☆Capítulo 4 Confusiones.☆

51 6 20
                                    

>>Narrador: Bárbara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


>>Narrador: Bárbara.<<

- ¡Mi Bebé! - grito sin darle importancia a su presencia.

Sigo de largo para recoger mi celular que cayó hasta el final de las escaleras, lo recojo y veo que no tiene ningún rayón.

Noto que la morena de la otra noche está bajando las escaleras y eso me confirma que no la estaba imaginando.

- ¿Le pasó algo a tu bebé? - dice cruzándose de brazos. Niego y lo guardo entre mi falta y la cintura.

- No le pasó nada. - bajo las escaleras ignorandola por completo.

No la conozco y no tengo nada de qué dialogar con ella, ni siquiera se su nombre.

- Lamento haberte chocado. - me sigue.

- No pasa nada. - digo y me quedo parada mirándola. - ¿Nos conocemos? - espeto ante su insistencia.

- No nos presentaron, pero, te recuerdo de la otra noche. ¿Eres amiga de Alek, cierto? - cuestiona y suelto una risa burlona.

- ¿Qué te hace pensar que esa cosa puede tener amigos? - sigo bajando y veo de reojo que me sigue.

- Bueno, no lo vi molestarse cuando vomitaste sobre el. - freno en seco y volteo mi cabeza para mirarla. - Un día lo vi golpeando a uno que vomitó sobre su auto y realmente estaba furioso. - comenta y cambio mi ceño a uno de sorpresa.

- Viste cuando vomité sobre el. - susurro más para mi que para ella, pero, logra escuchar igual.

- Tranquila, ser chismosa no es lo mío, solo me diste curiosidad y quise conocerte, siempre te cruzaba aquí.

- No sabía que estudiabas aquí. - me sincero.

- Entre el año pasado, estamos juntan en algunas clases. - la miro sorprendida mientras salimos a las canchas.

- No sabía. - trato de sonar amable.

- No pasa nada, eres muy linda, siempre quise decírtelo. - suelta y le sonrío.

- Gracias, tu igual. - llegamos al campo de entrenamiento. - ¿Cómo te llamas?

- Brenda, un gusto.

- Lo mismo digo, mi nombre es Bárbara, pero, ya lo sabías. - asiente y veo a la entrenadora en el campo. - Te dejo seguir tengo que hablar con la entrenadora.

- Por supuesto, adiós.

Me dirijo donde está la profesora guardando los conos, me ve y los deja a un lado.

- ¿Cómo está la señorita Katherine? - pregunta.

- Está bien, solo se le atrasó el período y le llegó en un momento inadecuado. - miento, si le digo sobre el posible embarazo, querrá comunicarse con sus padres.

Efímero el comienzo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora