CAPÍTULO 2

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Viernes, 10:30 AM

Siento el ardor del sol en una de mis mejillas, como cada mañana ha sido mama.

Ha abierto la ventana ruidosamente dejando que el sol se extienda por mi cara medio inflada de recién levantada, las pecas invaden mi cara donde se pueden observar unos labios entrecortados.

Por no hablar de mis ojos entreabiertos repletos de legañas, rostro no muy agradable de ver.

Después de pasarme un buen rato dando vueltas entre las sabanas, sin gana ninguna de levantarme, di el paso a coger el móvil y apreciar la hora que era.

Pero no fue exactamente eso en lo que me fije, lo primero que vi fue un mensaje de James donde ponía:

son ya y media tengo esperanzas de que llegaras, te esperaré diez minutos. Ni uno más ni uno menos Abby.

Fue allí cuando realmente me desperté de golpe, mi corazón empezó a latir con tanta rapidez. Sentía que el corazón de aquella persona dependía de mí, de sí se le haría trizas.

James me da lo que quiero, es ese placer inexplicable que me hace olvidar todos los males, pero realmente no estoy preparada para querer a nadie.

Soy una bala perdida, no siento amor por nadie;  solo atracción.

Tantas cicatrices recorren mi cuerpo, no hay espacio para el afecto hacia alguien, para un corazón completamente vivo, el mío es runero.

-Amar a alguien no está en mis planes, por ahora y para siempre.-

Cogí la bolsita hermética que tenía en el bolso donde se apreciaba un basto color verde, decidí hacerme uno de weed.

Lo dicho, una bala perdida en un mar de drogas.

Realmente llevo una mala vida, pero no estoy descontenta con ello.

No tengo nada que perder, pensándolo bien todo está perdido para mí desde que deje mi vida y tuve que venirme a esta ciudad.

Me sumergí en una realidad paralela y no me presenté, James nunca me vio llegar.

Él no se merece esto, pero mi alma es así. -No pretendo cambiarla.-



Corazón runero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora