Capítulo 3

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A una semana de clases, sin duda esperaba mucho menos.

El miércoles hablé con Cindy. Al hablar con ella sentí lo mismo que cuando hablas con una persona pero como si fueran amigas desde hace mucho tiempo.

No tuvimos una clase y antes de que ella saliera no lo pensé mucho, solo lo hice. Le dije hola y ella me preguntó si quería ir a afuera y acepté. Luego simplemente traté de iniciar una conversación.

—Creo que ni si quiera sabes mi nombre —, claro que no lo sabía, a el maestro que estaba ni si quiera le importó que me presentara.

—¿Eso importa?

—Supongo que sí—. Me miraba como si no supiera a qué me refería.

—De acuerdo ¿cuál es tu nombre?

—Lauren, antes estudiaba en...

—Mejor hablemos de otra cosa, no me gustan las presentaciones—. Dijo interrumpiéndome —no son naturales, es como hacer un resumen de la vida de alguien ¿eso te parece natural? —no sabía de qué estaba hablando pero no esperaba una respuesta.

—Ayer dijiste algo que me gustó mucho.

—Digo muchas cosas.

—Sí pero fue diferente. Dijiste algo de sobre las promesas que nunca antes había pensado.

—Ya sé de qué hablas pero en realidad eso no fue algo que yo haya pensado, simplemente lo leí en algún lado.

—Pues de dónde sea que lo hayas leído eso fue muy especial.

—Al principio les parecí eso, especial y diferente pero luego se cansaron de intentar entenderme. Ese siempre fue mi objetivo ¿sabes?

—No entiendo.

—Bueno, no. Era más como un experimento, quería ver hasta dónde seguían funcionando sus pequeñas mentes —dice mientras se ríe por un momento— y créeme que no fue mucho. Una de las maestras me recomendó que visitara a la psicóloga de la escuela para que hablara con ella. Primero pensé en hacerlo, creí que sería divertido hacerle creer que en verdad algo estaba mal conmigo pero luego pensé en que no seguiría desperdiciando palabras tan únicas. Su forma de pensar de mierda jamás las podría entender.

—Entonces ¿nada de eso lo piensas tú?

—¡Claro que no! “No fumo, pero me voy a morir de cáncer de promesas” yo no pienso cosas así. Tengo mis propios pensamientos acerca del cáncer y de las promesas pero no compartiría lo que pienso con ninguno de esos idiotas.

—A lo mejor solo es un presentimiento pero, comienzas a agradarme.

—Yo no tengo “presentimientos”, me agradas y listo.

Puede que esa haya sido una de las mejores conversaciones que haya tenido porque ella es una de las pocas personas en el mundo de quienes me gustaría visitar su mente. En otras personas el viaje no me tomaría ni cinco minutos y en muchas no me atrevería hacerlo, me daría miedo no poder salir de ese hoyo negro que tienen por cerebro.

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⏰ Última actualización: Mar 02, 2015 ⏰

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