Viviendo con el Más Allá

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Saben, una cosa que no se piensa cuando salís de vivir con tus viejos es que tenes que manejarte completamente solo.



La entrada se veía normal, como aquella de un departamento común y corriente. Se notaba el más mínimo indicio de luces prendidas detrás de la puerta, asomándose levemente por debajo de la misma. Esto, lógicamente, le resultaba extraño al nuevo inquilino que viviría en aquel lugar.



Onda, nunca te avisan cuando te mudas que vas a tener que cocinarte todos los días, limpiar la casa, estudiar y encima conseguir tu propia plata todo solín solito.



Se quedó un rato paralizado en frente de la puerta. Mudarse a un lugar nuevo siempre le causaría extremos nervios que le hacían pensar las cosas de más.



¿Y saben qué? Cuando no pueden manejarse bien solín solito, te encontrás viviendo situaciones en las que nunca hubieras creído posibles.



Finalmente sale de su trance y pone la mano en la manija, girándola con facilidad y empujando aquella puerta que lo separaba de su nuevo hogar.



¿De qué situaciones hablo? Bueno...



Entra al departamento y cierra la puerta antes de avanzar dentro del mismo. Miraba como, al acercarse a la cocina, la luz que se asomaba por debajo de la puerta se hacía cada vez más y más brillante. Jayden se asoma por la entrada del cuarto, pero al ver aquella escena pega un grito sangriento y retrocede del susto.



Fantasmas.

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