☆Capítulo 8 Lo tengo a el.☆

54 7 26
                                    

- ¿Lista? - pregunta por quinta vez Aleksander y niego

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


- ¿Lista? - pregunta por quinta vez Aleksander y niego. - Leighther, es solo una moto.

- Si pero tu no tienes control al manejar. - espeto molesta.

Estaba arrepintiendome de haber tomado el lugar de Emma.

- Si vas a viajar conmigo al menos cambia ese humor. - advierte y lo ignoro.

Tomo coraje de no sé donde haciendo el ademán de subirme a la motocicleta.

- Primero ponte el casco. - extiende uno y me lo pongo.

Una vez abrochado, me dirijo a él y extiende la mano para ayudarme a subir.

- Puedo sola. - increspo y se ríe.

- Se que puedes. - me subo dando un salto y me extiende su mochila. - Ten llevala.

La coloco en mi espalda antes de que arranque y veo que alza su mano y la deja en el aire, frunzo el ceño ante la confusión y luego habla.

- Tu mano, damela. - me dice haciendo gesto con ella.

Lo hago y la ubica en su cintura por lo que decido tomar mi otra mano y ponerla del otro lado de su cintura.
Se pone en marcha y maldigo por dentro al ver que salió disparado.

Me agarro fuerte a su cintura cuando veo que va aumentando la velocidad. El viento empieza a filtrarse por la abertura del casco y me golpea en la cara.
Con el viento también me llega el aroma de Aleksander, siempre usó el mismo perfume, es dulce y a la vez fuerte, es un aroma muy varonil y exquisito.

Luego de unos minutos más tarde nos acercamos al auto de Christian, y nos pegamos a ellos para no perderlos de vista.
Cuando Emma me ve hace gesto con la mano de una plegaria y le saco el dedo del medio.

Christian acelera el auto y siento que Aleksander se ríe cuando acelera más su moto y pasamos a Christian en cuestión de segundos. Me aferro más a su cintura apoyando mi cara en su ancha espalda, y así me mantengo por una hora hasta que llegamos a la playa.

Aleksander se orilla para salir de la carretera y toma la avenue en camino a west beach. Me quedo embobada mirando el mar que a penas noto cuando llegamos y Aleksander estaciona su moto.

- ¿Necesitas que te baje en brazos, su majestad? - suelta sarcástico y bajo ignorandolo. - ¿Me darías mi mochila?

- Por supuesto. - me quito la mochila arrojandola en medio de la arena.

- ¿Que diablos haces? - recoge su mochila y me lanza una mirada de hielo.

- Jugaste picada con Christian estando yo contigo ¿acaso eres un demente?

Efímero el comienzo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora