Mis ahogados gemidos resuenan por toda la habitación, la mojada mano de mi compañero los calla con fuerza. Me siento estremecer cuando su lengua recorre mi cuello de arriba abajo, su saliva acompañan de su aliento me provoca.
-Creí que no querías hacerlo antes de salir -susurra a mi odio, su voz es ronca y entrecortada debido a la excitación de la situación.
Doy media vuelta para encararlo, sus ardientes ojos examinan mi rostro y su lobuna sonrisa deja ver sus perfectos colmillos, los clava en mí mordiendo mi labio. Al separarse paso mi lengua por el ya hinchado y sonrió.
-Apuesto a que lo harás pésimo allá afuera si no lo hacemos antes -me burlo. Ríe y volvemos a los besos apresurados y caricias angelicales.
Sus manos desvisten mi torso dejando a un lado la tela que juega a vestirme. Sus manos son rápidas y en unos segundos ambos tenemos el torso desnudo. Me pega a él y nuestra piel desnuda y ardiente choca y entre besos ambos nos deseamos mutuamente.
Toma mi cintura entre uno de sus brazos mientras con el otro se deshace con rapidez de lo que estorba la mesa detrás de mí. Al ver los bocadillos que las fans nos habían mandado esa tarde me separo de él para darle un golpe en la cabeza. Subo a la mesa y el se mete entre mis piernas dejando chocar su hombría contra la mía.
-Lo levantaré después -gruñe para volverme a besar. -Podremos comerlos, pero ahora, -me mira y guiña un ojo, -lo único que quiero comer ya está sobre la mesa.
Mi cara arde, hemos hecho múltiples veces este tipo de cosas, pero sigue sorprendiéndome una y otra vez con sus obscenos y divertidos comentarios. Comienza a morder mi clavícula, no comprendo el por qué, pero tiene una obsesión con morderme, aun si no es entre el sexo él busca la manera de sorprenderme con alguna mordida. Besa la marca de sus colmillos y sigue hasta mi pecho, cierro los ojos en espera de su lengua molestando mis pezones, pero pasa de ellos y baja hasta mi abdomen. Mis ojos llenos de confusión buscan respuesta en sus acciones , desabrocha mi cinturon y encuentro la respuesta.
- No, no es necesario que lo hagas, Marimo -me apresuro a detenerlo. Ignorandome lanza al otro lado de la habitación mi pantalón. -Escucha cuando te... -un gemido lleno de excitación me interrumpe cuando su boca captura mi miembro. Mi cuerpo se estremece ante el placer de mi hombría chocando contra su paladar, el interior de su mejilla y su lengua. Mi piernas sobre sus hombros tiemblan y mis dedos en sus verdes cabellos le indican el ritmo que debe tomar.
Cierro los ojos sintiendo mi llegada al orgasmo, pero antes de eso soy liberado de su boca y levantado, mis piernas tiemblan y pierdo el equilibrio. Zoro me toma por la cintura y me recarga en la mesa. Siento mi corazón acelerarse al saber lo que se viene.
Doy media vuelta esperando el tacto de Zoro, pero en su lugar su voz resuena en el lugar: -Podemos terminar cuando termine el concierto -levanta mi pantalón y me lo lanza. Lo tomo en el aire y se lo devuelvo.
-¿Me vas a deja- -¿Qué estaba apunto de decir? ¿Estaba apunto de rogarle al Marimo Idiota? Mi rostro me arde. ¡Incluso me he sonrojado! -Imbécil -susurro caminando hasta él. Tiro de mi pantalón de entre sus manos lanzándolo al suelo. Tomo su rostro entre mis manos y lo beso.
-¿No vas a rogar? -me pregunta burlón.
Estoy por responder pero unos golpes en la puerta nos interrumpen, ambos miramos la puerta con miedo, ni siquiera recuerdo si le puse seguro al cerrarla. El Marimo y yo estamos semidesnudos.
-Chicos, tendremos que esperar veinte minutos más entes de salir, Luffy se ha llenado de comida y así no puede salir al escenario -ambos soltamos el aire que reteníamos por el miedo.
-Entendido - responde Zoro. Ninguno de los dos se mueve hasta que los pasos de Usopp dejan de resonar en el pasillo. -Tenemos veinte minutos más.
No me permite contestarle, sus labios de nuevo atacan los míos y entre besos caminamos de nuevo hasta las mesa donde nos encontrábamos anteriormente. Esta vez me recuesta por completo, quedo debajo de él. Su mirada es feroz.
Sus manos recorren mi vientre hasta llegar a mi ropa interior, sobre ella masajea mi virilidad, paseando sus dedos de arriba a bajo, pero no sé quedan ahí por mucho tiempo, de inmediato estos bajan para descubrir mi entrada.
-Solo hazlo -digo necesitado de su tacto.
-Que impaciente estás hoy -se acerca a mi y deja un beso en mi oreja. ¿Cómo puede ser tan tierno y tan caliente a la vez? -¿Acaso estás tan desesperado por sentirme aquí? -pasa sus dedos por mi entrada e introduce dos estremeciéndome. -Si me lo pides te lo daré.
-Solo hazlo -mas que una orden mi voz sale como si estuviera implorando. Poco me importa al sentir al cabeza de musgo hundirse en mí, pasando sus manos por mis muslos para abrirme más llenándome por completo.
Me es imposible callar mis gemidos, tengo ambas manos en la mesa sosteniéndome para mantenerme sentado y no perder vista alguna de las acciones del peliverde.
Sus embestidas cada vez van más fuerte, su lentitud no me molesta, me gusta incluso más que lo haga así, y después de tanto tiempo apenas notó que él lo sabe, porque siempre presenta atención a diminutos detalles, que aunque creo que pasa sin notarlos es todo lo contrario.
Mi espalda se encorva cuando él aumenta la velocidad y me siento llegar al orgasmo. Mis piernas tiemblan y mis gemidos son callados por sus besos. Toma mis brazos y tira de ellos haciéndome quedar pegado a su pecho, siento su corazón latir intensamente.
-Estoy por...
-Yo también -sale de mí y tomándonos entre sus manos nos hace llegar a ambos mezclado nuestra excitación.
-Fue asombroso -confieso con la respiración agitada.
-Espero no haberte cansado tanto como para que no des todo en el escenario hoy -se jacta burlón.
-Tal vez no fue tan asombroso -contrataco sonriendo.
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El público está eufórico, Los Mugiwuara han tomado fama y gracias a eso hemos estado de gira por ya 3 meses. Estar sobre el escenario es tan excitante y divertido. Poder verlo ahí parado lleno de sudor mientras sus dedos se mueven ágilmente contra las cuerdas del bajo me hace sonreír y llenarme de la energía que necesito para comenzar a cantar. A mi otro lado está Luffy quien no para de saltar mientras toca ágilmente la guitarra y detrás de mí está nuestro baterista, Usopp.
Con cada frase que canto miro a Zoro, toda canción que presentamos es especialmente para él. Siempre agradeceré a Luffy por darme la oportunidad de entrar a la banda, de ese modo conocí a Zoro.
Su mirada se centra en mí y sonríe al entender que la letra habla de él. Junta sus labios a mi micrófono y hace de coro junto a mí. El público femenino se vuelve loco.
Me pierdo en sus ojos y solo somos él y yo.
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I WANNA BE YOUR SLAVE. (Oneshot ZOSAN)
FanficZoro y Sanji son la perfecta pareja que muestra su indudable conexión bajo los reflectores del escenario. ¿Acaso alguien puede imaginarse la conexión que irradian estos dos detrás de bambalinas? CONTENIDO +18 TODOS LOS PERSONAJES LE PERTENECEN AL M...