09 - Cálido

2.4K 367 46
                                    

ADVERTENCIA: Este Fanfic fue adaptado de una obra previamente realizada por mi con el ship Kaisoo, misma que esta inspirada en el kdrama secret. Quiero mencionar que este fic es una montaña rusa de emociones y quizá a veces se van a enojar mucho, otras me van a odiar o a un personajes solo espero que le den la oportunidad.

Igualmente aclaro que NO se nada de leyes y todo lo que esta aquí descrito es mera ficción puesto que no se como funcionan las leyes con certeza en estos casos.

Disfruten.




POV MEW.

Camine detrás de él, las calles estaban ya oscuras. Entro a una biblioteca que estaba sobre la calle. Mis pies lo siguieron. En mi cabeza era inconcebible de Gulf Kanawut fuera inocente. No podía ser inocente, todas las pruebas lo señalaban, él mismo no decía lo contrario. Siempre acepto su destino sin rechistar.

Mi cabeza daba vueltas, el solo pensar que durante este año se inculpara a alguien inocente, me dolía el estómago y tenía ganas de vomitar. Por todo lo que había pasado, por el año en la cárcel, porque mataron a su padre y porque le hicieron tantas cosas dentro de ese lugar. Tul había dicho que lo habían violado y justo ahora enserio quería vomitar.

Me adentre a la biblioteca, se sentó en una de las mesas vacías del lugar. Tenía un pequeño libro en sus manos. Lo observe desde una esquina del lugar. ¿Qué estaba haciendo aquí? No lo sabía, simplemente mis pies habían hecho que bajara del auto y siguiera a este hombre. El mismo que había encontrado días atrás a punto de morir, el mismo que se veía seguía sin comer ni dormir bien.

Su amigo, el chico que salió de prisión hace unos días, hoy se había ido antes dejándolo solo y yo solo lo había seguido, atento a sus pies que arrastraba, a sus manos que frotaba. Sentía mucho, mucho remordimiento. Sus ojos no me habían dejado dormir, esos ojos llenos de arrepentimiento. Hacía meses que no tenía pesadillas y desde ese día había iniciado de nuevo, pero, ahora. Él estaba en ellas.

Soñaba que él era inocente, que había pasado por tantas cosas sin ser el causante de todo lo que se le acusaba.

No sé cuánto dure ahí, simplemente de había recargado sobre la mesa y había cerrado los ojos. Su respiración estaba acompasada. Me acerque un poco, lo mire desde esa distancia, me incline un poco para verlo mejor.

Sus pómulos estaban un poco más rellenos, sus ojeras eran más claras pero por lo demás seguía igual. No parecía que su cuerpo hubiera aumentado de peso. Su piel era pálida pero sus labios, esos labios seguían tan rosas como siempre. Su ceño se frunció como ese día en el hospital y fue imposible no llevar mi dedo a su frente. Su ceño se relajó y me dio una pequeña sonrisa. Era como si mi tacto lo relajara.

Me quede así unos minutos, pero, cuando moví mi dedo sentí que despertaba. Me quede ahí pegado al suelo. No sabía a donde moverme. Sus ojos grandes me miraron, estaban cansados, sonrió un poco y se incorporó.

-Señor Suppasit – cuando cayó en cuenta de quién era su sonrisa lo abandono y me miro serio.

-Gulf, no sabía que andarías por aquí – fue lo único que dije.

-Sí, emm yo... creo que me voy – dijo tomando sus cosas pero paro antes de moverse. Me miro un segundo. Precia que estaba debatiendo algo.

-¿Pasa algo?

- Señor, yo... gracias por lo del hospital. Me entere que un Mew Suppasit me había llevado y había pagado la cuenta. Muchas gracias. Le pagare cada centavo pero, gracias por salvarme – hizo una reverencia y así se quedó un momento – Sé que no merecía que me salvara pero, gracias. Es tan bueno después de todo lo que hice – estaba llorando, pude verlo.

-No fue nada Gulf – el impulso por decirle que no llorara casi me gana.

-Gracias – se levantó y se limpió el rostro. De nuevo se iba a ir pero pareció pensar algo. – Usted... ¿Usted quisiera que le preparara algo de cenar? Digo, si no ha comido. – me miro a los ojos, yo estaba muy sorprendido. Después de todo lo que le he dicho ¿Cómo se atreve a ser así?

-No creo, me imagino que su amigo lo espera.

-No, él salió con un amigo. Yo, enserio no quisiera llegar a estar solo y pues puedo pagarle un poco. Sé que tal vez no le guste pero soy bueno en la cocina. Juro que no lo envenenare – casi solté una pequeña risita. – Sé que me odia pero, déjeme hacer esto por usted – mi cabeza me decía que no, pero, si reclutaba ser inocente sabía que jamás podría vivir con eso.

-Está bien.

-Genial, mi casa está a unas cuadras – sonrió con temor y asentí. Era la primer sonrisa real que le veía después de hace mucho.

-No lo he perdonado Gulf, solo dejo que me pague – dije con voz fría, él asintió.

-Lo sé y gracias señor.

-No me diga señor, solo le gano con 3 años – asintió una vez más y camino delante de mí.

El camino a su casa fue lento, él seguía arrastrando sus pies como si jamás quisiera llegar o como si estuviera cansado. Se detuvo en una tienda a comprar cosas para la cena. No nos dirigimos ninguna palabra.

Cuando llegamos a su casa, me miro por unos momentos y después me hizo pasar.

-No es mucho, mi padre la construyo cuando yo tenía 5 y mamá aún estaba. Después de eso nos hizo falta dinero y no pudimos hacerle más. Pero, está limpia, así que puede pasar – asentí.

Su casa por dentro era una casa pequeña, era como la casa que tenía mi abuelo en el campo cuando lo visitábamos. Era una casita de familia. No tenía muchas cosas por dentro. Lo único que pude notar fueron las fotos, un Gulf sonriendo en ellas y a sus padres con él.

Cuando vio que observaba las fotos, las puso boca abajo para que no se viera.

-Sé que no soporta verme feliz – susurro y sentí mi estómago caer.

Camino hasta su pequeña cocina.

-Tome asiento. En un momento le preparo algo – vi como lavaba las verduras y comenzaba a cocinar.

Mi vista seguía recorriendo la casa, mi vista fue a las fotografías que había ocultado.

-Supe que su padre murió – dije de pronto. Él dejo de moverse un segundo y yo quise volver las palabras a mi boca.

-Sí, hacer unos meses – se limpió el rostro un poco.

-Lo lamento – susurre, el volvió a limpiarse de nuevo el rostro pero, no dijo nada.

Me preparo espagueti con carne y verduras, cuando fi el primer bocado. Mi saliva se hizo agua. Hacía mucho tiempo que no probaba algo tan rico.

Lo mire, me observaba comer.

-¿No comerá nada?

-No tengo apetito, gracias.

-Está muy flaco, debería comer – hizo una mueca.

-Es solo que no me pasa la comida –lo observe un segundo.

-Por eso se enferma, debería comer – asintió y siguió mirándome comer. Su mirada me ponía un poco inquieta. – Esto esta delicioso – dije por fin, vi como sus ojos se iluminaban un poco, eso jamás lo había visto en él. – Pruébelo.

El asintió y se pudo un poco de comida en un plato. Lo probó y sonrió un poco para sus adentros. La primera sonrisa sincera salió también de mis labios. Después de eso no pudo dejar de comer, parecía que no había probado bocado en años.

Cuando hube terminado y me disponía a salir del lugar, Gulf me paro. Me entrego un sobre en la mano.

-Aquí hay algo de dinero, espero poder pagar lo que falta en un tiempo. Después ya no tendrá que verme. Sigo sintiendo todo lo que ha pasado. Miró al suelo. Solo asentí y tome el sobre. Mis pies se movieron solos a la salida. – Gracias señor Suppasit.- Cerró la puerta y me dejo ahí, afuera de su casa.

Ahora tenía que caminar hasta mi auto de nuevo, hacía mucho frio, mis manos temblaban pero, mi estómago se sentía caliente, Muy caliente.




ROTO | MEWGULFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora