Mente de ajedrez

El cielo.

Al salir; voy caminando en medio del bosque, encuentro un pequeño tronco y guardo silencio; escucho el crujir de los árboles, escucho como se mueven las ramas de los árboles con el viento y chocan una con otra y de vez en cuando dejan caer una hoja.

Al respirar siento el fresco aire recorrer mi cuerpo y esto me hace sentir... Vivo.

-¡Hey!- Escucho una voz femenina gritar y volteo por mi espalda.

No puede ser... Es aquella chica hermosa de anoche; viene vestida con aquella túnica azul y se ve.. Preciosa.

-¿Lucía?- pregunto emocionado, noto en seguida a mi corazón latir muy de prisa.

-¡Si!, ¿por qué caminas tan de prisa?- me pregunta

-Lo siento- Digo mientras se encuentra a un par de pasos de mi -no me he dado cuenta de ello.

-Esta bien no te preocupes- dice sonriendo y recuperando el aire.

-¿Por qué me sigues?

-Ayer cuando nos encontramos vi en ti algo que me ha dejado muy impaciente por saber; tu corazón es tan puro y tierno. Sin duda debería conocerte.

-Oh vaya- quedó impresionado, nunca nadie me había dicho algo igual.

-Entonces cuando nos despedimos decidí seguirte y al ver que ya no volteaste a verme comencé a seguirte, llegaste a un establo y dejaste a tu caballo luego entraste a tu casa o eso supongo y después te acostaste en tu cuarto y te quedaste dormido como un bebé; eres tan lindo durmiendo- dice mientras me pellizca un cachete, solo hago una pequeña mueca desconcertado- vi todo esto desde el árboles que está afuera de tu alcoba, ahí dormí montada. En la mañana cuando saliste decidí seguirte pero como caminas muy rápido no podía seguirte el paso y necesita llamar tu atención... Así que heme aquí.

Sonríe y yo sonreí ¿se enamoró de mi? ¿y yo de ella?

-Wow- es todo lo que consigo decir.
-¿Tenéis muchos deberes oh sid caballero?- dijo en broma
-No, para nada bella doncella- continúe con su juego
-De acuerdo, ¡vamos!- coge mi brazo y se echa a correr y yo voy por detrás.

Se ve tan hermosa, sin duda es una estrella caída del cielo.

Corremos por el bosque y siento como el aire y olor a pino entra por mi ser; no hay nada mejor que esta sensación.

-¡lucia! ¿A dónde vamos?
-Ya veras.

Conozco estos rumbos, si no mal recuerdo vamos al río.

Al dejar atrás varios pinos llegamos a un hermoso rió como pensaba. Solía venir aquí con mi padre y de vez en cuando me daba el lujo de ducharme en esta cristalina agua.

-¿qué haces?- Le dije cuando comenzó a alejarse de mi y quitarse la capa y y blusa que trae por encima.
-Vamos a nadar Christian.

Se termina de quitar aquella hermosa falda azul marino y se lanza al agua. Esta chica esta demente.

-Vamos Christian, no soy de la realeza como para que no me veas así.

Comienzo por quitarme el chaleco rojo de tela que llevaba puesto junto con la mochila de cuero y las cuelgo en la rama de un árbol a mi derecha, dudo un rato en quitarme la camisa blanca pero al final lo hago; siento su mirada sobre de mi y no se qué hacer jamás he estado en esta situación.

-¡Vamos Christian!- me grita desde el agua.

Me quito los pantalones y ¡estoy en ropa interior frente a una chica!

Me colocó al borde del río y brinco sin pensar, abro los ojos aún dentro del agua y veo la pequeña y delicada silueta de Lucía, voy nadando por debajo del agua y al salir ella esta a 20cm. De mi.

-Christian- Susurra.
-M-ma-mande- tartamudeo
-Bésame.

Cierro los ojos y me acerco más a ella, cuando noto que su respiración choca con la mi abro los ojos y veo como ella sigue con los ojos cerrados, acarició su mejilla con mi mano y noto que es suave y linda.

Nuestros labios se unieron en un mar de sentimientos y desearon por un momento nunca haber probar el cielo...