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¿Qué harías si supieses que es el último día de tu vida?
¿¡Pasarlo con tus seres queridos o tener el mejor día de tu perra vida?! Ser y no ser...
Pero, sin dudarlo desearía tener el mejor día de mi vida. Sencillamente, porque mis padres estuvieron a mi lado por más de 22 años quiero un solo día para mí, aunque sea el último y no sufra las consecuencias de lo que haga, después de todo ya estaré en un cajón sin importar cuanto lo evite o lo retrase el inevitable.
Así que hice un itinerario de cómo quería terminar, pero no sucedió, para tener una idea de lo que me sucedió regresemos al principio...
Eran tan solo las cuatro, estaba sentado otra vez en la misma sala de espera, igual que los pasados 7 años, asistiendo todos los meses. Aún sigo sin acostumbrarme al olor del alcohol lo cual es irónico por que debería de estar acostumbrado.
- Cariño, es tu turno. - escuché a Mirtha dirigiéndose a mí - verás que esta vez te irá mejor.
- Siempre dices lo mismo, Mirtha, pero nunca pasa nada bueno y lo sabemos, solo espero no recibir medicina fea otra vez - dije caminando pesadamente a su dirección
- Oh vamos entra de una vez el doctor no te esperará todo el día - dijo empujando al consultorio
- Buenos días, doctor Balboa, ¿Qué tiene para mí hoy? - me acomodé en la camilla.
Pues... no muy buenas noticias, después del último examen completo de rutina descubrimos que aparte del lupus también padeces del Síndrome de Sjögren...- se calló de repente.
