•Capitulo 2•

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Llegó a su asiento sentándose, dejando su espalda recta y mirada baja. Sus compañeros comenzaron a llegar posando su vista en ella, que parecía estar en transe o hipnotizada ante algo invisible. Llegó la maestra Mendeleiev dando un comenzó a la clase inmediatamente. Una mirada Verde se posó sobre ella, mirando extrañado y preocupado. Recordaba las palabras de la Rubia, y en el fondo, esperaba que no fueran ciertas.

El receso comenzó y la Rubia pareció reaccionar guardando sus cosas con calma. El peli-rubio esperaba hablar con Chloé a la salida, pero se pospuso ya que la maestra deseaba hablar con él a la salida. Al todos los alumnos irse, Adrien y la maestra Mendeleiev se encontraban frente a frente.

—¿Para que me necesitaba, maestra? .—Hablo Adrien calmado.

—Tus notas han bajado drásticamente en los últimos meses. ¿Sucede algo joven Adrien? .—La maestra hablo seria, provocando que el cuerpo de Adrien se estremezca.

—¿Q-Que? Claro que n-no .—El rubio rascaba su cabeza nervioso ante la mirada de la maestra.

La maestra analizó sus palabras con voracidad, pero al ver el nerviosismo del chico llegó a pensar en el abuso doméstico, pero descartó esa idea al ver a Adrien, el mismo alumno lleno de vida de siempre. Tal vez solo no entiende la materia.

—Le exigiré a tu Padre que te consiga clases particulares, y no conseguiré un no como repuesta .—Dando fin a la conversación, la maestra sale a paso firme.

Adrien, ya pálido, sujeta su ropa con fuerza, sabía que si conseguía esas clases particulares ya no podría ayudar a Ladybug o ser Chat Noir de nuevo. Se comenzaba a estresar, tal cual como le solía pasar hace años, con la diferencia de que Chloé se encontraba ahí.

Chloé

Pensó el rubio mientras salía del salón con los ojos llorosos. La comenzó a buscar por toda la Academia tratando de que sus ojos acuosos no se notaran. La encontró en la biblioteca sentada mirando a la nada, de nuevo. Se acercó a ella precavido, tocó sutilmente su hombro, arrepintiéndose al ver los ojos de esta, ya sin flamas.

—C-Chloé .—Al fin dejó expuestas sus ganas de llorar abrazando a su amiga, esperando consuelo.

Que jamás llegó, no fue rechazado, pero tampoco fue aceptado, Chloé se quedó estática y con su misma mirada.

—C-Chloé, ya no sé qué hacer .—Dijo con pausas en el medio.

—... Adrien manchas mi hombro .—Hablo incomoda ante las gotas de agua que salían de los ojos del chico y manchaban su ropa.

—¿Q-Qué? .—Hablo Adrien confundido ante la reacción de la Rubia la cual parecía estar incómoda.

—¿No escuchas? .—No parecía enojada, parecía confundida, como si realmente preguntara si Adrien era sordo.

—¿Qué? No .—Dijo ofendido. Limpio sus lágrimas y soltó el "Abrazo" incómodo.
—Chloé, ¿Que te sucede? .—Sus lágrimas volvieron a caer con más voracidad.

Puso sus manos en sus ojos tratando de que no vieran sus lágrimas, inclinó su espalda y sus piernas comenzaron a fallar, pero antes de caer los brazos de Chloé lo atraparon. La vista de Adrien se iluminó al ver una reacción preocupada de ella, pero sus ilusiones se vinieron abajo al ver que su mirada monótona seguía.

—Cálmate .—Dijo la Rubia acariciando sus cabellos y enrollándolos en sus dedos.

El Rubio al ver su acción llora silenciosamente en su hombro. Un pelirrojo miraba extrañado la escena frente a él, pero lo dejo pasar y comenzó a seguir dibujando.

Llegó al hotel de su Padre encontrándose a Zoé en la entrada. Toco su collar, olvidando que estaba en su cuello, ya que extrañamente no le ardía el contacto de ese color con su cuerpo.

—¡Chloé! ¿Como te fue hoy? .—Pregunto emocionada Zoé.

—... No lo sé .—No estaba intentando ser mala, de verdad no sabía cómo le había ido hoy.

—...—La cara de Zoé cayó drásticamente al escuchar su respuesta.
—Oh bien .—Hablo decaída, algo que Chloé no notó.

Subió al ascensor pero antes de cerrar las puertas alguien entró. Xavier puso su pie en las puertas del ascensor haciendo que estas se abran.

—¡Oh, Chloé! ¡Que sorpresa encontrarte en este lugar! .—Dijo irónico.

—Vivo aquí .—Contestó simple.

See~, lo sé .—Dijo confundido, pensó que su ironía era entendible.
—... Al parecer alguien cambió de estilo, es una pena que no sea tan fabuloso como mi voz .—Hablo burlón y cerrando sus ojos en regocijo.

—Oh~, es una pena .—Dijo neutral, despertando la curiosidad del Rubio.

—Muy bien, ¿Que sucede contigo?... Al menos antes contestabas ante mis insinuaciones .—Su ojo tenía un tic nervioso al ser ignorado.

—No lo sé, la verdad, no te recuerdo muy bien .—El rubio gruño molesto ante la respuesta de Chloé.

Agh~, Jugábamos a hacer canciones de pequeños .—Dijo irritado.

Ouh~, bien .—Chloé poso su mirada al frente, ignorando la presencia de Xavier.

—... ¿De verdad no lo recuerdas? .—Pregunto interesado, después de todo fue su única amiga antes de su éxito.

—No .—Con seques respondió.

—...—El rubio no quiso responder, y solo atinó a comenzar su plan.

—Sabes, me dio curiosidad saber si habías creado nuevas canciones .—Dijo tranquilo, pero con un toque malicioso en su voz.

—Oh, no lo recuerdo .—Hablo dirigiendo su vista hacia los ojos azules del chico.

—... Entonces no te molestará que vea tus letras, ¿Verdad? .—Hablo justo cuando el elevador se abrió.

—Bien, sígueme .—Dijo la Rubia quien había comenzado a caminar.

Xavier la siguió hasta su cuarto. Entraron a la habitación, el se sentó en la cama ya que recordaba los momentos en los cuales  componían juntos y se estresaban al no saber como rimar.

—Aquí .—Dijo Chloé secamente. Le entrego una hojas con letras ordenadas.

Comenzó a leerlas sorprendiéndose al leer su talento musical. El que ahora sería de él.

—Chloé~, ¿No tienes toallas pequeñas? Mi habitación necesita unas urgentemente .—Dijo malicioso.

—Si, te las traeré .—Se fue a su baño en busca de las toallas pequeñas.

Pero al volver el Rubio desapareció por completo, eso la dejó intrigada, pero no le tomó importancia.

Y decidió recostarse en su cama.

=No más Amarillo=    ||Chloé Bourgeois||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora