The One That Got Away

In another life I would make you stay

— Adora, por favor, no te vayas.

— Sabes que no puedo hacer eso—, respondió la rubia con una mueca. Catra estaba dificultando las cosas para ambas, y no era la primera vez que intentaba manipularla emocionalmente. De algún modo siempre lograba hacerla sentir culpable por una u otra razón. Pero no esta vez, Adora estaba firmemente decidida; se trataba de su futuro, después de todo.

— Sólo esta vez, quédate.

— Te prometo que volveré.

Se acercó a la castaña y tomó sus manos. Eran suaves, y cálidas. Sabía que era una de las cosas que echaría de menos.

— No te creo.

— ¿Eh?

— Me has estado evitando durante meses. Ya no salimos como antes, y yo pensé 'bueno, es que está ocupada, puedo darle su espacio'. Pero, siempre estabas con Bow y Glimmer. Me cortaste de tu vida, como si fuera cualquier cosa. Y ahora simplemente te vas. ¿Tan difícil es—

Catra no pudo continuar, su voz se quebró antes de terminar la oración. Adora la observó con detenimiento y un nudo se formó en su garganta.
Lucía tan frágil, tan pequeña.

NO.

— Es hora de irme...

Adora besó su frente. Luego se alejó, agarró su maleta y le dedicó una última mirada a Catra, que permanecía con la cabeza gacha.

Entonces, se fue.

Catra no pudo contener el llanto y sus mejillas se empaparon de lágrimas.

— 'Tú cuidas de mí y yo cuido de ti', ¿eh?

El dormitorio que compartía con Adora lucía tan vacío. De su lado apenas quedaban un par de posters que había dejado atrás, pero nada más. Se lo había llevado todo.
La morena se acercó a la cama y se recostó en ella. Tomó una de las almohadas y aspiró. Olía a shampú de manzana.

Catra no sabía cuánto tiempo llevaba ahí, acostada, abrazando con fuerza la almohada mientras las lágrimas continuaban resbalando por su rostro, hasta que su móvil comenzó a sonar.
Lo dejó pasar, pero volvió a sonar con insistencia.

Contestó sin mirar de quién se trataba.

— ¿Gatita?

— Ah, Scorpia... No es un buen momento, estoy algo ocupada.

— Oh, sí, claro, puedo verlo.

— ¿Uh?

Catra se levantó de la cama a la velocidad de la luz.
En el umbral de la puerta se encontraba recargada Scorpia.

Ella era una de sus mejores amigas, aunque a Catra le costaba mucho admitirlo, y no era como si alguna vez fuera a decírselo. Pero Scorpia estaba de acuerdo con ello, conocía bien a Catra, ese tipo de temas le incomodaban. Sin embargo, sabía que ella haría cualquier cosa por Catra y viceversa. No hacía falta expresarlo con palabras. Por eso, estaba preocupada. Sabía que Adora significaba el mundo para su amiga. Así que se había dado a la tarea de no permitir que se derrumbara. No mientras Scorpia existiera.

— ¿Qué haces aquí? —, preguntó Catra, limpiando todo rastro de llanto de su cara. Seguro lucía terrible.

— Adora se fue, ¿verdad?

Cuestionó Scorpia, mientras cerraba la puerta y se invitaba a sí misma a sentarse en la cama de Catra.

— Sí—, respondió la morena, mordiéndose el labio inferior e inclinando la cabeza. De pronto el piso parecía más interesante.