La noche se hacía presente, dando por terminado otro largo día de entrenamiento para el principe, este mismo se encontraba saliendo de la cámara de gravedad rumbo a la cocina, para que le suministren alimento con el cual saciar su gran apetito.
El sayayin entró en la Corporación y se dispuso a buscar a la terrícola que le habia ofrecido hospedaje en su hogar.
-¡Mujer!, ¿donde estas?-cuestionaba de forma demandante el Guerrero al no ver a la joven.
El azabache ya estaba consciente de que Bulma se había ausentado a lo largo del día por compromisos previos, sin embargo el leve ki de la peli-azul delataba su presencia, la cual provenía de su habitación.
Al no recibir respuesta ante sus llamados, el Príncipe decidió abrirse camino rumbo a donde se encontraba la joven, una vez ahí, tocó de manera insistente la puerta que estaba frente a èl.-Mujer sal de hay de inmediato y sirve me mi comida- exigió él Guerrero ya fastidiado por tanta espera.
Sin embargo no recibió respuesta por parte de Bulma, lo cual estaba aumentando el enojo en Vegeta, por lo que había decidido ingresar en la habitación de la joven. Al momento en el que su mano se posó en el picaporte, su acción fue frustrada cuando la puerta se abrio dejando ver a una Bulma muy desanimada del otro lado de esta. Los reproches del sayayin no se hicieron esperar al momento en el que la joven hizo acto de presencia frente a sus ojos.
-¡Hasta que te dignas en abrir!, ¿Quien te crees para hacerme esperar tanto?-reclamó Vegeta con notorio fastidio en su voz, producto del hambre y la espera.
-Estaba dormida- respondió de forma indiferente Bulma, mientras salía por completo y cerraba la puerta.
-Eso no me interesa, sólo quiero mi comida- exigió el principe.
Bulma sólo soltó un suspiro ante los reclamos del sayayin y emprendió su camino hacia la cocina seguida por Vegeta el cual se dispuso a esperar que su alimento estuviera servido.
El principe notaba en Bulma una actitud impropia de ella, no le había respondido a sus reclamos como siempre lo hacia, incluso pudo notar como en todo momento esquivaba su mirada, como si tratará de ocultar algol.
Bulma por su parte sólo se limitaba a servir la comida del guerrero, esta acción normalmente era realizada por la Sra.Brief, quien siempre se encargaba de suplir las necesidades alimenticias del principe. Sin embargo ni ella ni su padre se encontraban en la Corporación hace ya 2 semanas debido a un viaje de negocios de la compañía, por lo cual ahora era ella quien se encargaba de eso.
Una ves que terminó, retomó su camino nuevamente hacia su habitación pero fue interceptada por Vegeta quien miraba su rostro con curiosidad, en especial su mejilla izquierda, la cual portaba una notoria marca producto de una bofetada.
-¿Que sucedió?- cuestiono el azabache.
Bulma sólo desvío la mirada de aquellos ojos obscuros que la observaban intrigantes en espera de una respuesta.
-Sólo son cosas de terrícolas, nada que le importe al principe de los sayayins- respondió la joven con ironía para luego evadir por completo al guerrero y partir rumbo a su habitación nuevamente.
Vegeta la vio irse desconsertado, obviamente no se esperaba esa respuestas por parte de la peli-azul. Trató de restarle importancia al asunto y se dispuso a comer, ya que su estómago le demandaba alimento.
Una ves terminados todos y cada uno de los platillos que le habían sido servidos, es sayayin se levantó de su ha ciento y se encaminó a su habitación. Se dispuso a tomar una ducha con la cual relajar su cuerpo después del ejercicio, sin embargo en su mente se encontraba la imagen de Bulma, su mirada reflejaba tristeza y decepción pero a la ves furia, lo cual aumentaba la curiosidad del Príncipe por saber lo que le había sucedido.
Vegeta se despojó de su ropa de entrenamiento y sé adentro en la ducha, se quedó bajo el agua alrededor de 20 minutos y una ves limpio y más relajado salió con una toalla en su cuello y otra rodeando su cadera, tomo unos shorts negros, se vistió conservando su torso al descubierto y compensó a secar su cabello. Era una noche calurosa por lo cual el Guerrero se aproximó al ventanal que daba al balcón de su habitación y la abrió, depósito la toalla que traía en su mano sobre una silla que estaba a su lado y salió a tomar aire fresco y aclarar las ideas de su mente.
Al momento de salir sintió una agradable corriente de aire chocar contra su cuerpo, por inercia desvío la mirada hacia él balcón de la joven y hay la vio, con sus manos en el barandal y la mirada pérdida en el firmamento nocturno, estaba tan sumida en sus pensamientos que ni noto la mirada del principe sobre ella, a tal punto que al escuchar su voz dio un pequeño salto por el susto.
-Parece que esa actitud tan gritona que tienes te trajo problemas- comentó el sayayin en tono burlón llamando la atención de Bulma.
-no tengo ánimos para discutir Vegeta- respondió la peli-azul en tono desanimado.
Bulma dio media vuelta y estaba a punto de ingresar a su cuarto pero su acción fue frustrada al momento que la mano de Vegeta tomó la suya impidiéndole avanzar y provocando que soltara un quejido de dolor, el Príncipe la vio desconsertado ya que no había ejercido precisión como para causarle dolor. El azabache posó su mirada en la mano de la joven notando sus nudillos inflamados y con ligeros hematomas, luego se sentro en los ojos de Bulma buscando una respuesta.
- ¿no creías que después de esto saldrían librados verdad?- cuestionó la científica señalando su rostro.
Vegeta río un poco por lo bajo y bolvio a cuestionar lo sucedido.
-¿y que fue lo que ocurrió?- interrogó él sayayin al momento que seguía a Bulma la cual ingresaba en su habitación.
Aunque tratará de negarlo esa mujer despertaba en él una gran variedad de emociones y cuando la vio tan de decaida y portando la marca de un golpe en su rostro no pudo evitar sentir un inmenso enojo y la extraña necesidad de protegerla. Desde ese día en el que abrió sus ojos y la vio dormida en una silla a su lado cuidando de él después de que la cámara de gravedad explotará, comenzó a experimentar sentimientos extraños para el y que se intensificabán junto a ella.
Una ves dentro de la recámara de la peli-azul, esta tomó asiento en su cama, la cual estaba tendida en perfecto orden por lo que el Príncipe noto que cuando antes había dicho que estaba dormida, no había sido más que una escusa para evadir sus reclamos. Sin embargo no le tomo importancia cuando su vista se poso sobre los vendajes que estaban sobre el aparador a un lado de el, dando a conocer el intento fallido de Bulma de vendarse la mano por ella misma.
Por su parte Bulma estaba sorprendida de que el principe este realmente interesado en saber que había susedido, pero más fue su sorpresa al ver a Vegeta tomando las vendas y aproximándose a ella. La mirada de la joven daba a conocer lo desconsertada que estaba al momento que el azabache tomo su mano sin pronunciar una palabra y se dispuso a vendarla.
Cuando término, Bulma no pudo evitar llevar su mirada hacia la extremidad cubierta por aquellas gasas que le reducían el dolor que sentía anteriormete, levantó la mirada regalandole una sonrrisa en son de agradecimiento al sayayin que la observaba esperando a que estuviera dispuesta a mencionar algo con respecto a lo susedido y así fue, Bulma le indicó con la mano, dando leves palmadas a un lado de ella que tomará asiento. El principe, que se encontraba de pie frente a ella, accedió a la petición de la joven y se dispuso a escuchar su explicación.
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Eres Sólo Mía (One-Shot)
RomanceEsta es mi primer historia, la escribí por petición de una amiga y por que me encanta está pareja de Dragon Ball. Decidí realizarla a modo de One-shot dividido en 2 capítulos. Trata sobre como se dieron uno de los primeros encuentros de Vegeta y Bul...