Griz X Franex (Yaoi )

Intermedio

México, 2021.

–Espero que este día vaya mejor...– fueron las palabras que susurró un conocido peligris.

pero, ¿porque diría eso?
para eso debemos ir unas semanas atrás.

3 semanas antes

estaba emocionado, no podía evitarlo, después de todo hoy podría volver a ver a su amigo de la infancia, ese chico pelirrojo el cual sin saberlo había conquistado todos sus pensamientos por días, semanas, meses e incluso años sin ningún tipo de exageración.

–Hoy es el día...– dijo el peligris en voz baja con una notable e incontenible sonrisa la cual adornaba su cara.

la última vez que lo vio fue hace ya tantos años, antes de que se mudara hacia otro país por motivos de trabajo.

si había algo que extrañaba más que la sopa de su abuela, sería el contacto del pelirrojo, podría sonar cruel pero asi eran las cosas.

el mismo se reprendia por pensar así, pero al recordar el tacto y la suavidad con la cual el pelirrojo tocaba su mano, le erizaba la piel y no podía pensar en otra cosa, dejándolo con un sonrojo notable el cual escondía con una bufanda, ya que no hace mucho había empezado el invierno, la excusa perfecta para usar algo lo cual pudiese ocultar su notable sonrojo.

–Tengo que apurarme, o podría llegar tarde al aeropuerto– se dijo así mismo para apurarse.

continuo a terminar de prepararse bajó los escalones para encontrarse a su madre haciéndole un desayuno ligero, ambos se miraron y pudieron encontrar la pequeña sonrisa del otro.

ya que, sin que el peligris supiera, su madre, Verónica de había hecho muy buen amiga de Marta, la madre del pelirrojo, y el saber que hoy después de tantos años podría volver a verla en persona la llenaba de alegría, no todos los días pasaba algo así.

–Ven cariño, toma asiento que ya está el desayuno– dijo la madre al ver a su hijo para seguidamente señalar con la mirada una mesa para varias personas y una silla la cual estaba más alejada del mueble, dando a entender que ahí debía de sentarse el adolescente peligris.

–Si, mamá– dijo el peligris para sentarse en la silla y esperar con ansiedad el desayuno el cual no tardó en venir.

–Aqui tienes– dijo la madre pasándole un plato el cual contenía 2 huevos, algo de arroz blanco y un vaso con jugo de naranja.

–Muchas gracias, mamá– dijo el adolescente para seguidamente agarrar sus cubiertos y empezar a comer apuradamente.

la madre sólo pudo mirarlo divertido al ver el entusiasmo con el que comía su comida.

la ponía feliz saber que su hijo estaba tan o más emocionado que ella al volver a ver a viejos amigos, por lo que cual ella no se quedó atrás y decidió terminar rápido para tener algo de margen en el tiempo.

5 minutos después

se podia ver en la sala de estar de una casa promedia, a una mujer y a un adolescente haciendo los últimos retoques para lo que se podia adivinar seria una salida.