A la mañana siguiente desperté de golpe, mi corazón latía deprisa y mi respiración era demasiado irregular, traté de tranquilizarme pese a no saber qué me ocurría.
- Alex- Me llamó la voz de Bee, este apareció por el umbral de la puerta y me abrazó por los hombros mientras su mano acariciaba mi espalda, aquella no era la primera vez que me ocurría- Respira hondo- Susurró- Inhala, exhala, inhala, exhala- Repitió un par de veces, minutos más tarde logré recuperar la compostura- ¿Estás bien?
- Sí, gracias- Respondí con la mirada baja- De nuevo.
- Ya se pasará, todo estará bien- Aseguró él con una sonrisa, sin embargo no le creí.
- Algo malo va a pasar Bee, muy pero que muy malo- Contesté preocupada.
- ¿Por qué lo dices?
- No lo sé, es solo un presentimiento- Dije algo alterada- Tengo miedo Bee, mucho miedo, y lo odio, se supone que debo ser fuerte pero ahora solo quiero esconderme bajo la cama y no salir de ahí en una semana.
- Hey, hey, calma, es normal, sentir esas cosas es completamente normal, no todo en la vida debe ser siempre lo mismo- No pude evitar reír ante lo dicho.
- ¿Cómo es posible que un robot alienígena sepa más de emociones que yo?- Pregunté con una sonrisa, Bee solo me miró- ¿Qué pasa?
- Que amo verte sonreir- Respondió sin más, no pude evitar sentir mis mejillas ardiendo, desgraciadamente el sonido de mi teléfono interrumpió aquel momento por lo que tuve que ir a responder, aunque no sin antes de haber escuchado a Bee maldecir al aparato en mil idiomas distintos.
- ¿William?- Pregunté al atender la llamada.
- Alex, enciende el televisor ahora mismo- Respondió él al otro lado de la línea, realmente se veía aterrado y cuando hice caso a sus palabras palidecí al momento.
- Sentinel- Susurré al ver su imagen en la pantalla, Bee no tardó en llegar y ponerse a mi lado.
- "Solo queremos que expulséis a los autobots rebeldes, luego nos iremos"- Dijo Sentinel, los pelos de la nuca se me erizaron y miré a Bee preocupada, este imitó mi acción.
- Hay que ir a la Nest- Comentó como si me hubiese leído el pensamiento, no tardamos más de quince minutos en llegar a sus puertas y, al hacerlo, pudimos observar que el movimiento que había en su interior no era nada normal, de hecho estaba todo hecho un caos.
- ¡Mearing!- Grité al entrar al lugar, esta se acercó a mí poco a poco.
- Que bien que vinieran, nos ahorraron el tiempo de llamarlos- Comentó ella como si nada.
- Mearing ¿Qué está pasando?- Pregunté hecha una furia mientras caminaba a la par suya.
- Eso lo hablaremos de camino a la lanzadera, tú, autobot, ve junto al resto al avión de carga- Ordenó mientras miraba a Bee, este me echó una mirada rápida antes de obedecer a la mujer, la miré sin entender.
- ¿De verdad vais hacer caso a la petición de Sentinel?- Pregunté atónita.
- La ONU está reunida deliberando acerca de la situación y sea cual sea su respuesta nosotros las acataremos- Y dicho esto se dio la vuelta para caminar hacia uno de los aviones afuera de la base, no me quedó otra que seguirla.
- ¿Sam?- Pregunté al verlo en la puerta del avión- ¿Qué estás haciendo aquí?
- Como ya he dicho antes, esto se hablará cuando estemos en el aire- Respondió Mearing de mala gana, bufé antes de subir al avión tras Sam.
