Capítulo 3

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Capítulo 3: Primer cambio

'Debo haberme vuelto loco. ¡¿Cómo se te ocurre gritarle y cuestionar a Jacob Jones?! De seguro ya me tiene fichado. Soy un idiota por quedarme dormido, todo me sale mal'

Lyoras corre sin descanso hasta que llega a un salón vacío. Se encierra en él y comienza a suspirar. Se cubre la cara con las manos.

'Tendré que mantenerme alejado de él si quiero que milagrosamente me olvide, si me cubro bien, no debe poder reconocerme, cierto?'

Lyoras se sienta unos minutos hasta que siente su pulso volver a un estado normal. Se levanta y sale del aula.

Después de recoger su bolso, Lyoras sale apresuradamente de la escuela al centro de la ciudad. Revisa con mucho cuidado sus bolsillos y bolso para no encontrar nada de dinero. No le extraña, pues no acostumbraba llevar cosas de valor fuera de casa. Esto ya lo había pensado, y tenía un plan.

Cerca del centro había una tienda de manualidades que valora el arte, posee diversos materiales e instrumentos para que todo público mostrara sus destrezas y dependiendo de qué tan bueno eras, podías conseguir un poco de dinero o pedir algún favor de la tienda.

Llegando a la tienda, Lyoras siente su pulso volver a subir, el miedo se apodera de él mientras sigue estando quieto frente a la puerta.

Entra y busca con la mirada el interior hasta encontrar lo que quería. Un gran piano a un lado al fondo estaba ubicado estratégicamente en el centro de unas sillas y mesas que poseen diversos cuadros y pinturas, algunos hechos por antiguos clientes o transeúntes.

Lyoras se sienta rígidamente en el pequeño asiento frente al piano y toca con calma y extremo cuidado las teclas.

No había tocado desde la muerte de su madre, pero todos los conocimientos  y emociones que guardaba por su madre y la música estaban frescos, como si nunca hubiera dejado de tocar. Sintió que el pecho se apretaba, sus manos empezaron a temblar, y una ligera capa de sudor cubrió su lisa frente.

Tin~

Una nota musical fue tocada, resonando en el pequeño salón hasta extinguirse. Luego la siguieron otras, algunas más graves y otras más agudas, formando lo que parecía un descuidado juego de sonidos en una exquisita melodia.

La canción no era de mayor dificultad, pero la manera en que se toca y las emociones que conllevan hicieron de esta como si una suave brisa de primavera cubriera todo el salón antes silencioso. Las pocas personas en la tienda , aparte de los trabajadores, quedaron embelesadas por tan cálido sonido.

Los hizo sentir tranquilos, una suave sonrisa luchaba por cubrir sus bocas, pero de un momento a otro un sentimiento frío y triste cubrió el aire.

Era sofocante, como si una persona estuviera sintiendo las maravillas de la vida y al otro momento se diera cuenta de la triste y cruel realidad.

Las personas que estuvieron escuchando no pudieron evitar pensar en las penas que esta pobre alma a sufrido, un ser tan melancólico merecía un fuerte y cálido abrazo. Cuando la melodía cesó, fue cuando pudieron notar con mayor claridad al pequeño niño sentado frente al piano, parecía tan sólo y lamentable y no pudieron evitar fruncir el ceño con tristeza.

Un lento aplauso se escuchó desde la entrada, un viejo señor que claramente estaba llegando a sus 80 se acerca lentamente junto al joven. Su sonrisa era benigna y sus ojos fríos mostraban un pequeño rastro de calidez. El anciano era el conocido jefe de la tienda, un señor que admiraba más que nada los potenciales talentos artísticos. Más si éstos eran jóvenes semillas sin sembrar.

Starting Again: Pains Of The PastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora