Abrí mis ojos luego de una corta siesta y vi al nervioso William mirando por la ventanilla.
— Llegamos...— Musitó algo asustado
— Bien, vamos. Habrá prensa.— Hable poniéndome los lentes de contacto y unos lentes de sol.
— Claro.— William se acomodo el traje y puso igualmente unos lentes oscuros.
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— Vamos...— Le di un beso en la mejilla a William antes de salir.
Nuevamente estaban ahí, los flashes y los gritos para responder preguntas, la seguridad de el aeropuerto nos ayudó a pasar y nos subimos a una camioneta negra.
— ¿Siempre será así? — Preguntó William.
— Siempre, te acostumbras luego de un rato.— Hable.
— Uf... — William se acomodo en la silla. — Eres muy buena en esto. — Hablo
— Tu igual, aún más debes estar frente a todos ellos, yo voy detrás de ti.— Tome su mano.
Luego de unos minutos llegamos a la casa, aún más moderna y lujosa que la de Monroe, era algo espectacular. No teníamos vecinos, algo que hacía que me relajase un poco.
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— Hey piscina.— Dijo William emocionado.
— No creo que podríamos usarla demasiado— Dije mirando a William con cara triste.
