Capitulo 22

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Tom miró a Anna, con el ceño fruncido y el sudor cayendo por su frente. Sus oídos zumbaban a pesar de la suavidad de sus palabras. Ella le había susurrado la palabra que él había estado esperando escuchar: "sí"

Tom: ¿Sí? – le repitió a ella. Anna asintió y se acercó a él. Ella colocó su mano en el interior de su muslo y apretó.

Anna: Ganaste. – Miró los labios de Tom, acercándose más a él. Podía oler el aroma de su crema de afeitar en su piel.

Tom: ¿Me quieres? – Preguntó, inclinándose hacia Anna.

Anna: Sí. –

Tom: Dilo, Anna. Dime lo que quieres —susurró. Él deslizó una mano por su brazo y la anudó en la parte de atrás de su cabello. Anna se mordió el labio y cerró los ojos con la sensación. Cuando volvió a abrirlos, Tom la estaba mirando, sus ojos de un color azul profundo.

Anna: Quiero ser tuya, Tom. Yo quiero que seas mío. Por favor. –

Tom gimió y acercó su rostro al suyo. Cuando sus labios se tocaron, la pareja dejó escapar un gemido de alivio. Este toque había faltado por más de una semana y ambos estaban vacíos sin él. Tom apretó su agarre en el cabello de Anna mientras la besaba, sus labios se deslizaron sobre los de ella con una pasión apresurada. Se había reprimido durante tanto tiempo, al menos así se sentía, y la extrañaba muchísimo.

Anna apretó los labios con más fuerza contra los de Tom, sintiendo la necesidad de acercarse a él. Ella se balanceó sobre sus piernas y se apoyó en su regazo. Tom siseó al sentir el trasero de Anna presionando su creciente erección, una indicación de lo mucho que la había estado anhelando. Los dedos de Anna tiraron de los pequeños pelos de la nuca de Tom mientras lo besaba.

Tom: Te deseo tanto. – murmuró contra los labios de Anna. Se apartó para dejar una serie de besos a través de su mandíbula y por su cuello. La cabeza de Anna cayó hacia atrás y su agarre se apretó sobre el hombre mayor. Su coño palpitaba de necesidad. Ella se empujó contra él, tratando de poner algo de presión en su núcleo.

Anna: Soy tuya. – dijo entre jadeos. Tom arrastró sus labios hasta su boca y la besó de nuevo. Movió sus manos a su trasero y se puso de pie con ella en sus brazos. Ella chilló contra sus labios cuando la llevó a su pequeña cama. La arrojó sobre la cama e inmediatamente se sacó la sudadera por la cabeza y luego también se quitó el suéter.

Anna miró los planos de su torso con los ojos muy abiertos. Había echado mucho de menos esta vista de su cuerpo desnudo. Tom se arrastró hasta la pequeña cama y se inclinó sobre ella. Cuando la cama crujió por su peso, Tom arqueó una ceja con curiosidad.

Anna: Lo siento. – se rió. Envolvió sus brazos alrededor del cuello de Tom. – Las camas universitarias son baratas y pequeñas. –

Tom: Espero que a tus vecinos no les importe la conmoción que está a punto de causar. – dijo a través de su sonrisa maliciosa. Anna se rió cuando Tom le quitó la camiseta. Sus ojos se agrandaron cuando vio sus pechos desnudos debajo.

Tom ahuecó sus pechos en sus manos, amasando la carne en su agarre. Anna gimió debajo de él mientras se sumergía y lamía una raya entre los dos montículos. Con cuidado, pasó la lengua por su pezón izquierdo y tomó el capullo en su boca. Tarareó alrededor del capullo, enviando pequeñas vibraciones a través del pecho de la chica. Él tiró de sus dos pezones, acercándolos a él, haciendo que se ruborizaran de un color rosado. Anna jadeó y levantó las caderas, agarrando el cabello de Tom con las manos.

Tom se apartó de su pezón y giró el otro entre el pulgar y el índice. Sacudió la cabeza y miró a Anna.

Tom: Manten las manos por encima de la cabeza. Sin tocar, – dijo en un tono autoritario. Anna se sonrojó, sus ojos se dilataron mientras descansaba sus manos sobre su cabeza. Tom le dio un rápido beso en los labios. – Buena niña. –

Déjeme complacerlo, profesor Hiddleston (Detrás de puertas cerradas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora