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Hoseok antes de poder marcar, su móvil comenzó a timbrar

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Hoseok antes de poder marcar, su móvil comenzó a timbrar. Era Jungkook que devolvía la llamada.

Pero Hoseok no contestó. No podía hacerlo. Dejó que el teléfono dejara de sonar y enseguida marcó el número de Taehyung.

En breve el hombre contestó y Hoseok le contó todo lo que había pasado.

-No te muevas, iré inmediatamente ─. Dijo Tae.

Hoseok trató de calmarse, su mente no podía hilar dos pensamientos de manera coherente. La angustia y el temor lo estaban volviendo loco. Una vez más se decía que todo esto no le podía estar pasando a él.

No supo cuánto tiempo pasó cuando sonó el timbre de la puerta. Ese era Taehyung. Con él allí las cosas podrían ir mejor. Sí, Taehyung con su tranquilidad y aplomo podría ayudarle. Corrió a abrir la puerta, pero no era Tae.

Era Jungkook.

Tan guapo y tan imponente como esa misma mañana. De nuevo su postura y elegancia llenaban el lugar de una manera que Hoseok no podía entender. En su pecho saltó algo... ¿Qué era?

De seguro miedo. Ese hombre era el enemigo.

Lo observó por unos segundos, en silencio, y entonces su única reacción fue cerrar la puerta. Pero él fue mucho más ágil y antes de que Hoseok pudiera cumplir su objetivo, él empujó y entró.

-¿Qué hace aquí? ¿Cómo se atreve? Váyase de inmediato ─. Exigió él.

Jungkook lo miró. El joven había tratado de cerrarle la puerta en las narices y casi lo logra, pues al verlo de nuevo quedó atónito por la belleza del muchacho a pesar de que el bello rostro reflejaba inquietud.

-¿Dónde está Jenn? ─. Preguntó él decidiendo que debía concentrarse en lo realmente importante.

Hoseok le dio la espalda para que no pudiera leer su angustia en el rostro.

-Salga de inmediato ─. Insistió.

Pero la única respuesta que obtuvo fue que el hombre lo tomara de un brazo, lo giro hacia él y pusiera sus manos sobre los brazos de él para sostenerlo frente a sí.

-¿Qué fue esa llamada? ¿De qué me acusas y dónde está Jennie?

-¡Suélteme! ─. Amenazo él, tratando de liberarse sin lograrlo.

-¡Contéstame! ─. Insistió él. Entonces Hoseok comenzó a llorar de nuevo.

-No sé. No sé dónde está Jenn. Discutimos, le dije que no podía volver al parque sola y menos si usted la esperaba allí. Se enfadó y no sé... se escapó de casa.

Jungkook sintió el inexplicable y absurdo impulso de abrazarlo, de estrecharlo contra su cuerpo para acariciar los suaves cabellos y decirle que la hallarían y que todo saldría bien.

Entonces sacudió ese ridículo pensamiento de su mente y lo soltó antes de sucumbir a la tentación.

-¿Qué clase de padre eres? ─. Preguntó entonces enfadado.

-¿Qué? ─. Exclamó Hoseok atónito.

-Un padre que no sabe dónde está su hija después de que la regaña por algo que ella no tiene la culpa, ¿Qué clase de Omma dices ser?

Hoseok sintió ganas de abofetearlo, y de pedirle que lo consolara al mismo tiempo. Cuando lo había tomado con sus manos cálidas había sentido la fuerza de los brazos y se preguntó qué se sentiría poder descansar en ellos.

-Nunca antes había pasado ─. Le contestó mirándolo con furia -. Nunca antes había regañado a mi hija y jamás se había escapado.

-Eso es lo que tú dices ─. Dijo él tomando su teléfono móvil para no fijarse en los hermosos ojos brillantes de furia-. Lo mejor es llamar a la policía...

Hoseok no había pensado en eso. ¿Cómo era posible que no pudiera pensar en lo más lógico y sensato?

-No ─. Dijo de súbito Jungkook -. Quiénes son los amiguitas o amiguitos de Jennie? ¿Dónde viven? Quizás fue donde uno de ellos.

Hoseok pensó en los niños vecinos con quienes su hija solía jugar. Vivían cerca, justo frente al parque... el parque...

-El parque ─. Dijo Hoseok-. Puede estar ahí.

Sin más demora se dirigió a la puerta con la intención de correr hacia el lugar. Tenía una corazonada.

No notó que Jeon lo seguía, que iba tras de él. El trayecto era corto, pues el parque estaba a sólo una cuadra de la casa. Y en cuanto llegó la vio. Estaba sentada junto a los columpios. Había más niños allí jugando, pero su pequeña estaba sentada en el suelo, en ánimo de derrota. A Hoseok se le partió el corazón al ver así a su niña. Corrió hacia ella llamándola.

En cuanto la niña vio a los adultos que llegaban se levantó. Pero para sorpresa de todos, no fue Hoseok hacia quien corrió sino hacia Jungkook. El hombre se agachó y tomó a la niña entre sus brazos.

-Me castigó, me dijo que no podía volver a verte ─. Fue lo que dijo sollozando Jennie en los brazos del hombre.

Hoseok se sintió perdido. Su hija prefería abrazar a ese desconocido... no, no era un desconocido, la niña ya sabía que era su padre. Por eso lo abrazaba. Por lo que fuera, su pequeña lo prefería a él. Los ojos del muchacho volvieron a llenarse de lágrimas.

Jungkook acarició la cabeza de la niña y la estrechó entre los brazos unos segundos antes de mirarla al rostro para hablarle.

-No debiste escaparte ─. Dijo el mayor.

-Pero es que mi Omma me dijo que ya no te vería más ─. Insistió la pequeña.

-De todas maneras. Le diste un susto muy grande. Lo hiciste llorar. Tu Omma ha estado muy angustiado. Eso no se hace, Jennie.

-Pero...

-Pero nada. Discúlpate con él. Dale un abrazo y prométele que no te volverás a escapar.

La niña se acercó al afligido Hoseok y le habló.

-Perdóname, Omma. Ya no lo haré más.

Hoseok se agachó y abrazó a su hija. No podía hablar. Eran muchos sentimientos encontrados. Lo más importante era que había encontrado a su hija.

-Creo que lo mejor es que vayamos a casa. Hay muchas cosas de las que hablar ─. Dijo Jungkook.

Hoseok se levantó y tomó de la mano a la pequeña que además extendió su manita libre hacia Kook. El hombre la tomó y caminaron los tres hacia la casa.

Por fin en el lugar, Jungkook se sentó en un sofá e hizo que Jennie se acomodara en sus rodillas.

-No vuelvas a escapar ni una sola vez más Jennie, porque entonces Omma tendrá que castigarte ─. Advirtió.

Hoseok sintió enfado por ese hombre no tenía por qué suplantar sus funciones de autoridad sobre la niña. Y a la vez sintió respaldo por parte de ese hombre que era su enemigo.

-Ya me castigó ─. Dijo la niña -. No quiere que yo vuelva a verte. No me quiere.

-No digas eso Jennie, él te dijo eso porque yo lo enfadé esta mañana. Fue mi culpa.

-Pero vamos a volver a vernos, ¿verdad que sí? ─. Pregunto la niña con los ojitos llenos de esperanza.

-Claro que sí ─. Contestó Jungkook -. Te lo prometo.


Hoseok odió más a ese hombre, si es que podía. Por un lado se responsabilizaba de lo que él le había dicho

¿Qué quería? De seguro pasar por un héroe. ¿Además cómo le prometía a su hija algo que no cumpliría? Él se encargaría de que así fuera, porque no iba a ceder. No le iba a entregar a su niña.

-Ahora ve a lavarte las manos y la cara, después a tu cuarto ─. Ordeno Jeon-. Pasaré a despedirme antes de marcharme.

La niña asintió y bajó del regazo del hombre para después marcharse a hacer lo que él le ordenó. Hoseok todavía estaba junto a la puerta, desde donde había observado la escena. Lo habían relegado totalmente. Era como si no existiera, como si ese hombre ya se sintiera dueño de su hija.

-¿Es eso lo buen padre que eres? ─. Ironizo Jungkook levantándose y caminando hacia él.

-No se atreva a recriminarme...

-Eso le gustará mucho al juez. La regañas, la castigas y la niña escapa. ¿Crees que puedes seguir manteniendo la custodia? Yo no lo creo.

-¡No! ─. Grito Hoseok acercándose a él-. Es la primera vez que pasa. Nunca antes fue así.

-¿Enserio? No te creo.

-No me importa si lo cree o no. Así es ─. Dijo él.

-Pues no parece probable. Hay un hecho. Y eso demuestra que no estás en capacidad de criar a la niña.

-La he cuidado durante toda su vida y he hecho de ella una niña feliz.

-Pues no parecía muy feliz hoy ─. Recalco.

-Salga de mi casa inmediatamente.

-No, Hoseok. No me voy. Esta mañana pensé que lo mejor era dejarte solo para que recapacitaras, pero ahora me doy cuenta de que es un error. Así que vamos a hablar. Quiero que me des a mi hija.

-¡Eso nunca! ─. Afirmo el castaño.

-No eres la persona idónea para criarla.

-¿Cómo puede decir eso cuando la he tenido por años?

-Y la has convertido en una niña insegura y tímida.

-¡Eso no es verdad!

-Es una niña que huye ante el primer problema ─. Siguió-. Lo que pasó hoy lo demuestra. Además ni siquiera habías avisado a la policía.

-Estaba nervioso, tenía miedo, no sabía qué hacer ni qué pensar. Nunca antes había vivido esta situación. No me puede juzgar por eso.

-Eso lo dices tú, pero no te creo nada. No vas a seguir criando a mi hija. Me la llevaré.

-Sobre mi cadáver ─. Amenazo Hoseok acercándose a él-. Ahora salga de mi casa, no le permito que siga aquí.

-No, no me iré hasta quede claro que mi hija se irá conmigo.

La paciencia de Hoseok llegó a su límite. Hope tomó a Jungkook de un brazo y lo haló para echarlo de su casa. Intento inútil porque Kook era muy fuerte y lo único que hizo fue liberarse de él de una sacudida y luego tomarlo a él por los brazos.

-¡Suélteme! ─. Suplico tratando de liberarse en vano.

Hoseok luchó y casi logra soltarse, pero entonces Jungkook lo aprisionó con sus fuertes brazos haciendo que sus cuerpos quedaran pegados. Al sentir la proximidad, Hoseok dejó de luchar.

Sólo podía sentir el calor del sólido cuerpo pegado al suyo y los fuertes brazos que lo rodeaban imposibilitándole el movimiento. Levantó el rostro para encontrar los ojos verdes de Jeon que lo miraban fijamente.

Para Kook ese abrazo también fue un golpe a los sentidos. El cuerpo tibio y delgado se percibía blando contra el suyo. Sintió su pecho subiendo y bajando, su vientre plano contra su torso y entonces su cuerpo comenzó a reaccionar. El olor dulce de su perfume llegaba a su nariz para incitarlo y cuando Hoseok levantó su rostro hacia él pudo ver el brillo de los ojos turquesa y las mejillas sonrosadas en la piel dorada.

-¿Tienes idea de lo tentador que eres? ─.Preguntó él con voz ronca. Sus palabras no sólo sorprendieron a Hoseok sino también a él. ¿Qué le pasaba con ese muchacho?


Él sólo lo miró y el color rosado de las mejillas se acentuó. Esas palabras le causaron un efecto que no podía expresar. Debía soltarse y abofetearlo por atrevido pero no podía.

Esos ojos oscuros lo tenían hipnotizado. Entonces él bajó su rostro hacia Hoseok y lo besó. Un estremecimiento se apoderó de ellos casi al unísono cuando sus bocas entraron en contacto. Los labios de Jungkook se posaron sobre los Hoseok con la delicadeza de una mariposa. Apenas tocaban y sondeaban. Jeon se dijo que no había probado dulzura igual y ese ligero toque no era suficiente.

Hoseok entreabrió la boca para recibir los besos cálidos de Jeon. Parecía que su cuerpo tenía voluntad propia porque no se opuso cuando la lengua del mayor tentó a sus labios para que se abrieran a él. Y entonces el deleite se vio multiplicado. Jamás había sentido nada igual con ningún beso antes. La lengua tierna de Jungkook acariciaba cada rincón de su boca haciéndole experimentar un calor intenso que nacía en su pecho y se extendía por su cuerpo. Quería estar más cerca de ese hombre, aunque ya estaba totalmente pegado a él.

Las manos de Hoseok pasaron sobre los hombros de Jungkook. Este también lo estrechó más, le hizo sentir el deseo que se había despertado en él. Las manos del mayor acariciaron la espalda y el cabello del muchacho mientras la pasión iba en aumento. El beso se volvió más exigente, más ardoroso. Hope comenzó a responder con la misma intensidad que él le imprimía a ese delicioso contacto que los abrasaba.

De súbito el sonido del timbre los devolvió a la realidad. Hoseok se soltó y retrocedió dos pasos. Lo miró por un segundo con sorpresa por lo que acababa de ocurrir. Enseguida corrió hacia la puerta.

-Hope, pequeño ─. Exclamo Taehyung en cuanto entró mientras abrazaba al muchacho.

El joven estaba tan aturdido por lo que había pasado con Jeon, que apenas se dio cuenta del abrazo de su amigo. Simplemente dejó que el hombre acariciara su espalda mientras los brazos de Hoseok se apoyaban sobre los de él.

-No te preocupes, la encontraremos ─ . Consoló Kim en cuanto soltó al joven mientras todavía lo tenía tomada de las manos.

-Ya apareció ─. Hablo entonces Hoseok─ Estaba en el parque...

-Buenas tardes ─. Saludó Jungkook para captar la atención de ellos.

Entonces el recién llegado lo miró y supo de inmediato quien era. El parecido con la hija de Hoseok era fantástico.

-Buenas tardes ─. Saludó de vuelta Kim, soltando las manos del muchacho y centrando la atención en el hombre -. Imagino que usted es...

-El padre de Jennie─. Afirmo Kook acercándose a Taehyung y tendiéndole la mano para saludarlo.

Taehyung correspondió y percibió que el apretón había sido un poco más fuerte de lo normal.

-Yo soy Kim Taehyung, abogado y amigo de Hope.

-Sí, ya veo ─. Dijo Jungkook y Hoseok notó algo parecido al reproche en los ojos y en la voz.

-Estoy aquí porque Hope me llamó al notar que Jenn no estaba en la casa. Vine en cuanto pude ─- Se explicó Tae.

-Pues llegó tarde porque ya encontramos a mi hija ─. Aseguro Jungkook en un tono que rayaba en la grosería.

-Me alegro de que la niña esté de nuevo en casa ─. Hablo Taehyung en tono conciliador -. ¿Estás mejor ahora? ─- Preguntó volviendo a tomar la mano de Hoseok.

Él asintió notando que los ojos de Jungkook se posaban sobre su mano unida a la de Taehyung. Sintió la extraña tentación de liberarse de esa mano, pero no lo hizo. Quizás lo mejor era que Jungkook notara que no estaba solo.

-Ya que está aquí ─. Continuó Tae─. Podríamos concertar una cita para hablar del asunto que lo convoca.

Jungkook no podía explicar la ira que lo había embargado desde que ese hombre había hecho su aparición. ¿Quién demonios se creía que era? Abrazando y tocando a Hoseok. ¡Y él no se lo prohibía! Claro, de seguro era el novio. Pero el investigador que había contratado le había dicho que a Hoseok no se le conocía ninguna pareja desde antes de que se hiciera cargo de la pequeña. Tal vez eran muy discretos. ¿Estaría casado? Ahora ese tipo quería meterse en un asunto que no le importaba.

-No sé qué tenga que ver usted en un asunto que es entre Hoseok y yo ─. Hablo con ironía.

-Hope me ha designado como su apoderado para este tema. Supongo que usted se representará a sí mismo.

Con que esas tenían. Por eso se creía con derechos. Jeon lo miró de arriba abajo con una mirada casi despectiva. No era gran cosa. Era unos centímetros más alto que ellos dos, delgado y atractivo.

-Así es ─. Hablo Jungkook-. ¿Qué tal mañana en la tarde?

Tae miró a Seok quien asintió con algo de duda.

-Para mañana será. ¿Le parece bien en la oficina de la escuela de Hoseok a las tres?

-Sí, por mí no hay inconveniente. Ya es hora de que me vaya. Iré a despedirme de mi hija.

Jungkook se marchó hacia donde había visto irse a la pequeña antes. Taehyung miró a Hoseok con una clara interrogación en los ojos.

-Cometí una imprudencia. Pensé que él se lo había llevado y lo telefoneé... enseguida llegó... fuimos al parque y allí estaba. No sé por qué me está pasando todo esto, Tae─. Hablo Hoseok con voz quebrada. El hombre volvió a abrazarlo.

-No llores. Ya verás cómo se soluciona todo ─ le dijo con voz tierna mientras todavía lo tenía abrazado.

-Perdón que los interrumpa ─. Interrumpió Jeon, llegando de nuevo -. Me marcho. Nos veremos mañana en la tarde.

En instantes Jungkook se había marchado. Taehyung y Hoseok se sentaron a tomar un té y conversar. El abogado le exponía los puntos a favor para que su hija no le fuera arrebatada, pero él no lo escuchaba. No podía.

Constantemente pensaba en lo que había pasado. Jeon lo había besado. Y él, en vez de impedirlo, le había respondido gozoso.

¿Por qué lo besó? ¿Qué le había pasado a él? ¿Por qué le había correspondido?

Era el cúmulo de emociones que estaba viviendo. Sí. Era eso. No podía ser más que eso. Su cuerpo estaba nervioso y cualquier gesto de cercanía podía desencadenar lo impensable. Sí, tenía que ser eso.

Hoseok se dijo que debía ser fuerte. Tener la mente centrada y estar dispuesto a no dejar que nada ni nadie lo distrajera de su empeño en mantener a su pequeña con él. Sí, eso era lo que debía hacer.

Sin embargo, por más que lo intentaba, su mente volvía una y otra vez a aquel beso delicioso y atormentador.

Junghope_CUSTODIA🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora