Mi hermanastro [+21] PAUSADA

Capítulo Uno. Vida nueva, cosas nuevas

Mi vida cambio en un abrir y cerrar de ojos, de 3 hermanos pasamos a ser 5, familias mezcladas, mi vida sería ahora estresante, escuchar gritos por toda la casa.

Lo bueno es que nos llevamos bien con la pequeña  Sarah, es tan tierna, amable y lo más importante ella si es educada, no como el arrogante de Sean, el hermano mayor de Sarah, tiene 19 años y se comporta como un niño de 5, es tan superficial, egocéntrico, nunca me cayó bien, pero admitamos que tiene algo bueno y eso es que esta sexy.

Hoy la señora y sus hijos vendrían por la tarde a traer sus cosas para vivir con nosotros, aunque eso era lo de menos, lo peor de todo es que dentro de una hora tendría que entrar a la escuela donde todos me mirarían extraño, más que me  miren extraño, es que me vean con lastima, yo no necesito que nadie me tenga lastima, diablos si mi novio le metió el pene a otra, pero no necesitaba la compasión de nadie.

Me cepille los dientes, y fue a mi armario a ver que ponerme, no tengo ganas de ir a la maldita escuela, solo quiero dormir y esperar a que toda mi vida cambie, que mi vida vuelva hacer como antes.

Me puse un short, unas vans y una blusa muy escotada, baje a la cocina a ver que había de desayunar, me serví café y empecé a tomarlo.

-Oh Aria ya estas despierta, creí que debería subir y echarte un balde de agua fría – solo mi padre río ante su comentario, yo lo mire sin gracia – vamos linda, día de escuela.

-Robert, ¿puedo faltar a la escuela? – Se fue a servir café, sin prestar atención a lo que dije – bueno está bien iré, prefiero ir a la maldita escuela antes de estar cuando llegue la otra parte de la encantadora familia – mi sarcasmo era lo único que ahora me quedaba.

Nos quedamos callados, mi padre empezó a leer el periódico, y yo solo pensaba en como saldría este estúpido día, no tenía ganas de nada, solo encerrarme en mi cuarto y no salir de ahí. Quería olvidarme de que hoy vendrían ellos. Nunca mi padre y yo nos quedamos sin hablar, pero este día no comenzaba nada bien, y sé que no terminaría nada bien y eso me ponía de mal humor.

-Querida familia, ¿cómo están? – mi padre y yo alzamos la vista viendo a mi tonto hermano Jake, culpable de que mi mejor amiga ahora me odie. Lo fulminamos con la mirada y volvimos hacer lo que mierda estábamos haciendo – vaya su entusiasmo mi llena de alegría.

Atrás de él, estaba Taylor, la pequeña de nosotros 3, entro a la cocina y nos plantó un beso a mi padre y a mí.

-Claro para ella si hay beso, pero para el que cocina en esta casa no hay nada – dijo Jake sacándonos la lengua, nos empezamos a reí ante su inmadurez.

Jake se puso a preparar el desayuno, mi hermano era el que nos cocinaba todas las mañanas y tardes porque en las noches cuando papá llegaba de trabajar traía pizza. La suerte de que tu hermano mayor sepa de cocinar, es que su comida siempre le sale deliciosa.

Nos preparó huevos revueltos, con tocino y unas tostadas. Lo ayude a ponerlo en los platos y ponérselos a todos para que desayunaran. Terminamos de desayunar y nos dirigimos al auto de papá.

Jake siempre iba de copiloto, porque decía que las chicas deben ir atrás para mayor protección, bah esas son excusas machistas, mi hermano puede ser el más mujeriego de todos, pero cuando se trata de nosotras, es un completo celoso y eso incomoda.

Al llegar a la entrada de la escuela, me baje del carro y me fui a la ventana del lado del conductor a darle un beso a mi papá, esta mañana no lo trate bien, pero debe entender que vendrán personas nuevas a nuestras vidas y no por unos días, sino por un tiempo indefinido, y eso me ponía mal.

Bajo del auto para despedirse como siempre lo hacía.

-Buena suerte linda, y por favor no hagas que me llamen de la escuela de nuevo ¿sí? – Se acercó y me dio un beso en la frente – te quiero, compórtate – cada uno se acercó a papá a despedirse, cuando lo hicimos los 3 nos adentramos a la escuela llena de edificios separando cada nivel – Chicos no lleguen tarde, recuerden deben estar presente cuando lleguen ellos.