Capítulo único. ♡

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No podía creer que se había enamorado de un chico tan denso como lo era Tsukasa

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No podía creer que se había enamorado de un chico tan denso como lo era Tsukasa.

Podría tener a cualquier persona que quisiera en la escuela kamomez, mas solo lo quería a el. De todas las personas en el mundo, de todos los peces en el agua, ¿Por qué su corazón tenía que elegir a alguien tan... complicado?

Porque esa era la palabra más decente para describir a Yugi Tsukasa, complicado. Aunque tuvieran la misma edad, el era un niño infantil, travieso, y que probablemente todavía creía en la hada de los dientes. Sin embargo, su corazón latía cada vez que se acercaba a el.

Había intentado todas sus técnicas con el, flores, coqueteos, ¡Hasta canciones!, Simplemente nada parecía funcionar, ya que cada vez que intentaba algo, el de ojos miel solamente reiría agraciado para agradecerle de forma platónico, como si realmente no pudiera entender el contexto de la situación.

¿Lo estaba haciendo mal, o el contrario era simplemente muy inadvertido?

Ahora se encontraba suspirando en una banca del receso escolar, mientras miraba al azulado cielo, pensando si es que algún día lograría algo realmente, o si simplemente debería rendirse.

—Quizá simplemente debería darme por vencida... —Dirigió su mirada hacia el piso—. Comienzo a creer que esto no tiene sentido, ¡Nunca se da cuenta de nada!

Aprovechaba para quejarse, mientras el mencionado Yugi había ido a comprar algo para comer. A la vez, una señorita de hebras verde tomaba agua de forma reposada, tranquila. Miró a Natsuhiko por el rabillo del ojo, bajando su botella.

—¿Has intentado pedirle ayuda a alguien, Natsuhiko? —Le preguntó la chica, el contrario la miró extrañada.

—¿Ayuda? ¿Yo? —Fingió una risa burlesca, hartando a la chica—. No me hagas reír.

—Si no aceptas consejos, entonces no te quejes. —Le contestó Nanamine, finalizando.

—No seas idiota por una vez. —Le reprochaba Ahora Mitsuba, quien también se encontraba junto a ellos—. Hablamos de Tsukasa, no es como cualquier persona, tonto.

—Ustedes... tienen razón. —Miró hacia abajo otra vez, dejando su orgullo de lado, entonces su mente se iluminó, claro, si es que iba a pedir ayuda, sabía la persona indicada, alguien igual de despistado que el menor de los Yugi—. ¡Ya sé!

Exclamó así, ganándose la atención de los otros dos presentes, quienes lo miraban con atención. A continuación, Natsuhiko apuntó al pelirrosa.

—¡Tú, rosadito! —Le llamó—.

—¡¿Huh?! -Soūsuke se veía ofendido.

—¡Tu y tu novio son igual o peor de densos que Tsukasa! —Le gritaba—. ¿¡Cómo comenzaron a salir!? ¡Dime algo, cualquier cosa!

—Kou y yo... —Puso una mano en su mentón, pensativo, finalmente pareció clavar con algo—. ¡Oh!, No sé si te sirva o algo, pero recuerdo que el solía cocinarme almuerzos o cosas así, supe que era el indicado cuando llegó con una empaque de pudín a la puerta de mi casa.

" ¡Operación: Donas! " - Natsukasa ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora