Dulce Venganza

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Shadow Maksimov Rinaldi

6 años después.

Quiero venganza.

Cada noche estoy despierta frente a la fotografía del monstruo que me torturó. Con un movimiento rápido, lancé la daga dandole en el punto medio de entre sus ojos. Tomó otra daga de la mesa y la vuelvo a lanzar atinando a la tráquea. Sonrió satisfecha de mi punteria. Cada día mejoraba mi puntería y fuerza física para cuando lo tenga en frente de mí, no escape de su destino. Debía pagar por cada vez que nos daño a Danik y a mí. Y aunque la muerte de Christopher no me dará la paz que necesito para dormir en las noches, sería un alivio para este mundo que no esté.

De re ojos veo el reloj de pared indicando la una de la madrugada. "Es hora", me digo a mi misma apagando las luces de mi apartamento. Danik había salido a una reunión con unos inversionista y no llegaría en unas horas, por lo que tengo tiempo a solas en el departamento.

Sacó los prismáticos del cajón y me asomo por la ventana. Las calles estaban por completo solas, solo pasa uno que otro auto. Y con la ayuda de los alumbrados observé llegar. Traía su uniforme blanco de restaurante, un gorro cubre sus rizos dorados. Los martes tenía su turno nocturno y siempre llegaba alrededor de esta hora. Se llamaba Dante Bernabé, tenía 28 años de edad, era un humano que trabajaba como cocinero en un restaurante de cuatros estrellas, vivía solo frente de nuestro edificio en el sexto piso. Llevaba dos años viviendo en Nueva York. Tenía una relación secreta con su jefa, Monik, que resultaba ser casada con un hijo de siete años. Cada martes llegaba ella después de la una y media, y tenía sexo. A Dante no le importaba, solo estaba con ella para ascender a sucheff.
Ver su vida desde un punto externo era mi única distracción dentro de todo el caos, aparte de que la vista era increíble.

Entró a su departamento, dejó sus llaves en la mesa, se quitó el uniforme y luego abrió una botella de vino. Debajo de su uniforme llevaba una franela blanca y en su cuello le colgaba un crucifijo. Debio de la botella tan rápido que en un dos por tres ya no tenía. Has oído contestando la llama. Saco mi celular de inmediato y activo la copia de llamada para escuchar quién era.

-Dante no tenía opción - se excusaba otro lado otra llamada.

-Sabes que eres una maldita perra - furioso cortando la llamada.

"Esto se puso interesante", sonreí con diversión.

Dante se quita la camisa dejando su escultural cuerpo al descubierto. Cómo podría existir alguien con esa estructura muscular. Deseaba tocarlo, besarlo, lamerlo y chuparlo.

Hace su habitación cerró la puerta y encendió su lámpara. Al instante que empieza a quitarse el pantalón la luz de mi habitación se encienden sacándome de mi fantasía.

-Shadow, otra vez estás espiando - irrumpió Danik al entrar sin permiso a mi recamara.

-¿Cuántas veces te he dicho que toques antes de entrar?

-Tengo noticias, hermanita.

-Habla - indago sin mucha emoción, guardando los prismáticos en su respectivo cajón.

-Tanto te cuesta estar feliz por el negocio?

-Hermana lo único que me daría la felicidad sería cortarle el cuello Christopher.

-O cuerpo de aquel hombre - señaló con la mirada la ventana.

Ojos en blanco decidida a ignorar aquel comentario. - No estoy para pesar en estupidez tan mandamos.

Danik bufó sin creerme y me entregó una carpeta amarilla, cambiando de tema.
-Durante estos seis años empezamos nuestro negocio y a la vez le quitamos terreno a los lacayos de Christopher. Más sin embargo...

Ojeo la foto de un hombre con piercing en la boca, nariz y oreja, de nombre Krosh que estaban dentro de la carpeta. Tenía una nueva víctima. Su aspecto era el de un hombre rudo, en el informe decía que era un vampiro fuerte, pero no tenía ventaja conmigo.

-Él insiste en mantenerse a flote - completo cerrando la carpeta.

-Es un problema para nosotras.

-Okey Danik, - colocó la carpeta en la mesa - hay que incinerar.

Desde que nos separamos del idiota de John, la cosas para nosotras había mejorado. Recordé todo lo de ese bastardo, que decía ser nuestro padre, pero en realidad era nuestro tío, nos enseñó y nos usó para experimentar con nuestras. Mi hermana siempre me protegió de él, y saber que ella sufrió el doble que yo me llenó de ira. Él era mi principal objetivo así que tengo una muerte muy lenta para él y nadie se va a entrometer en mi camino.

-Shadow quiero que sea como un accidente, ya que los humanos se están poniendo muy dramáticos por tanta muerte.

-No te prometo - mi postura neutral siempre la desesperaba, pero ella comprendía el porque siempre actuaba así. - Será cómo si le hubiera dado un infarto.

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La mañana era cálida, las olas del calor que azotan la ciudad me provocaba una sensación de ansiedad. En la fábrica pasaba a máquina el ensamblaje de unos bañadores estilo bikini que me pidieron. Este tonto trabajo me hacía guardar las apariencias con los demás, en que era una persona normal, aunque me gustaba mucho estar aquí. Sin embargo, hoy no quería estar aquí. La altas temperaturas siempre me sacaba de eje. Extrañaba el invierno. Tal vez, después de cumplir con mi deseo asesino, me mudé a Islandia.

Al salir del trabajo, me voy al departamento para hacer mi rutina de entrenamiento.

Al pasar por la recepción el señor de seguridad me llama.

-Señorita Shadow esta tarde le llegó esta carta.

La miré extraña tomando la carta. Subasta el departamento y cierra la puerta detrás de mí al entrar. Observe la carta detallando que fue enviada de desde México. Cuando veo el nombre del remitente. "Ahora que querrá" suelto un suspiro abriendo la carta.
Noté que no era su letra, está era más clara y menos cursiva, que la de John. Empezó con su triste historia de niño huérfano hasta que el Santo Christopher lo salvó -me dije con sarcasmo- de su miserable muerte pidiéndole a cambio sus servicios convirtiéndose en su mano derecha. Al tiempo, luego de muchas mujeres, Christopher conoció a nuestra madre y se enamoró. Me salto la parte en donde nos describe, odiaba cuando se ponía cursi, era patético. Él por ser la mano derecha, nos encomendaron a él, con la tarea de protegernos.

Para resumir, siempre nos ocultó los secretos de nuestro supuesto padre.
Los hermanos Maksimov tenían muchas confrontación entre ellos por su amor a una sola mujer, nuestra madre. Con el tiempo murió mamá, por la mano de nuestro tío.
Cuando lleguen a la parte de el romance de Danik y su embarazo, las cosas toman sentido y porque John fue tan ingenuo. Termino de leerla y de inmediato le escribo a mis hermanas. Ellas debían también leer esta carta.

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Hasta la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora