Las horas pasaron y al fin logramos llegar a Chicago, o mejor dicho a sus restos, cadáveres, escombros y destrozos asolaban la ciudad, la gente corría y huía con la ropa y el cuerpo destrozado y llenos de sangre, algunos ni se molestaban en correr, sus caras lo decían todo, algunos puede que incluso se arrepintieran de haber sobrevivido.
- Dios mío- Susurré al ver tremendo panorama, realmente daban escalofríos.
Seguimos el camino por un par de metros más hasta llegar a una zona tan abarrotada de escombros que tuvimos que seguir a pie, todos con sus armas cargadas y listas para disparar, aunque en realidad sabíamos que no nos servirían de mucho si nos topábamos con alguno de los grandes.
- ¡Cuidado!- Alertó uno al escuchar el sonido de disparos, a nuestro lado pudimos observar como cuatro cazas eran derribado por dos decépticons gigantes, todos observamos la escena compungidos.
- ¿Vamos a entrar ahí Epps?- Preguntó uno de los hombres.
- Yo no pienso entrar ahí.
- Nadie lo hará- Aseguró Epps, aunque para su desgracia Sam no opinaba igual.
- Yo sí entraré- Respondió mientras volvía a comenzar con la marcha, Epps trató de detenerlo sin embargo todos sabíamos que era imposible hacerle cambiar de opinión, todos a excepción del decépticon que se había acercado a nosotros y a un gran grupo de personas que huían de la ciudad con la intención de acribillarnos a todos.
- ¡Cuidado!- Exclamé echándome a un lado para evitar las balas.
Los disparos comenzaron ha hacerse presentes y a pesar de no poder entrar a la ciudad no pensaba dejar que aquella gente muriera, no obstante y para sorpresa de todos, yo incluida y por obvias razones a la que más le sorprendió aquello, el bólido de energía que quise lanzar al decépticon se convirtió en literalmente una pared de energía que nos cubrió de los disparos a las personas que a punto habían estado de morir, todos me miraron asombrados.
- ¡Corred!- Les ordené a los humanos que se habían quedado paralizados ante mi acción, sin embargo no dudaron ni un instante en hacer caso a mis palabras.
- ¿Nueva habilidad?- Preguntaron Epps y Sam poniéndose a mi lado.
- Eso parece- Respondí antes de imitar aquella acción ante el regreso de los disparos del decépticon, al parecer no le había hecho gracia que le hubiese fastidiado la matanza por decirlo de algún modo, aunque por desgracia para todos no aguantaría mucho más manteniendo aquel campo de fuerza- No aguantaré mucho más- Confesé empezando a notar como empezaban a fallarme las fuerzas.
- Eso no será un problema- Escuché decir a una voz a nuestra espalda antes de ver como el bombardero frente a nosotros era derribado por numerosos cañonazos, cuando este se estrelló contra el suelo rompí aquella barrera y apoyé ambas manos sobre mis rodillas para recuperar algo de aliento- Los mataremos a todos- Respondió la misma voz, no tardé en reconocerla por lo que en tan solo segundo y medio ya me había dado la vuelta para observar al dueño de la voz, tuve que taparme la boca con ambas manos para no gritar- Espero que con esto entiendan sus líderes que los decépticons nunca dejarán en paz a su planeta.
- Optimus- Susurramos Sam y yo al ver al líder Autobot frente a nosotros.
- Dime que tú también lo ves y que no me he vuelto loca- Le pedí a Epps mientras este asentía con la cabeza.
Tras ello poco a poco comenzaron a escucharse ruidos de neumáticos acercándose hacia nuestra posición y mi corazón no pudo evitar acelerarse al ver como un grupo de coches se acercaba con rapidez hacia nosotros, grupo de coches en cuyo inicio un camaro amarillo lideraba la fila, realmente quise llorar cuando vi a aquel autobot amarillo de 3'69 metros de altura frente a mi.
