Capítulo 3

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El taller sólo se podía describir con dos palabras que aburrido que tenía tantas ganas de dejarlo pero tal vez algo me hacia que permanecía ahí sentadacon un pedófilo viéndome, lo más raro era de lo que trataba el taller "la abeja sin aguijón"  si el taller sólo se concentraba en una sola cosa la deficiencia en el trasero de miles de abejas; prefería estar en la clase de mi maestra de Español de primero de secundaria aunque casi nunca se le entendía de lo que hablaba con tantas palabras que a mi parecer no tenían sinónimos, y al parecer mi deseó se cumpliría una señora me regresó a esas clases haciendo una pregunta de lo más formal y elegante posible.

-Y digamos que queremos poner un nido para que en el vivan las abejas, serviría nose un jardín pequeño y citadino?

Citadino??? El problema no era lo que había dicho sino lo que significativa la palabra. Yo sólo veía la cara del señor que daba la información asintiendo con la cabeza sin saber que le había preguntado. Y preguntando si no había dudas siguió.

Moví mi cabeza hacia otro lado para "olvidar" la palabra que aquella mujer había hecho, y esperando encontrarme otra vez con el chico con mirada de pedófilo todavía viéndome, me encontré con su amigo.

Sudadera color gris, ojos cafés obscuro pero un poco claros, güero, y pelo rubio oscuro lacio. Al fin Ale se había movido un poco mas, haciendo que logrará verlo. Aunque no por mucho tiempo

21 de octubreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora