Soy más consciente de lo que hice de lo que me gustaría.
Amaría poder sentirme bien, feliz, libre de una vez. Pero no es así, no soy así.
Se que no hice lo mejor que podría haber hecho, pero cuando me di cuenta era demasiado tarde para remediarlo. Lastimé a una persona que no lo merecía, en realidad, nadie merece que lo traicionen y le mientan en la cara. Crystal era asombrosa, divertida y amable, sabía exactamente cuándo hablar y cuando callarse. Era de esas chicas que no importa que pase siempre estarían ahí para ti.
Por eso me fui sin decirle una palabra. No quería pedirle perdón porque no serviría de nada, todo estaba hecho y una simple palabra no reconstruye un corazón de vuelta. No iba a pedirle que seamos amigos, sería demasiado cruel obligarla a seguir teniendo contacto conmigo.
Todos evitamos lastimar a la gente, pero es inevitable. Seas sincero o no, siempre herirás a alguien, la verdad no hace las cosas falsas y la mentira no apacigua el golpe. No hay forma de no lastimar.
Somos criaturas sociables y esos lazos son los que día a día nos arruinan un poco más. Porque no sabes lo que la otra persona piensa, no sabes cuando tienes que irte para siempre o volver. Sentimos y sentimos hasta chocar contra la pared, y ahí es cuando nos damos cuenta de que tal vez dejamos a alguien detrás.
No estaba en mis planes enamorarme de otra persona mientras estaba en pareja, solo pasó. Y si, yo dejé que pasara. Pero, ¿Qué iba a hacer?
Ella siempre estaba ahí, lograba iluminarme cuando el mundo entero se apagaba. Creí que iba a poder evitarlo, creí que si me metía en la cabeza que solo era una amiga tarde o temprano terminaría por entenderlo, pero nadie controla sus sentimientos.
Con el tiempo, Crystal dejó de ser aquella por la cual sonreía todos los días. La amaba, claro que la amaba, pero no de esa forma.
Amaba escucharla cada día con sus chistes típicos, pero no me veía despertando con ella cada mañana, no me veía dando lo que sea por tenerla en mis brazos al menos cinco segundos más. Con Emma era todo lo contrario.
Ella era la que lograba dibujar una sonrisa en mi rostro sin siquiera verla, ella era la causante de mis nervios y mi emoción, la dueña de mis pensamientos e incluso la de mi corazón. No planee eso, pero ya mentí suficiente como para decir que no planee las formas de terminar con Crystal.
Emma no quería que lo haga, claro que no. Ella decía que probablemente esté confundido, que no había forma de que me enamore de ella y arruine una relación. Decía que no sentía nada por mi pero la forma en la que sus ojos brillaban cuando estaba cerca fueron lo único que me convenció.
No es fácil romperle el corazón a alguien, observar como su expresión cambia completamente y todo el aprecio es reemplazado por ira y dolor. Menos es darse cuenta de que sea cuales sean tus intenciones jamás volverá a mirarte con el mismo cariño que antes. Es imposible prepararse de antemano para algo como esto, no puedes simplemente saber como reaccionara el otro ni cuál será tu paso siguiente.
Irme fue lo único en lo que pude pensar, irme para encontrarme con Emma. Contarle lo sucedido y rogar porque lo entienda. Llevábamos más de un mes con esto, por más que ninguno jamás intentó hacer algún movimiento, nuestras acciones hablaban por sí solas.
Recuerdo que un día simplemente decidí acompañarla hacia su casa. Llevaba diez horas sin revisar el celular, ocho de ellas gracias al trabajo, las otras dos a causa de la compañía de Emma. Antes solía estar atento a este, debido a que cualquier momento era bueno para mensajear a mi novia, pero no podía hacer esto cuando toda mi atención se la llevaba la chica atendiendo la caja.
Lleve a Emma hacia su puerta entre risas, hacía dos semanas que nos conocíamos y parecíamos prácticamente mejores amigos. Ella se acercó a mí, sabía lo que pasaría, pero no podía permitirlo. Mis sentimientos por ella eran inconclusos y me convencí a mi mismo que solo era algo del momento, pero ese movimiento cambió todo.
Dude sobre qué hacer, porque realmente deseaba besarla, pero no podía hacer eso. Así que la tome por los hombros para detenerla, su expresión se entristeció al instante y quise mandar todo a la mierda.
—No puedo hacer esto, tengo novia.
Emma se sorprendió y dio dos pasos hacia atrás, alejándose de mí. No quería eso, pero era lo correcto.
—Lo siento, de verdad. No lo sabía, discúlpame. Dios, que tonta. Perdón.
Ella quiso entrar a su casa pero la detuve agarrando su mano, no se porque lo hice, fue un acto reflejo. Me sonrió con tristeza, creo que sabía lo que yo estaba pensando.
Ese día, volviendo a mi casa, no podía dejar de pensar en ella y en la forma en la que me hacía sentir. Un mensaje de Crystal logró hacerme volver al presente, caí en la realidad. Hacía tiempo que deje de sentir cosas por mi novia, y como si eso no fuera ya bastante, iba camino a enamorarme de otra chica. Reflexione sobre que tal vez era algo pasajero, una aventura que mi cabeza quería tener solo para alejarme de la monotonía de una relación. Pero yo no veía a Crystal como alguien aburrida, ni a Emma como alguien con quien quería tener algo de una noche. Las quería a ambas, pero no de la forma en la que debería.
Luego de esa noche, Emma y yo tomamos distancia. No volvimos a estar solos y no hablábamos mucho. La extrañaba. Así que una semana después hice lo que debería haber hecho hace un mes. Terminé con mi novia.
Sonará frío, pero ahora que lo hice, solo puedo pensar en correr hacia la casa de Emma. Anhele esto por tanto tiempo, y por mas que se que estuve mal, ya no hay nada que me impida cumplir lo que mi corazón desea.
La pregunta está en si ella me aceptará. Sé que siente lo mismo que yo, pero si estuviera en su situación dudaría. Ya sabes, no hay nada que te dé certeza de que alguien no te lastimara si ya lo hizo con otra persona.
De todos modos tomó el primer bus que me dejara cerca de donde vive. Le envió un mensaje en el camino, un simple "necesito verte, voy de camino a tu casa". No responde, pero lo lee.
Cuando llego, está esperando en la puerta. No se que debo hacer o decir, así que simplemente me acerco..
—Lo has hecho.
—No podía aguantar más. Déjame explicarte, por favor. No te mentiré.
Sus ojos brillan, no se si de emoción o decepción.
—¿Puedo pasar la noche aquí? —pregunto preparándome para cualquier respuesta.
Emma asiente y toma mi rostro con sus manos, atrayéndola hacia su rostro y juntando nuestros labios por un momento, un leve roce es todo lo que necesito para olvidarme de todos los sentimientos que me agobiaban.
Me olvido de Crystal y de toda la culpa que sentía hace unos minutos. Se que Emma podrá entenderlo, necesito que lo haga, porque mate a alguien por ella.
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¿Existe un culpable?
Short StoryAdam cometió un crimen. Crystal fue la víctima. Emma la testigo. Los tres siguieron su corazón y te contarán su versión de los hechos. Queda en ti decidir si hay un culpable.