♤ʟ'ᴜɴɪᴏɴ♤[[Zodiaco]]

Epílogo

—¿qué tal su salud?—preguntó el castaño.

—Sebastian, sabes que no puedes estar aquí y mucho menos en las condiciones en las que estás.

—¿qué hora es?

—Oye no estoy jugando, hablo en serio.

—Mira Adrien, solo vine aquí para verla.

—Preocupate por ti, estoy haciendo su chequeo para ver si está bien—explicó el azabache.

—¿Y lo está?

Suspiró—Sí, está bien. Solo que aún no despierta.

—Pero lo hará, ¿verdad?

—Sí, ahora vete a tu cama que necesito revisarte a ti también.

—¿te digo algo? Estás haciendo un gran trabajo con tu papel de médico.

—Agh, no digas tonterías. Ahora levántate la camisa, voy a ver tus heridas.

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—Ahora que mamá y papá están muertos, creo que mi deber es ir por la corona real.

—Adam, no sabes como pueden estar las cosas afuera. ¿Qué tal si aún hay guerra?

—Tu hermano tiene razón, Thara—dijo el piscis— Si queremos detener bien esto, lo mejor será que vuelvan.

—Esto no es asunto tuyo, Philippe—respondió el capricornio a lo que el vampiro lo vio con asombro— Perdón, pensé en voz alta.

—Me lo merezco después de tanto—dijo el chico—Pero, retomando eso. Creo que es lo mejor, yo puedo encargarme de escoltarlos hasta allá.

—¿En serio?

—Soy un hombre de palabra.

—Bien, si tú puedes ayudarnos. Supongo que deberíamos ir despidiendonos, ¿no?—dijo el cancer con una leve risa.

—Nos vamos mañana por la mañana, vayan preparando sus cosas.

.

.

.

Tocaron levemente la puerta de aquella habitación a lo que un azabache reaccionó de mala gana.

—¿Nadie puede dejarme trabajar en paz?

—¿no vas a ir a ver?—preguntó el libra.

—Adelante!

—¿Louis está aquí?—preguntó.

—¿Necesita algo, príncipe Christian?—preguntó el Acuario.

—Quiero hablar con él.

—Tienes cinco minutos, volveré para darte tu medicina Louis.

—Sí, Gracias.

El azabache se marchó dejando a los dos chicos completamente solos. El libra miraba fíjamente a el capricornio quien al parecer se encontraba un tanto nervioso.

—Estás bie—el chico fue interrumpido por el sopresivo abrazo que le dio el lobo, pero lentamente correspondió.

—Yo.... no sabía como debía hacer esto.

—Ahh, ¿Aún recuerdas lo qué te había dicho del abrazo? Tiene sentido.

—Ya no lo menciones, me da vergüenza.

El vampiro soltó una leve risa.

—¿Cómo te encuentras?

—Mucho mejor que hace una semana, definitivamente estoy seguro que pronto volveré a estar de pie—dijo.