Sorpresa de Aniversario

Primer Aniversario 2

¡Sorpresa!

Pinkie esperó y esperó a escuchar los típicos ronquidos silbados de Cheese; la espera fue larga, quizá era la impaciencia o tal vez él tardó en dormirse más de lo normal, no tenía certeza.

«¡Esto debe ser un mal chiste!», pensó frustrada, ya que eran las diez y media de la noche y aún no escuchaba ningún ronquido. En la espera, debió quedarse dormida por corto tiempo, pero eso ya no importaba porque allí estaba él roncando.

–Al fin –Pinkie sonrió entre susurros, regodeándose en su triunfo.

Ya había preparado una muñeca de trapo, casi idéntica a ella que sacó de debajo de la cama, y la dejó en su lugar cubierta con las sábanas, para que, si Cheese despertaba, la viera allí a su lado. Se colocó su disfraz de ninja para hacerse con la oscuridad y se cercioró una vez más de que su amado estuviera dormido.

Pinkie se encaminó a la sala principal, iba de puntillas para no hacer ruido; por un momento analizó a duras penas el panorama para comenzar a preparar la velada, pero de pronto sus orejas se movieron hacia atrás, ya que escuchó unos ruidos tenues.

«¿Qué rayos fue eso?... viene del ático », se detuvo a analizar, pero no tenía mucho tiempo, así que bajó al sótano con la ayuda de una linterna, buscó los adornos y demás cosas que necesitaba y subió a la sala.

–Muy bien, cascos a la obra –se dispuso a comenzar a trabajar, pero algo se lo impidió.

Una sombra negra había corrido gradas arriba y Pinkie para contener un grito se tapó la boca, pero con esta acción sus adornos cayeron al suelo, por suerte no hicieron mucho ruido.

«Esa sombra... ¿Qué podía ser? », un frío recorrió su espalda.

Muy despacio, y sintiendo que sus piernas no daban para más por el temblor del miedo, subió las gradas una a una. Abrió la puerta de la habitación que compartía con Cheese.

–Pero qué ternura –vio que él estaba allí dormido, al lado de la muñeca, podía ver sus morochos cabellos castaños sobresalir de la sábana y escuchar sus ronquidos también.

«Tal vez debería decirle»pensó con preocupación por un momento, pero decidió encargarse sola del asunto, quizá era un intruso, pero nadie entraba a la casa Cheese Pie, así como así

«¡Ese tonto se las verá con Pinkie Pie ninja! », frunció el ceño.

Se llenó de valor, y acto seguido asomó la cabeza fuera de la habitación, vio a los lados y no encontró nada sospechoso; con cuidado salió, cerró la puerta de la habitación y decidió caminar en plena oscuridad hacia el sótano, donde tenía su cañón de fiesta.

Estaba a punto de llegar cuando el miedo la hizo correr despavorida hacia dentro del sótano, a causa de un sonido áspero, seco y estridente, casi podía jurar que era el sonido de alguna especie de papel, pero hasta no ver, no creer.

«Pinkie Pie de Cheese... al diablo el miedo », se dijo y tomó su cañón, del cual sacó todo el contenido de celebración que había en él y en su lugar puso una red grande que encontró por ahí, caminó despacio, apuntando hacia el frente.

Allí estaba, un bulto negro con forma de pony; movía objetos brillantes y los guardaba en una bolsa, quizá eran bombas, no podía alcanzar a ver bien pero ya no importaba.

«Ese pony no sabe con quién se está metiendo», pensó Pinkie, mientras cerraba un ojo y silenciosa apuntaba el cañón hacia las espaldas del misterioso pony, esperando el momento oportuno para usarlo.