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Presente.

Jimin estaba muy concentrado en su portátil, viendo los últimos datos de la cita que tendría esta tarde.

Recién empezaba y no hacia más que recibir a un paciente tras otro. La mayoría: adolescentes con depresión. Y se sentía algo presionado. Pero estaba bien porque los podía ayudar.

Y eso le encantaba.

—¡A-appa! -el más pequeñito llama la atención de su padre.

Park se retira sus gafas graduadas y se masajeó la cien a la vez que soltaba un suspiró.

—¿Que pasa, cariño? ¿Que te ocurre? ¿Tienes hambre, quieres leche? -preguntó mientras lo sostenía en brazos.

—gua gua bwa.

—¿Quieres agua?

El retoño señaló el vaso con agua que su padre tenia al lado de los papeles. Entendiendo a su hijo.

—De acuerdo, pequeñin. -tomó el biberon con agua dentro del gran bolso y se lo dió.

—¿Estas contento ahora, eh? -sonrió calido para su bebé y mientras lo miraba cerraba un momento los ojos, bostezando.

El niño apenas rió mientras que sus ojitos eran unas medias lunas.

Justo como las de su padre.

El mayor también se contagió y sonrió viendo la ternura de su hijo, observó por segunda vez en el día los preciosos orbes que su hijo tenía, color caramelo, esos que tanto les encanta.

Dejó el biberon a un lado al segundo que este había abandonadola boca del pequeño y ambos se sentaron en el sofá, aunque obviamente Jimin seguía cargando a su hijo.

—Bwa bwa bwaaa~

—Bua bua buaa. -repitió Park. Haciendo la gracia.

Acarició la mejilla gordita, y a veces le hacia cosquillas. Delineó su rostro, tocando finalmente el pequeño lunar que tenía justo debajo de su labio.

—Pa~

—¿Si, bebé?

—Ma...má.

—¿Mamá? Aquí estoy.

El niño sacudió su cabeza: —Má.

Mierda, ¿acaso era la hora?

—Mamá...Mamá soy yo cariño. Soy mamá y papá.

—Má. -gritó y empezó a llorar.

—Cariño, por favor. No, no.

Viendo como se removia el niño en sus brazos, no tenía otra opción.

Aun así, pasaba más de una semana y no le quedaba otra opción.

Ojalá que el número de Chanyeol y Jungkook siguieran siendo el mismo...

[...]

—Veo que no te estas portando bien, pequeño MinHo. -dijo Hoseok.

Este había llegado hace un momento al departamento de Jimin. Sorprendido por el desorden que había, más del que podía estar acostumbrado.

El menor pudo explicarle toda la situación, casi desesperado intentó pedirle ayuda.

No tuvo éxito al intentar contactar con ambos chicos, y ahora todo se estaba volviendo un caos.

—Ha pasado solo una semana...no se que hacer, si no me tiro por la ventana es porque realmente aprecio mi culo-

—Dirás tu vida, ¿no?

—Lo mismo es...-suspiró- ¿Crees que es mejor conseguir a otro padre? Tal vez es hora de que conozca a personas.

Su amigo tenia razón, y se la dió asintiendo la cabeza. Era todo lo que podía hacer.

—Descárgate Tinder. No es una mala app. -aconsejó- Aunque tampoco es muy buena...-sonrió.

Empezó a jugar con MinHo quien por ahora estaba tranquilo.

—Dudo mucho que alguien quiera aceptarme con MinHo....y bueno, si es un desconocido peor. Aun me acuerdo de como mordió la nariz de Mark el otro día...-recordó.

Resulta que el pequeño y más diminuto Park había intentado separar a su padre de Mark, pues ambos estaban divirtiéndose y eso a MinHo no le estaba gustando para nada.

No es que se considerara un bebé celoso, para nada. Pero si incluso Mark era su amigo, no tenia permitido acercarse mucho al rubio.

—Creo que aún no lo perdona.

—¿A MinHo? -preguntó extrañado, pues el bebé era un amor cuando nadie tenía otras intenciones con su padre.

Tal vez si era posesivo...

—No. Que MinHo no perdona a Mark. Jesus solo era un beso en la mejilla, no me estaba haciendo nada. -se quejó.

—Eso es Min, protegiendo lo que es tuyo, choca esos cinco.

Y por arte de magia, o la inteligencia del bebé, imitó el gesto de su tio, chocando los 5 muchas veces.

—No lo animes, te va a tomar la palabra. No se por que es tan....rebelde. -bufó.

Recogiendo un poco todo, se sentó en el sofá, observando a su hijo, distraído con la sudadera de Hoseok.

—Sabes que te apoyo en todo, Ji. Pero creo que si este nene funciona por instinto, es mejor que consigas a los padres. Tal vez se tranquilice.

Si..Puede ser.

—Ya te dije que no tengo ni idea del paradero de ellos. Literalmente, desaparecieron del mapa, se esfumaron, renunciaron y se convirtieron en fantasmas, no sé. -arrastró sus palabras.

Quería darse por vencido, pero su pequeño no dejaría que descanse si no obtiene lo que quiere.

—Te ayudaré, aún tengo algunos contactos, estoy seguro de que servirán.  Te iré avisando. -acarició su cabeza, escuchando un pequeño agradecimiento- Pero ahora...¡es hora de consentir a este campeón! -cogió a su sobrino, y empezó a preguntar- ¿Pizza o potitos? Creo que potitos gourmet. -rió.

—¡Yo quiero comida china! -replicó Jimin.

—Iba a pedir en el restaurante de Kim. ¿Te parece?

—Si. Mientras voy a ducharme, cuida a MinHo, por favor. -avisó mientras se dirigia a darse un baño caliente y relajante.

—Claro, disfruta.

—¡Lo hare! -rió mientras batía sus manos ante el bebé y Jung.

Per el pequeño, creyendo que su padre se iría y lo dejaría empezó a llorar.

—¡Pero no por mucho tiempo!

—¿¡Has dicho algo!? !No puedo escucharte, adiós~!

Gracias a eso, el bebé lloró con más ganas.

—¿Tú y yo odiamos a tu padre por igual, verdad? Oh, venga, el vuelve en 5 minutos, lo prometo.

Dijo mientras intentaba calmarlo, vaya error hacer enfadar al pequeño Park.

Su nariz estará roja lo que resta de semana.

Little big secret [k.m]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora