•Capitulo 3•

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Se levantó enérgica, sentía la necesidad de vestirse de un color específico. Azul.

Tomó una camisa Azul; una chaqueta Azul; pantalones blancos; y unos zapatos Azules. Se hizo su típica cola de caballo y salió corriendo con una mirada retadora hacia el ascensor presionando con fuerza los botones. Al comenzar a cerrarse las puertas comenzó a trotar imaginariamente en el ascensor respirando por la nariz y soltando el aire por la boca. Al llegar a la planta baja busco a su Padre con la mirada, y al encontrarlo se acercó a él.

—¡Papá! .—El Señor reaccionó confundido a la forma de llamarlo Padre, pero decidió dejarlo pasar.

—Si, Chloé .—El Señor dijo nervioso ante las seguras peticiones de su hija.

—Hoy no usare la limusina. Iré corriendo .—Hablo energética. El señor se sorprendió pero llamó al chofer y le dio el día libre.

Chloé al salir del hotel se encontró con Sabrina esperándola con sus cosas y las de ella. En eso a Chloé se le ocurrió una muy buena idea.

—¡Sabrina! .—Llamó ella, provocando que la peli-anaranjada se acercara a ella.

—S-Si, Chloé .—Sabrina se acercó a ella rápidamente.

—Hagamos una carrera hacia la Academia, la que gane le comprará un jugo a la perdedora .—Chloé tomó sus cosas y se puso en posición para correr.

—P-Pero Chloé, ¿Que pasará con tus zapatos? .—Hablo Sabrina preocupada.

—¿Aceptas o No? .—Hablo retadora.

—Y-Yo no creo que sea buena idea .—La cara de Chloé se volvió oscura, provocando que Sabrina aceptara.

Salieron corriendo al mismo tiempo captando las miradas de las personas cercanas. ¿Que hacia la chica la cual se auto denominaba "La Reina de Paris" corriendo como desquiciada?. Ambas chicas se encontraban parejas, pero al cruzar en una calle la Rubia chocó con alguien. Ambos cayeron al suelo soltando un jadeo de dolor. El chico acomodó sus lentes oscuros y comenzó a toquetear el suelo buscando su bastón.

La Rubia miró hacia adelante visualizando al chico frente a ella. Usaba unos lentes sumamente oscuros que no dejaban ver sus ojos; tenía su cabello anaranjado y parecía ser más bajo que ella. En un momento asimilo que este chico era ciego. Sabrina la cual ya había asimilado la ceguera del chico sintió pena al saber que no podría ayudarlo, sabía que Chloé no era del tipo de personas que ayudaba a la gente.

Pero ante todo pronóstico Chloé decidió pasarle el bastón al chico.

—Ten .—Dijo ella entregándole su bastón.

—¡Gracias! .—Hablo el agradecido.

—No hay problema .—Sonrió la Rubia, aunque sabía que el no podría verla.

Sabrina se sorprendió enormemente ante la reacción que tuvo la Rubia ante su caída. No lo entendía. Se suponía que Ella conocía todo acerca de la Rubia, se suponía que Ella era su Amiga, su confidente, ¿desde cuando cambió eso?

—Una pequeña pregunta .—Pregunto algo avergonzado el de cabello Anaranjado.

—¿Si? .—La Rubia parecía algo impaciente, quería correr con urgencia.

—¿Saben donde está la Academia Françoise Dupont? .—Dijo levantándose con su bastón.

—Vamos justo allí .—Habló Sabrina. El chico se sorprendió al escuchar otra voz, pero sonrió levemente.

—¿Podrían llevarme?... Claro que si no es molestia .—Dijo lo último haciendo que la Rubia riera.

—Seguro... No te asustes, tocaré tu hombro .—Dijo la Rubia acercándose hacia él. Toco su hombro y comenzó a andar levemente.

Comenzaron a caminar en silencio. Chloé sentía la necesidad de moverse, pero intentaba ir a un ritmo normal para no hacer tropezar al chico. Sabrina se sentía inquieta y, por primera vez, frustrada junto Chloé.

—¿Por que ibas sin compañía? Chico .—Hablo Sabrina, tenía esa duda desde que se cruzaron con él.

—Belmont. Y si vine con alguien, mi Madre .—Dijo nervioso sin alguna razón de estarlo.
—Y solo tuvo un percance .—Su voz se apagaba mediante hablaba.

—Oh okey .—Terminó Sabrina.

Llegaron a la Academia algo tarde, por lo que los alumnos no se encontraban ahí.

—Malas noticias .—Río algo nerviosa la Rubia al ver todas esas escaleras frente a ellos.
—Parece que tenemos una decena de escaleras .—Belmont sonrió levemente y respondió calmado.

—Ha, lo suponía, cuando me contaron que vendría aquí me dijeron que no era un lugar para gente como yo .—Termino intentando subir las escaleras.

—Déjanos ayudarte, Sabrina ponte en su lado .—Y así ambas lo escoltaron hacia el salón que les dijo Belmont.

Sorprendidas llegaron hacia su propio salón. Se encontraba el Sr. Damoclès y la Sra. Bustier fuera del salón algo preocupados ante la demora de el chico. Pero se despreocuparon al verlo llegar junto las dos chicas.

—¡Que bueno que llegaste! .—Dijo dulcemente la Sra. Bustier.

—Chicas, por favor entren al salón inmediatamente .—Dijo serio el
Sr. Damoclès. Las chicas obedecen entrando una cabizbaja y la otra a regañadientes.

Chloé se sentó en su asiento solitario captando las miradas de la mayoría en ese lugar. Su vestimenta era diferente a la de siempre y a la de ayer. El director y maestra entraron al salón junto al chico el cual hacía un sonido con su bastón al impactar contra el piso.

—Este será su nuevo compañero, como verán es ciego, por lo tanto... .—Los alumnos dejaron de escuchar al escuchar su condición. Pero volvieron a escuchar al ver que el chico habló.

—Mi nombre es Belmont, y amm... les pediría que me trataran como alguien normal, pero no lo soy, por lo tanto cualquier muestra de cuidado la aceptaré gustoso .—Dijo sonriendo.

No le molestaba que se compadecieran de él o no lo hicieran, el se compadecía. Y eso era suficiente para él.

—Muy bien. Necesitaré que todos se presenten de la forma más clara
posible .—Dijo lo último avergonzando levemente al chico.

Cada uno comenzó a presentarse, hasta que llegó el momento de Chloé.

—Chloé Bourgeois .—Dijo sonriente, haciendo que los demás la miraran asombrados.

Belmont se sorprendió, ¿Era la misma persona con la cual estuvo hoy?. Él se giró  en dirección del sonido de ella pronunciando su nombre con intriga.
Después de todos presentarse le decidieron asignar el único puesto libre. El de Chloé.

—Te deberás sentar con Chloé .—Dijo el Sr. Damoclès. Los alumnos reaccionaron mal ante eso. De seguro Chloé se negaría y eso haría sentía mal al chico.

Pero ante todo pronóstico ella no dijo ni una palabra, de hecho, parecía conforme ante esa noticia. Algo que lastimó a Sabrina mentalmente.

El chico se sentó al lado de Chloé mientras dejaba sobre la mesa su libro en braille. Algo que dejó curiosa a la Rubia. El director y la maestra se fueron un momento para llamar al maestro con el que los chicos tendrían clases.

—¿Eres tu? .—Dijo el chico de repente.

—Si te refieres a la que te ayudo junto a Sabrina. Si .—Dijo sonriendo y haciendo ademanes con sus manos.

—Lo sabía .—Dijo el Belmont sonriendo en dirección de la voz de Chloé.

Extrañamente un Rubio miraba eso con una mirada extraña.

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⏰ Última actualización: Jun 07, 2021 ⏰

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=No más Amarillo=    ||Chloé Bourgeois||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora