Misas de sangre

II: Pacto

Sus manos reposaban sobre el frio suelo, sentía una presión sobre su espalda, los gritos de su contrario se desvanecían por el dolor, la sangre corría por su mejilla, plantaba cerraba sus manos, lentamente perdía la consciencia y lo demás se convertía en oscuridad absoluta, cayo desplomado en el suelo.

Un eco se hacia mas fuerte al final del orfanato. Reich corría con miedo sabia que si dejaba de hacerlo perdía la vida, su corazón latía con tanta fuerza que dolía al respirar, el niño atormentado por la persecución que llego hasta el final del gran orfanato, donde el menor se escondió detrás de las escaleras, sus ojos buscaban agobiado una habitación con un tercero, hasta que logro ver en una de las tantas salas, la puerta abierta y que alguien acababa de entrar, asique con cuidado, se dirigió hacia allí para ponerse a salvo, pisaba con delicadeza la fría porcelana que cubría la mayor parte del edificio, las manos del despavorido niño temblaban, y al llegar hacia la manilla de la puerta casi no tenia fuerzas para empujarla, el sonido tembloroso de la perilla llamo la atención de su acosador pero el menor rápidamente no tuvo otra opción que entrar y al cerrar la puerta escuchaba los gritos del contrario, que pedían que la abra, golpea y resquebraja con agresividad. Retrocedía y sus pasos sonaban sobre el suelo haciendo que rechine, al bajar la mirada, la habitación completa estaba cubierta de madera asemejando a una cabaña, todo el lugar se quedo en silencio de repente, su contrario se tranquilizo, lo único que el niño podía oír era su respiración agitada y sus latidos acelerados, suspiro de alivio. Toda la habitación estaba oscura, el niño quedo parado, quieto mientras sus ojos desesperados buscaban luz, avisto una vela y con cautela se acercaba a ella, temía pisar algo así solo arrastraba sus pies; Cuando sus manos tomaron la vela encendida logro ver las paredes, cuadros de Jesucristo y cruces estaban de cabeza, no habían muebles y por encima de su cabeza el techo estaba cubierto de cerámica, mientras mas examinaba la vela bajaba la intensidad de la luz hasta solo ser una pequeña llama que dejaba ver poco mas que sus manos, el niño se sentía observado quedo paralizado cuando una fría piel tocaba su espalda, una mano con uñas filosas parecían con solo un toque podía lastimarlo, murmuro su nombre —Reich...— El niño se dio la vuelta, esta vez la vela se comportaba extraño, la iluminación era fuerte pero, no era cálida si no oscura luz negra que iluminaba en tonos grises el rostro de un hombre que no conocía, sonrió, mostrando sus colmillos afilados como sus uñas, sus facciones en su rostro eran los de un joven adulto, vestido de negro resaltaba su palidez y sus ojos rojos carmesí. 

—¿Qué eres?— preguntó Reich asombrado

 —Soy tu ángel guardián—

 —Los ángeles no lucen así— 

—Según quien? Dios se separo de ustedes hace ya mucho tiempo, se  convirtieron en el peor demonio que pueda existir, incluso peor que Lucifer— 

El menor guardo silencio

—Soy un Demonio y fui enviado para ayudarte—

—No necesito un Demonio. Una persona se esta desangrando! ¡¿EN QUE PODRA AYUDARME UN SUCIO DEMONIO COMO TU?!—

La  habitación se convirtió de nuevo en un silencio absoluto que acompañados a la luz pobre se volvía aterrador para el menor; La expresión en el rostro del mayor cambio drásticamente a una seria, se coloco de cuclillas  para estar a la altura del niño, su tono de voz parecía mas calmado pero había cierta agresividad en su voz

—Aunque no lo creas, un Demonio como yo puede ayudar a un mundano humano como tu. Mi nombre es Rum cuando subí a la tierra me convertí en un vampiro como maldición porque mi misión es ayudar a un humano para que el futuro de este universo siga su rumbo natural, yo se todo, se el futuro y el pasado, nadie puede cambiar lo que ya esta escrito, pero esta vez Zack lo cambio y eso significa un grave peligro para ustedes, asique yo que tendría cuidado a quien insultas, mocoso—

—Esta bien tranquilo— Reich suspiro agobiado —¿Qué debo hacer?—

—Hagamos un trato, yo salvare a Zack y a cambio te daré mi maldición a ti, pero volveré en 20 años cuando todo esto se acabe—

—¿Qué pasara en 20 años?—

—No puedo decírtelo—

—Si no acepto tu trato ¿Zack morirá?—

—Probablemente—

Reich miro a su alrededor, oscuridad total se dio cuenta que era una habitación al revés, la vela que solo emitía tonos grisáceos la hacia recordar cuando el padre hablaba sobre la bestia y como los marcaba, escucho en un pasaje bíblico sobre una luz negra que guiaba el camino de los ciervos hacia Lucifer. Estaba desorbitado parecía una pesadilla pero podía  tocar a la criatura, estaba en frente de el esperando una respuesta y tan solo se limitaba a mirarla, evitaba hacer contacto visual, ojos rojos, bordo cual color de la sangre, la misma que ahora esta corriendo y es cuestión de solo unos minutos para ver a su compañero muerto.