Capítulo 1: Metamorfosis tristemente no en mariposa

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Ojala hubiera sido una oruga, aunque eso de arrastrarse comiendo polvo, no lo encuentro lo mejor del mundo, ni mucho menos un sueño cumplido, pero todo ese sacrificio tiene un gran galardón, dormir por un buen tiempo, ¿hay algo mejor que eso?, apuesto que tú también lo pensaste, sólo imagínate, te desconectas de todo lo que sucede, solo te preocupas de no despertar por un tiempo, luego despiertas con unas hermosas alas listas para volar lo más alto posible, en fin digamos que también me transforme, así como la mariposa, pero no exactamente en ese orden, más bien diría que fue al revés, era una mariposa libre, sintiendo el viento de la libertad, y ahora me encuentro en tierra sobreviviendo.

Bueno, si mal no lo recuerdo, yo tenía 18 años, estaba en un cine viendo una película llamada "Enamorado de un zombie", con mi mejor amigo y vecino Mike, bueno lo admito, me encantan las películas románticas, aunque no con los finales de felices para siempre, sino más bien de esas novelas trágicas, por las que mueres por llorar, pero no lo haces por vergüenza, mucho menos en un cine, simplemente tú serias el show, y no mi ciela, antes muerta que sencilla, al menos eso recuerdo que decía mi madre, aunque no lo de mi ciela, ya que es un término coloquial juvenil, eso último te aseguro que ella sí lo diría, lo siento, creo que me desvié del tema, es sólo que extraño a esa gritona, preocupada, y exagerada mujer, ¿saben? sigo igual de llorona, aunque los zombies no lloran, pero ya les dije no soy una zombie ordinaria, okey retomemos, terminada la película con Mike salimos del cine, nos dimos cuenta el paso del tiempo, entramos con la luz del sol, pero salimos a la luz de la luna.

- (Mike intenta aclarar su voz carraspeando) Estaba buena la película.

- Claro, te felicito, lloraste menos que la última película que vimos (Le doy palmadas en el hombro).

- No no, estas equivocada, sólo se metió una basura en mi ojo.

- (Me rio) si claro, un basurero debió entrar en tu ojo para todo el río que soltaste – digo bromeando.

- Todo porque eres más fría que un iceberg.

- Puede ser.

Seguimos caminando para ir a casa, hasta que tuvimos que pasar por el oscuro y tenebroso túnel MJ, cuenta la leyenda que en este lugar desapareció un científico llamado Mario Jara, todos dicen que él era amigable, sociable, empático, en fin, se dice que este fue el último lugar en donde encontraron sus huellas, hasta el día de hoy lo buscan, aunque sólo esperan encontrar huesos, ya ni carne debe tener con el tiempo que lleva sin ser visto, desde ese entonces hay cientos de desapariciones, las calles están llenas de carteles con "se busca", creo que ya no hay postes sin papel. Íbamos en la mitad de aquel túnel, cuando escuchamos unos ruidos extraños, rebotan en las paredes para dar paso al eco, empezaron por la parte de atrás, luego también por la parte delantera, fue entonces cuando Mike prendió la linterna de su celular, vimos unos pies, por lo que no nos asustamos pensando que era sólo una persona, sentimos un golpe, como si alguien se cayera, era aquella persona que habíamos visto, fuimos corriendo para ver si podíamos ayudar en algo, llegamos a él, vimos su rostro y nos dimos cuenta que no era una persona normal, era un cara verde, intentamos salir de allí, pero ya era demasiado tarde, estábamos rodeados de zombies.

Sentí que alguien rasguñó mi hombro, no veía a Mike por ningún lado, sólo observé como una luz de auto, al parecer a los zombies no les gusta la luz, porque corrieron lo más veloz que pudieron, fue entonces cuando pude divisar a mi mejor amigo, estaba paralizado del miedo, por un momento pensé que estaba muerto, pero no era así, solo se había desmayado, la persona que iba en el auto nos miró en el suelo, por lo que corrió a socorrernos, nos ofreció llevarnos a casa, a lo que obviamente accedimos.

Estaba en mi cama cuando comencé a sudar, estaba muy asustada en mi sueño, ya que estaba reviviendo todo lo ocurrido hace un par de horas atrás, sentí que mi cabeza iba a explotar, además de presentar un ritmo cardiaco elevado, en otras palabras todo mal, observé mi celular, tenía las típicas notificaciones de las redes sociales, además de uno que otro de YouTube y de Call of Duty, con Mike nos ponemos a jugar cada vez que podemos, es como jugar al medalla de honor, sólo que del siglo 21, en fin no le di mayor importancia.

Fui a la cocina para recuperar el chorro de agua que boté en mi cama, me tomé el vaso de agua con un paracetamol, para aliviar el dolor de cabeza, literalmente sentí que me mataba. Escucho sonar mi teléfono, me pareció extraño, quien llama a las 4 am, a menos que claramente sea una verdadera emergencia, dicho y hecho, bueno era Mike tenía una voz entrecortada, él tampoco podía dormir, por lo que me llamó por videollamada, en eso nos miramos, y nos reímos el uno del otro, no podíamos parar de reír, sinceramente nos veíamos un tanto ridículos.

- Está genial la actualización de WhatsApp, estos filtros son la onda – me dice entre las risas.

- ¿Qué? Yo no tengo puesto ningún filtro, tú sí – Sinceramente más risa me da.

- ¿Yo? No señor, estas loca mira – me manda una captura de pantalla.

- A claro, no pudiste avisarme antes de sacarme la media vendida; que raro es el mismo filtro que tienes tú, mira – le mando una captura de mi pantalla.

- Esto está de locos – me responde.

- ¡Ay no! Necesito ir al baño a vom...– no pude terminar de contarle.

Les aseguro que, si decía una palabra más, no sería un el resto de la palabra, más bien sería sólo un sonido con un menjunje de cabritas, completo, bebida y papas fritas; no me miren raro, no pueden decir que ustedes no comen nada mientras ven una película, simplemente son el complemento perfecto. Me lavo la cara luego de terminar la acción, en eso me miro al espejo, me quedo allí asombrada, escucho a Mike preguntándome si todo estaba bien, quería decirle que nada estaba bien, pero no logré decir ni una palabra, él entendió que algo andaba muy mal, por lo que vino enseguida.

- Alo, Alice ¿estás bien?

Fui a abrir la puerta y ¡zas! Resulta que él estaba igual que yo, siempre pensamos que los zombies eran de cuentos, hasta que claro tenía uno en frente de mí, sin olvidar que ahora también soy una.

- Mike debemos salir de aquí ahora.

- Bien, ¿Qué les decimos a nuestros padres?

- No podemos decirles lo que realmente pasó obviamente – le respondo.

- Esto es una pesadilla Alice – me mira con unos ojos llorosos y asustado.

- Lo sé, lo sé, pero no importa si le decimos o no, se preocuparán de todas formas.

- Y ¿A dónde iremos?

- Donde todo comenzó, ahí encontraremos a los demás.

Fue entonces cuando comenzamos nuestra aventura, decidimos ir al túnel, ya se me ocurrirá donde podremos quedarnos. Creo que esto es lo más difícil que he hecho en mi vida, dejar a mi familia para siempre.

Flechada sin corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora