Pisando Tierra

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Kilian no paraba de llamarme una y otra vez, yo estaba a punto de perder el conocimiento, muy palido y los labios morados, no sentia las extremidades. 

Kilian vió entre la niebla una silueta en la que se podia distingir una isla, y no lo pensó dos veces, uso sus ultimas fuerzas para nadar hasta ella llevandome a mi atado a una cuerda y sostenido por el bote salvavidas yo habia entrado un poco en calor a lo largo que la mañana se hacia mas calurosa, en uno de mis limitados esfuerzos, cogi ropa de una de las maletas y me la eche encima para no sufrir quemaduras en la piel.

Ya faltaba un kilometro escaso, y kilian se subió al bote y me dijo:

 - Tranquilo amigo, ya falta poco.

Tenia mucha hambre, ambos teniamos hambre, pero kilian estaba tan concentrado mirando al horizonte que no parecia estar hambriento.

Al acercarnos a la orilla, ví que kilian empezó a nadar en la direccion contraria a la isla, lo notaba muy nervioso y asustado, no era tipico en él estar así, le pregunté sobresaltado:

- ¿Pero que coño haces?

- ¡Arrecifes! ¡Corales! Cortan como cuchillas

El chico era listo, pretendia bordear la isla en busca de una playa. A la media hora o cuarenta y cinco minutos por fin estabamos en la orilla de una playa preciosa, pero no pensaba en eso, me limitaba a hacerme la idea de que al fin estaba en suelo firme.

Lo primero que hizo kilian fue ir a buscar comida, aunque yo fui detras de el sin saber donde iva. Yo caminaba detras de Kilian, pensando en mis cosas, pensando en como esto podia haberme pasado a mi, era como en las peliculas, era increible...

de repente me encuentro sumergido plenamente en mis pensamientos y me doy cuenta de que he perdido de vista a Kilian, pierdo los nervios y lo empiezo a llamar a gritos desesperadamente, cuando de repente escuché un golpe detras de mi a mis pies, me giro y habia un puñado de platanos en el suelo, y en seguida miré hacia arriba para ver de donde han caido y ví a mi amigo subido a un arbol, estaba muy alto, como a unos 6 o 7 metros, y me dijo:

- No comas muchos de golpe, o te pondrás malo.

Solamente agarré dos, me comí uno en el momento y al rato el otro, ya no tenia hambre, solo queria descansar.

Dormí hasta el anochecer, Kilian tenia una hoguera pequeña pero muy acogedora, le pregunté:

- ¿Como la has encendido?

- Mira, ¿ves esto? se llama pedernal, es la "piedra de los mecheros" pero en grande, a raspar con algo metálico salen chispas, y con la yesca ideal y unos cuantos intentos, ¡FUEGO!

Al decir la palabra "fuego" dió un grito que me asustó, me giré y en una de las maletas ví una libreta que asomaba, era la la libreta en la que estoy escribiendo esto.

Kilian era todo un misterio, no sabia la de cosas que podria tener en sus maletas, por ahora si sabía que llevaba un kit de cuchillos, el pedernal ese raro, cuerdas, y ropa, obviamente, pero seguro que eso no era todo.

En la isla habia mucha vegetacion entre ella, cañas de bambú, aloe vera y pocas mas que yo conociera.

Kilian cortó varios tubos de bambú de 30 centimetros y los dejó sobre las brasas, y en lo alto de las cañas puso una gran hoja de bananera y platanos sobre la hoja, a los 15 minutos, los platanos estaban deliciosos, cuando acabamos de cenar, la noche habia caido y no habia visto nada tan hermoso como aquel cielo de estrellas, era precioso, los dos nos acostamos sobre la arena contemplando el cielo y nos quedamos dormidos...

                                                                      CONTINUARÁ...

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⏰ Última actualización: Mar 15, 2015 ⏰

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