Entramos a la sala, nos sentamos en el rincón donde está alto, empezó la película es de acción, suspenso, y un poco de amor, a la mitad de la película siento una mano recorrer mi muslo, Gigi me sonríe, trato de separar su mano de mi muslo pero me es imposible, termino la película, salimos de la sala de cine.
- Ahora a donde quieres ir - dice mirando mis manos.
- Vamos al parque - dije, entrelazando nuestras manos.
- Está bien, vamos - dijo, jalando me un poco.
Llegamos al parque hay muchos niños jugando, nos sentamos en una banca.
- Quieres un helado - dice mirando a la nada.
- Si - digo mirando mis muslos.
- Vamos - me jalo hacia ella.
Pedimos dos helados, los empezamos a comer, paso el día muy rápido hicimos muchas cosas, nos divertimos, nos subimos al carro, ella condujo a no sé dónde yo solo veía el paisaje a través de la ventana, ella me dijo que bajara así que baje, entramos a la casa, es muy hermosa no es ni tan grande ni tan pequeña.
- Vamos te tengo una sorpresa - me guío.
Subimos unas gradas, llegamos a al frente de una puerta, cuando entramos me quede muy sorprendida. Está todo decorado con mi color favorito, en medio de la habitación hay un cartel que dice " Quieres ser mi novia" hay peluches, chocolates, dulces, etc... me volteo y la abrazo.
- Si - digo separando me de ella.
- Te amo, siempre me has gustado - dijo, mirando me.
- Yo también - digo, sonrojada, nos dimos un beso.
- Que quieres hacer - dice poniendo su manso en mi cintura.
- Dormir - digo mirando su barbilla.
- Me contaron de que eres muy dormilona - dice con una cara graciosa.
- Si - digo con una risa.
- Está bien durmamos, quieres dormir aquí - dice mirándome con un brillo en sus ojos.
- Está bien, me prestas una pijama - digo mirando mis pies.
- Está bien, vamos - dice empezando a caminar.
Llegamos a su habitación, me prestó un shorts y una blusa grande, me la pongo, me acuesto a la para de ella, me abraza, me quedo dormida, siento besos en mis mejillas, abro los ojos y sonrió ella lo hace igual.
- Buenos días bebé - dice, acariciando mi cabello - como amaneciste - agarró mi mano.
- Bien y tu - restregando mis ojos.
- Bien - me miró fijamente - quiero que todas las mañanas sean así, despertar junto a ti - me dijo dándome un pico.
- Igual amor - digo acostándose de nuevo ya que estaba sentada.
- Vente a vivir conmigo - dice, mirando con un gran brillo en sus ojos.
- Lo voy a pensar - dije, mirando al suelo.
- Vamos a comer - dijo levantándose - vamos perezosa - me jalo la mano.
Me levanté, bajando, cuando llegamos a la mesa ya está toda la comida, nos sentamos y empezamos a comer, empezamos a hablar.
- Mañana no vallas a trabajar - dijo mirando su plato.
- Por que - dije alzando la mirada.
- La empresa va a tener que cerrar durante un tiempo - me dijo, si expresión era feliz.