ameno de escuchar, me contó acerca de él y su vida, sus objetivos cumplidos y sus metas presentes. Pasaron casi 10 meses que no nos escribíamos.
''A veces me siento estancado'' me comenta en una parte de la conversación. Aún habiendo alcanzado parte de sus objetivos, las exigencias y el hecho de querer ir por más y más le hace sentir que algo le falta, que está estancado, que falta algo más. ''¿Y ahora cómo llego a hacer esto que también quiero y no tengo?'' 

Tal vez la vida se nos vaya en esa pregunta, y sea la que muchas veces nos aleja del presente. Yo también a veces me siento estancada, Martín, le comento. Pero cuando pienso en eso automáticamente también se me ocurre que si fuera tan sencillo estar donde queremos y no donde necesitamos, la vida sería mucho más aburrida. 

¿Te preguntaste alguna vez por qué estás donde estás hoy? ¿Por qué estás cultivando los vínculos que estás cultivando? ¿Por qué estás en ese trabajo? ¿Por qué elegiste la carrera que elegiste? ¿Por qué haces las cosas que haces día a día? 

Dos cosas tengo para decirte. Una es: intentá cambiar ese - por qué - de cada cuestión, por un - para qué -. Eso te va a acercar al presente, que en definitiva, es lo único que tenés. Incluso, te va a acercar a un montón de respuestas que creías perdidas.
Tal vez te replantees tus sueños, tus metas, e incluso, tu felicidad. ¿A quién o qué se la estás entregando? 

No creas nada de lo que te digo, comprobalo con tu propia experiencia. Ah, y lo último que tengo para decirte, pues dije que eran dos cosas, es: recordá que no siempre vamos a tener lo que queremos. Por eso, la clave siempre está en querer lo que tenemos. 

Te manda un abrazo,

alguien que se parece mucho a vos.