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—¿Por qué carajos no hay nadie aquí?!

—Ui... Empezamos mal.

El cenizo se acercó más a su compañera pelinegra. Frunció demás el entrecejo y le gruñó —¡¿Dónde mierda están los demás extras Cola de caballo?!

La elegante alfa desvío la vista, estaba nerviosa, tal presencia dominante le hacía estremecer cómo nunca, y si esta era ejercida por un omega, santo cielo. Se contenía como podía.
—Ba-Bakugou-san... No es necesario exparsir de esa manera tus feromonas, a-alguien emmm p-podrias descontrolar a alguien.

—¡¿Ugh?! ¡No me dirás cómo mierda debo controlar mi aroma!

El omega comenzó a destruir todo lo que se encontraba a su paso, ¿por qué no había nadie? ¡Él era puntual pero estaba seguro que no era el único!

Además, era Yaomomo quién había hecho ese encuentro, estaba seguro que más de media clase estaría incluso una hora antes del tiempo acordado.
—Algo anda mal... — entrecerro los ojos imitando a uno de los personajes de un dibujo animado que vio la noche pasada.

—Jejejejeje... Bakugou-san, seguramente ya están por llegar, ¿por qué no tomas asiento? — la caballerosa alfa mujer jaló un poco uno de los asientos en la inmensa mesa de madera caoba, invitando al cenizo a sentarse y disfrutar.

—Sólo me quedaré porque dijiste que harías comida picante, que quede claro, caballo.

—Sí, no hay problema.

El omega desconfiado se sentó con cuidado, no le quitaba la vista de encima. La mujer lo acercó a la mesa y caminó tranquila a arreglar el juego de té que había en los lugares, solo estaban ellos dos.

—¿Me puedes explicar por qué carajos hay sólo dos sitios preparados?

La alfa tembló ligeramente y contestó — Midoriya-san no se despega de ti, no?

El omega no era imbécil, le habían cambiado de tema, aún así decidió seguirle su juego.

—¿Acaso no te haz dado cuenta? — contestó su duda con otra duda. Como alguien que no le importa la cosa y se hace el interesante.

Miró por el rabillo del ojo como la mujer volvía a asercarse a él —¿Qué? — preguntó intrigada.

El omega jaló un poco el polo que llevaba puesto, sonrió orgulloso mientras exponía su cuello con una marca de unión perfectamente hecha en ella, levantó el rostro con un leve sonrojo para decir— Es mí puto Alfa.

...

—¡Mitsuki-sama! ¡¿Dónde está la secadora de pelo de Explodo?! — el peliverde no podía estar tranquilo,¡su Kacchan, su omega, su vida, su bebé, su mini explosión, su jalapeño dulce, su todo! había salido a quién sabe dónde, y con quién sabe quién, y no le había esperado, no, en lugar de eso ¡le había engañado! ¡Y explodo estaba confabulado con él!

—¡En el cuarto de mi hijo! — contestó en un grito a lo lejos, la mujer sonrió divertida al ver al perro saltar en un charco de lodo fresco en un despiste de Izuku. —Espero que Izuku sea un alfa con paciencia...

El alfa peli café llegó a su lado, le sonrió tranquilo mientras la abrazaba por la cintura para posar su mentón en el hombro de su linda y explosiva omega.
—Me recuerda a mí.

—¿De verdad? ¡Yo no tenía un Explodo que te hiciera difícil la vida Masaru! —Reclamó a la defensiva.

—¿Segura? — El mayor rió divertido al recordar un pequeño suceso del pasado—¿Y me puedes explicar por qué Rubí siempre destrozaba mis zapatos al llegar a tu hogar?

Kacchan, diles ¡NO! [Dekukatsu-Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora