Capítulo 1. Ghost

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Estoy buscando algo que, no puedo alcanzar.

Halsey-Ghost

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La agilidad en su mano trazando líneas muertas sobre el pequeño telón lograba sacar lo que sentía era vida proyectada a través de sus audífonos. A todo volumen, su intención era olvidarse de su propia existencia. ¿Qué era la existencia para él? Nada. Perfecto.

Su turno había terminado hace mucho, pero no le complacía la idea de caminar a la estación, en verdad ninguna opción relacionada con moverme de aquella maravillosa vista que le proporcionaba estar en semejante altura que le brindaba la azotea del hospital (y por supuesto, el pase de residencia que le ofreció amablemente uno de los encargados de su práctica) no movía el pensamiento de seguir fingiendo realizar una importante obra maestra.

Solo líneas muertas.

Solo el roce tan infantil de unas delgadas manos lo sacó de su estado de aletargo mental.

-Es muy hermoso.

Era un chico, probablemente menor que él, con un cabello plateado y unos ojos que irradiaban una especie de extraño éxtasis. Aquel aura brillante era molesta para un ser amargado.

Ante su mirada a través del cristal el pequeño se nubló ante la vergüenza de ser descubierto. Juraba que estaba escuchando música, y era así, solo que sus palabras tuvieron la increíble mala suerte de salir cuando la siguiente canción de comienzo lento se iba a reproducir. Las manos jugaron en el aire.

-No sabía que se le permitían a visitas subir aquí -soltó sonriendo. Sus ojos se agradaron ante el aumento del sentimiento de cortedad- disculpa, no suelo ser un entrometido, tampoco quería interrumpir. Solo te esta quedando muy bien, y pensé que estaba muy hermoso.

No sabría a ciencia cierta que especie de cara estaba colocándole, pero el chico de cabello azabache estaba apuntó de entrar en un ataque de nerviosismo.

Se volteó, contempló el cuadro, cambió rápidamente la mirada de manera intercalada entre el muchacho a sus espaldas y al cielo.

-¿Eres un paciente crónico cierto?

Su intención no era ser descortés, pero estaba también lejos de querer entablar el habla con alguien que consideraba, era curioso. Por algo el impulso de espiarlo.

-Tal vez corto de genio -sostuvo la opinión en su mente- y yo soy pésimo con los cortos de genio en momentos como este.

-Disculpa, fue una pregunta un tanto grosera, -dejó de mirarlo, solo se dispuso a ordenar sus cosas aún nervioso- soy un estudiante, vine por una salida de un taller, y un residente me permitió darme este pequeño escape.

-Soy Manjiro Sano, tengo Corazón en Criss-Cross.

¿Cómo se puede llegar a definir ese sentimiento errático que se produce cuando una persona totalmente opuesta a otra chocan y se alinean rápidamente a la par?

Porque él, detrás de su mirada neutral, cansada y hasta cierto punto que te hacía sentir un ser que le estorbaba que te cruzarás en su visión teleferica pero estaría dispuesto a fingir con tal de evitar los problemas, y él, un chico en bata blanca que mostraba un semblante amable, ojos achinados que no sabrías si es por la luz del sol o porque te mostraba una sonrisa extendida, ocultando algo con recelo que llegarías a aceptar. ¿Por qué se encontraron?

Él, deteniendo su paso con la gran mochila de múltiples bolsillos cargada al hombro y sintiendo lástima al escuchar eso. Fue mero impulso, no tenía la menor idea de que clase de enfermedad era esa, solo lo relaciono a algo cardíaco, sus neuronas hicieron conexión y sintió remordimiento.

Él, con el rostro levemente ladeado, con su sonrisa de "disculpa, no debí haber dicho semejante cosa a un extraño. Solo necesitaba soltarlo, no pasa nada vale?". Su ropa de hospital ondeando, marcando que su cuerpo nadaba dentro.

Como un niño pequeño, sacudió la mano y se perdió detrás de la puerta, solo los ecos de sus pasos apresurados le indicaban que no había sido un espejismo corto que luego transformaría en una rápida anécdota de un chico delgado, con ropa de hospital y que lo más rescatable de esa extraña conversación seria que le dijo que sus extraños garabatos, que ni él mismo lograba verles forma, eran hermosos.

-¡Mikey!

Las sábanas estaban empapadas, y se sentía seguro de ser más sudor que persona.

¿Otra vez?

No se movió, tenía la esperanza de que si lograba hacerse el dormido, acabaría por ser cierto. Si tenía mayor suerte, no se levantaría en todo el día.

Dos golpes. Tres golpes

-Joven, la renta. -

A carrera debió alcanzar el tren, donde la puerta agarro su chaqueta provocando un efecto resorte donde todos sus papeles cayendo al suelo.

-Mierda -espetó tironeando el borde de la tela.

Una joven a su lado se agachó, sonriendo le entregó los papeles y su amiga rubia carcajeo por lo bajo al verla hacer aquel gesto.

Takemichi no las miro, se congeló sintiendo un extraño pavor enfermizo mezclado desde su estómago, arrastrándose por las entrañas, dándole vueltas y oprimiendo su pecho a gusto, sin piedad. Sin detenerse. Pará.

Un manotazo arrojó el dulce redondo a unos centímetros de ambos, rodo, perdió su forma y se partió en el reflejo de los desorbitados ojos azules. La mocosa que estaba de pie comenzó una especie de pataleta a nombre de la otra, quien solo miró sin entender su reacción calmando desde el suelo a la otra. Mocosas. El anden abrió puertas reaccionando el resorte que le agarro antes su ropa, tirándole por completo al suelo donde sin pensar agarro sus papeles corriendo.

Huir, tragame tierra, porque, porqué, por qué.

Solo era un dorayaki.











________ 1.

Breve aclaración, la historia dará varios saltos temporales, mediante recuerdos o sueños.
Esto es un borrador, así que perdonen las faltas de ortografía o díganmelas pero sin retarme :'

Yokai-Zen.

¿Qué gano olvidándote? - TakeMikeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora