POV Harry.
Hoy estuve en la escuela con Niall. Las clases fueron aburridas, me dejaron con sueño y pereza, una tras otra mientras descansaba unos pocos minutos en el corto almuerzo que tenemos para seguir aprendiendo cosas que probablemente olvide después. Pero no tiene caso profundizar en el tema.
Actualmente estoy en cuatro año de secundaria, con dieciséis años cumplidos hace pocos meses. Realmente nada emocionante, para mí. Pareceré pesimista, aunque no creo serlo.
Tuvimos una clase de educación sexual. Creo que me vi demasiado incómodo mientras mencionaban como anudar a un omega con cuidado. Para mi suerte, hicieron una pregunta para cambiar el rumbo de la conversación, y terminamos por hablar del consentimiento. Fue una buena clase, he de admitir. Lo único que hubiera agradecido de lo que hablarán es entre relaciones homosexuales, pero no se puede conseguir todo en la vida.
Soy un alfa, presentado desde los doce años. Mi casta no es algo que realmente me moleste, por lo menos, no ahora. Aún recuerdo el llanto que solía dar cada día, deseando ser omega. Por supuesto que, todavía me encantaría serlo. No pasará, de todas formas.
Tengo un mejor amigo, se llama Louis. Y ahora estoy avergonzado porque no puedo estar ni unos escasos minutos sin mencionarlo.
Louis es... Maravilloso.
No sé cómo describirlo, en realidad.
Es dos años mayor que yo, por lo que él ya se graduó. Solíamos ir a la misma secundaria, primaria y jardín de niños. Así que sí, lo conozco de toda mi vida. Y él, es una de las razones por las cuales anhelé ser omega.
Cuando era más pequeño, todos hablaban de mi amistad con Louis. Siempre fui alguien muy cariñoso, así que no fue sorpresa que cuando comencé a dejar besos en el rostro de mi amigo, darle abrazos que duraban eternidades o buscar su atención a cada momento. Dedujeron, entonces, que yo sería un omega. El omega perfecto para el alfa perfecto. Porque Louis y yo, somos tal para cual.
No fue así, como pueden notar.
Cuando me presenté, en primera, estaba demasiado... Decepcionado. Triste. Frustrado. Todo eso y más. Era una maraña de emociones negativas que solo descolocaban a mi alfa y lo hacían rugir de dolor y desconcierto. El calor no ayudaba.
Detesté mirar mi cuerpo cambiar, y mi figura delicada desvanecerse. Pronto, mi espalda se volvía más ancha, al igual que mis hombros. Mis caderas se reducían, y mis curvas desaparecían. Mis facciones dejaron de ser suaves, volviéndose marcadas y toscas. Odié todos esos cambios, por lo que no me miré al espejo por un mes entero. Eso fue hasta que Louis se enteró, claro.Él es una persona muy positiva. Pocas veces lo he visto triste. Ama animarme y decirme millones de cumplidos, porque él sabe cómo sufro tratando de amar mi cuerpo. Es realmente lindo, por lo que solo puedo llegar a sonrojarme o murmurar un torpe gracias antes de quedarme en silencio otra vez porque él está sonriendo.
Su sonrisa podría iluminar mi vida entera. Y lo hace.
Cuando salí de mi casa, siendo un completo alfa dirigiéndose a la vivienda de Louis, no fui completamente recibido como lo era antes.
Sus padres podrían llegar a ser, muy tradicionales. Por así decirlo. Jay, su madre, al principio me saludó con el aire tan acogedor que ella tiene, apretujandome en un abrazo cálido y una sonrisa embriagante. Ella luego notó mi aroma, durazno.
Supieron de mi casta tan solo segundos después, y todos se habían quedado en silencio. Me preguntaron en voz baja de vuelta, como si no pudieran creerlo. Para ese punto, solo susurré débilmente, intentando no romper en llanto porque siempre supe que ellos deseaban que fuera el omega de Louis. A mí también me hubiera encantado.
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Peach Scent. [L.S]
Short StoryHarry es un alfa. Louis es su mejor amigo, enamorado de él y su aroma a durazno.