Capítulo 1

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Jennie se declaraba oficialmente masoquista. Llevaba media hora en el parque viendo a Lisa y a su novia en una cita.

Su corazón latía desesperado mientras ella aguantaba las ganas de llorar, momentos como estos solo servían para matarle esa esperanza de que Lisa alguna vez le correspondiera.

Eran amigas desde hace 10 años, ahora ambas tenían 18 e iban en la preparatoria, solían pasar cada minuto juntas o al menos eso fue hasta hace dos años cuando Lisa conoció a Yeri.

El recuerdo de Lisa contándole sobre la chica que conoció con una sonrisa en su rostro solo hacía que Jennie sufriera más, y no hablar de cuando meses después le dijo que le pediría a esa misma chica que fuera su novia.

¿Qué hacía viendo a la pareja en el parque? Fácil, se suponía que Lisa la invitaría a salir para compensar todas las veces que le había cancelado porque tenia que hacer alguna otra cosa con Yeri.

Esta vez no había sido diferente, se habían quedado de ver en el parque donde se encontraba actualmente, la sorpresa se la llevó Jennie cuando llegó y encontró a la pareja junta muy acaramelada, se había acercado tímidamente, sin embargo, su corazón se volvió a hundir cuando Lisa le había dicho que se había olvidado de que tenían planes, después de eso le había pedido unos minutos para despedirse de su novia.

Eso había sido hacia 35 minutos y contando.

Jennie suspiró con pesadez al darse cuenta que otra vez Lisa la había dejado plantada.

Miró por última vez hacia la pareja que parecía igual que cuando había llegado y sin decir más partió de regreso a su casa limpiando las lágrimas que se le habían escapado.

Jennie era hija única, su padre era un cirujano plástico muy reconocido, y su madre se dedicaba a la casa y a la iglesia, ambos de mente cerrada, por lo tanto cuando Jennie se dio cuenta que le gustaban las mujeres tomó la decisión de no decírselo a nadie, ni siquiera a la misma Lisa.

Cuando entró a la casa fue recibida por una risa en particular proveniente de la sala.

La sonrisa se abrió paso en su rostro sin dejar rastro de la pena que hace tan solo unos minutos albergaba.

Entró a la sala donde vio a su madre sentada en uno de los sillones con cara de pocos amigos y a su prima Jisoo frente a ella en el sofá con una sonrisa de oreja a oreja que se agrandó al verla.

- ¡Jendukie! - gritó mientras se levantaba y se acercaba a darle un abrazo como si no se hubieran visto en toda una vida.

Jisoo era hija del hermano de su padre, dueño del hospital donde su padre trabajaba, y para molestia de su madre Jisoo era abiertamente lesbiana.

- ¿Qué haces aquí? - preguntó Jennie sorprendida ya que su prima sólo solía venir en reuniones familiares.

- ¿Ni un "Hola" me vas a decir? Ya hasta pareces tu mamá.

Jennie bajó la mirada con vergüenza - Lo siento, solo que me sorprendí de verte aquí - dijo mirando de reojo a su madre que parecía ignorar la presencia de ambas.

- Lo sé, yo también me sorprendí de mi misma cuando me dí cuenta que había terminado aquí - miró a la madre de Jennie - Pero siempre es un buen momento para venir a molestar.

- Lo bueno es que aceptas que eres una molestia - se escuchó la voz de la adulta.

- Aja como te decía, Jennie - siguió hablando ignorando el comentario de la mujer - Yo vengo de visita a molestar, pero pobre de ti, hay otras que no tienen que venir a molestar porque ya viven aquí.

La mirada que se dedicaban las dos mayores era como si estuvieran en un duelo a muerte.

Jennie admiraba a Jisoo por ser capaz de enfrentar a su madre, solo ella podía hacerlo y la castaña se sentía afortunada cada vez que presenciaba una de estas escenas por la satisfacción que le daba ver siempre a Jisoo ganar.

- Insolente - exclamó la madre de Jennie hacia Jisoo - Da gracias a que no todos recibimos la misma educación que tú y por eso no te respondo de la misma manera.

- Por fin admite que nuestra educación no es la misma, obviamente la mía es más avanzada.

Jennie movía su mirada de una a la otra, sentía la emoción de ver el enfrentamiento que no recordaba como se había sentido momentos antes de llegar a la casa.

Inconscientemente esperaba el mensaje o la llamada de Lisa pidiéndole disculpas y ambas contarían sobre su día, y mientras Lisa le contaba lo perfecta que era Yeri, Jennie estaría en su cama visualizando lo que sería que Lisa hablara así de ella.

...

Jisoo seguía en la casa, pero ahora se encontraban en la habitación de la castaña.

La pelinegra había venido porque su novia no estaba en la ciudad y no tenía nada que hacer.

- Si yo no te vengo a ver tú no me buscas - reclamaba - eres una mala amiga.

- Somos primas - dijo Jennie con una sonrisa.

Jisoo era su ejemplo a seguir, era bonita, tenía una personalidad única y era buena persona.

- Sí, pero también somos amigas - afirmó la coreana mayor.

El sonido de una notificación en su celular había llamado la atención de Jennie, a paso rápido se acercó a él con la esperanza de que fuera Lisa.

La sonrisa decayó cuando vio que en realidad era una notificación de que Lisa había subido una foto junto a su novia.

Al parecer aún no se daba cuenta de que Jennie se había ido.

- Por la cara que pusiste supongo que se trata de Lisa.

El cuerpo de Jennie se tensó al escuchar lo dicho por la pelinegra.

- Ni te atrevas a negarlo, digamos que no eres tan disimulada - dijo Jisoo con cierto tono de diversión - Estás cerca de ella y te juro que casi veo los corazones en tus ojos, pero después ella se va con Yeri y tus ojos ahora parecen como si decenas de pestañas hubieran entrado en ellos.

Jennie la miró con reproche, pero al mismo tiempo con pena.

Si alguien se daría cuenta de su secreto sería Jisoo, y tal vez Jisoo después se lo diga a Rosé.

- No le vayas a decir a nadie - pidió Jennie mientras se tiraba en su cama - Si mis papás se enteran será mi fin, o peor aún, si Lisa se entera no tendré cara para verla.

- No te preocupes, si he guardado el secreto por años, no creo que se me escape ahora.

Jennie se quedó sorprendida con ese comentario, debía tratar de ser menos obvia.

Cuando Jisoo se fue se quedó sola en su habitación esperando la llamada de Lisa, llamada que nunca llegó.

Secret LoveWhere stories live. Discover now