Capítulo 2

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El taxi se detuvo frente a la casa en una casa muy linda, Mariana se bajó del coche y antes de tocar el timbre, un chico alto de ojos azules abrió la puerta con una sonrisa cariñosa. Aceleró el paso hasta llegar a él y lo abrazó intensamente, sintiendo los brazos alrededor de su cintura y se permitió sentir las caricias que él extendía por su cuerpo, sujetó su rostro y apretó los labios con urgencia. En poco tiempo su piel ya estaba caliente, con pasos rápidos los dos caminaban hacia el dormitorio, sus manos vagaban por su cuerpo sin camisa mientras dejaba caer sus zapatos en medio de la casa y sentía su desesperación por quitarse la ropa. El hombre metió las manos en sus mechones rubios y tiró de la nuca dejando la cabeza inclinada y deshizo el nudo de la bufanda que cubría su cuello dando pleno acceso a la piel donde besaba y paseaba con la lengua por allí haciendo gemir a Mariana. .

Apenas pudieron llegar a la cama, ella sintió su espalda chocar con el suave colchón y cuando terminó de quitarse el pantalón, apoyó el pie en el pecho masculino y recibió una camino de besos por sus piernas hasta llegar al interior de sus piernas, pero fue impedido por sus ágiles manos.

- Necesito que esté en mi. -Ordenó con la voz llena de placer. –¡Ahora Alex!

Su gemido resonó por toda la habitación cuando se sintió invadida y arqueó la columna buscando más contacto, el hombre hizo un vaivén al mismo tiempo que se besaron y bajó los lábios por la barbilla, el cuello y el hueco entre los pechos jugando con uno mientras chupaba el otro. Envolvió sus piernas alrededor del cuerpo queriendo sentirlo más profundo...Pocos minutos después llegó al ápice del placer y en cuanto el joven dormía tranquilo en la cama, Mariana se vistió y salió sin hacer ningun ruído. No era una mujer de involucrarse con muchos hombres, al largo de su vida casi no tuvo novios, después que rompió la relación con César y se hizo cargo de la empresa por completo, la mayoria de los que se acercaban a ella era por interés en su dinero o algun cargo. Todos parecían aburridos y siempre iguales, por eso ella mantenía una relación estrictamente sexual con Álex Gúzman, un chico poco más joven que conoció en un viaje y se encontraban algunas vezes solamente por sexo, sobretodo cuando estaba muy estresada. 

 Mariana era una de las personas más discretas que cualquier había conocido, todos que trabajaban con ella sabía que su vida privada era lo que más valoraba y muy poca gente tenía aceso a su casa o a alguién de su família. La única en quién confiaba ciegamiente era su hermana gemela, Irene, una médica espectacular que era su sostén en todos los momentos de su vida y a pesar de seren igualitas por fuera, tenían personalidades distintas. Después de la ducha, Mariana se puso una ropa confortable, menos formal y se sentó en el sofá de la habitación con su computadora mirando algunas cosas del trabajo, pero sin prestar atención en nada. De camino a su casa le envió un mensaje a su hermana diciéndole que necesitaba verla.

 - ¿Mariana?

Irene abrió la puerta, asomó la cabeza hacia la habitación.

- ¡Pasa! -Dijo cerrando la computadora que estaba en su regazo

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- ¡Pasa! -Dijo cerrando la computadora que estaba en su regazo. -Sólo diciendo que necesito hablar contigo urgentemente para aparezcas rápidamente.

El Pasado Siempre RegresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora