Hoja 3

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Desperté por ahí de las doce cuarenta y cinco, mi cabeza dolía, mi ropa estaba cambiada, mi cama desatendida y mi incertidumbre a flor de piel, el sol se filtraba por las cortinas de mi habitación, ese sol ya no era cálido, ahora me molestaba, me acariciaba con su brillo pero yo lo sentía como un golpe en la barbilla.

Comencé a recordar lo que había pasado y me puse los tenis lo más rápido que pude, salí a la calle en pijama y cruze hacia la casa de Harry, esperando encontrar a mi rizado allí, pero... No estaba, no habia nada, no había nadie, la casa estaba vacía, abrí la puerta y todo rastro de los Styles había desaparecido,un olor a humedad me había invadido y no lo entendía, ni llegaba a procesar porque esa casa llena de luz y sonrisas con oyuelos ahora estaba apagada y lúgubre, tanto fue mi impacto que empecé a pensar que me estaba volviendo loco y que probablemente todo lo había imaginado, saque mi teléfono y ahí estaban, las fotos con mi novio, con el amor de mi vida, con ese chico que me hacía suspirar.

Regresé a casa corriendo, anonadado y con las lágrimas amenazando con salir, seguí buscando respuestas, llame al teléfono de mi novio y nadie respondió, mi llanto se intencifico y ahora los gritos de despecho y dolor brotaban de mi boca, mi mamá me miró desde la cocina y corrió a calmarme, acarició mi espalda y me derrame cual basó de agua en sus brazos.

Había perdido a mi Harry, ese chiquillo llorón y caprichoso, ese que me ponía la piel de punta con su aroma, ese con el que compartí mi primer beso real, mi osito rizado, mi correcaminos, me lo habían quitado, me lo habían arrebatado de las manos como si tuvieran el derecho, habían hecho lo que papá dijo, "lastimarme por ser diferente", temerle a lo desconocido.

Me acerque al oído de mi madre haciendo preguntas al por mayor de lo que había sucedido  y ella empezó a hablar.

Narrador omnisciente

-La camioneta de mudanza ha venido ayer por la tarde, llevas dormido dos días cariño- el corazón de Louis ya no existía, ni siquiera estaba roto, ya no llacía más órgano latente en su cuerpo que marcará su pulso o bombeara sangre.

-Harry no iba con ellos mi amor, pero la casa está vacía, supongo que debe estar en casa de su abuela quedándose, llamé al doctor Cartter y dijo que tu jaqueca disminuiría haciendote despertar- Louis beso la mejilla de su madre y respiro su olor con fuerzas, se levantó sin expresión alguna en el rostro, limpio sus lágrimas y subió a su habitación, este hecho desconcertó a su familia, Louis no sonreía, no hablaba, le habían quitado las alas al más hermoso ángel.

Lloré cada noche de mi vida, ya no tenía inspiración para pintar, ya no me daba gusto sonreír más, de pronto el tiempo me carcomió, yo ya me había graduado, había perdido los mejores años de mi vida, pero valía la pena si era para esperarlo a él, mi cerebro decidió apagar la opción de sentir y mi ahora inexistente corazón no podía hacer el trabajo.

Desde la desaparición de la familia esperé una carta, un mensaje, un telegrama, una señal de humo, peor... Nada llegaba, tal vez Harry me había olvidado, tal vez no me puede llamar porque lo han castigado, tal vez estos cinco años no pasaron y ahora quería despertar de ese sueño, ese que se torno pesadilla.

Mi madre trataba de animarme al igual que mis hermanas y papá, sus intentos fueron en vano, mi estado de ánimo no cambió, incluso hoy se siente apagado, más apagado que nunca.

Me gradué como gerente de contaduría y viaje a Londres para trabajar allí, junto con Harry planeamos nuestro futuro al pie de la letra y eso iba a hacer, compré un departamento con tintes gris y blanco como a el le hubiera gustado, decore con plantas por doquier, como el quería, dibujé siluetas de mis miedos y mis emociones que ahora eran monstruos más grandes, eso no le habría gustado.

Dibujé Tus Ojos En La Luna  // One Shot Donde viven las historias. Descúbrelo ahora