// Presente //
Seguía a Nick Furia por los pasillos de la torre Stark. Nos dirigíamos a lo que sería mi primera reunión con los Vengadores.
A penas unos meses atrás había sido sacada del hielo, tal y como Steve Rogers. Aún recuerdo el furor que causó hace tantos años, era un hito, el mayor experimento creado por la ciencia. Pero él ya llevaba tiempo operando junto a los Vengadores. Yo, sin embargo, tan solo tenía lo del hielo en común con el Capitán America. Me encontraba sola, en un país extranjero, a años y años de mi época natural. Sin embargo, era bastante conocida en S.H.I.E.L.D, tanto ahora como en el pasado, por eso mismo Furia me había reclutado para formar parte de su equipo de héroes.
Tomé una pequeña respiración profunda antes de pasar a la sala de reuniones donde una vez dentro, varios pares de ojos se posaron sobre mí.
— Señores, tal y como os había informado, contaremos con una nueva integrante en el equipo. Ella es Arsenal. — Nick llevó su mirada hacia mí y asentí con la cabeza, recorriendo a todos con la mirada. — Dadle una buena bienvenida.
Y con eso se marchó y me dejó allí plantada, delante de un súper soldado, una espía rusa, un dios nórdico, un genio playboy y un doctor que se convertía en una máquina de matar verde.
Fantástico.
— Así que Arsenal, ¿eh? Soy Tony, Tony Stark. — dijo mientras daba vueltas en una de las sillas de la sala. Era idéntico a su padre. — Dime, ¿cuáles son tus fuertes, jovencita?
— Armas blancas. Dagas, cuchillos, espadas, cualquier cosa que corte. Pero puedo manejar todo lo que se me facilite. Encantada, por cierto.
Thor me miró con una pequeña sonrisa — De ahí lo de Arsenal.
Asentí devolviéndole la sonrisa, aunque mi mirada fue después hacia la pelirroja.
— ¿No vas a compartir tu nombre con nosotros? — ella me miró con una sonrisa amable pero que a la vez llegaba a intimidar, no sé ni cómo.
— Yo... Me gustaría mantener mi identidad en secreto, Furia ha concedido su permiso para ello. Así que si no os importa, seré Arsenal para vosotros.
Era cierto, Furia decidió no contarle nada al equipo de mi vinculación con HYDRA porque "causaría desconfianza en mí" según él. Y aunque lo único que ahora me relacionaba con HYDRA fuera mi padre, quizás era mejor no contar que llevo Schmidt como apellido.
Nadie puso pegas a ello, lo cual agradecía.
Tony se levantó de la silla, dándome varios informes impresos. — No tenemos tiempo para más presentaciones, estamos a la caza de dos mejorados que siguen órdenes de Strucker.
Los abrí mirando varias de sus páginas. Sabía quién era Strucker, era uno de los jefazos de HYDRA.
— Que alguien le traiga un traje y armas a esta chica, salimos en quince.
Y con esa orden de Tony, todo el mundo salió a prepararse. Miré al rededor en busca de alguien que me diese mis cosas, hasta que Natasha se acercó a mi con una sonrisa y me dio un traje, después siguió con sus cosas.
Fui a cambiarme rápidamente. El traje constaba de dos partes, por un lado era un top halter de cuello alto equipado con unas fundas en la espalda para meter mis dos katanas. Y después unas mallas por mitad del muslo. El traje era completamente blanco, con pequeños detalles y líneas en negro. Me calcé unas botas negras y me equipé con unos cuantos puñales y una pistola en mi cinturón.
Salí rápidamente para montarme en el jet y varios ojos se posaron sobre mi. Les sonreí levemente y agaché mi cabeza con algo de timidez.
— Veo que el traje te queda bastante bien. — Natasha me miró sonriendo — Es tu primera misión, probablemente estes nerviosa, tú tranquila solo haz lo que sabes hacer.
Le sonreí con amabilidad. Si tuviera que ser sincera, no había ni un ápice de nervios en mi, quizás porque ignoraba a quienes o qué íbamos a enfrentarnos o simplemente porque tenía la suficiente confianza en mí misma como para saber que sería capaz de bordarlo en mi primera misión.
— Atentos todos — Tony pulsó el aparato en su pecho y en menos de dos segundos estaba completamente recubierto por esa armadura roja y dorada. — Tenemos a soldados en el campo, pero es muy probablemente que los mejorados estén ahí también. Aún no sabemos cuantos ni quienes son, así que id con precaución.
Asentí, al igual que todos, y eché una mirada alrededor. Todos estaban ahí, con sus armaduras, sus armas, cada uno de ellos lucía tan fuerte e invencible... Eran impresionantes, y ahí, entre todos esos superhéroes fue cuando empecé a ponerme nerviosa.
Estábamos sobrevolando el terreno, Tony ya había salido a hacer una inspección rápida y cuando el jet se posó en el suelo, todos salimos de él. Una mano se posó en mi hombro antes de salir a la batalla.
— Machácalos.
Bruce me sonrió y salió de él jet de un salto en el que se convirtió en Hulk. Me quedé embobada por un segundo viendo esto ocurrir pero me repetí a mi misma "machácalos" y salí de allí a hacerlo.
[...]
Todo estaba yendo de maravilla de momento, enemigo que se me acercaba, enemigo que acababa tumbado en el suelo. Cuando por fin tuve un momento de tranquilidad me apoyé en un árbol cansada, mientras observaba como a la lejanía el equipo combatía.
Hasta que de repente, algo pasó por mi lado y me golpeó tirándome al suelo.
— ¿Qué? — fruncí el ceño mirando alrededor.
Nada. Había ocurrido increíblemente rápido.
Me intenté poner de pie, adolorida y entonces volvió a ocurrir. Solté un gruñido al caer y esta vez alcé la vista, encontrándome con un chico joven con el pelo blanco mirándome con burla.
— ¿A caso no lo viste venir? — soltó una carcajada y se largó de allí a una velocidad que ni siquiera sabría explicar.
Suspiré mirando mi costado, estaba sangrando y dolía, dolía mucho. Apreté el comunicador en mi oreja para hablar con el equipo, dejándome caer rendida en el suelo.
— Los mejorados están en el campo, estoy herida. — dije entre gruñidos de dolor y rápidamente oí la voz de Steve al otro lado dando la orden de abortar misión.
— Genial... — murmuré para mí misma sarcásticamente, soltando un largo suspiro mientras presionaba la herida. — Primera misión y ya la fastidié...
